En mayo del 2020 se viralizaba por las redes sociales un video donde aparecía Derek Chauvin, un oficial de la policía, asfixiando a George Floyd y provocándole la muerte.
El asesinato de Floyd, desató una ola de movilizaciones y protestas contra la brutalidad policial y el racismo sistemático que sufre la población negra en Estados Unidos, bajo la consigna: Black lives matter (las vidas negras importan).
Un jurado de Mineápolis emitió un veredicto el día martes en el que declaró culpable en los tres cargos a Derek Chauvin. Si bien ha sido declarado culpable, esto no es justicia, aún falta juzgar a 700.000 policías ¡Todos los policías son culpables!
Lo que esperan la clase capitalista, sus políticos y los departamentos de policía, es que estas medidas sofoquen el levantamiento que estalló el año pasado y que se ha reavivado con el asesinato de Daunte Wright y Adam Toledo. Pero están preparados para más, después de haber desplegado a la Guardia Nacional en numerosas ciudades.
No se trata de condenar a una "manzana podrida", sino a toda la fuerza policial de los Estados Unidos, y que el movimiento no descansará hasta que no haya más policías y vivamos en una sociedad en la que las vidas negras importan (Black Lives Matter). El sistema judicial en su totalidad es culpable, y el hecho de que Chauvin haya recibido su condena no lo convierte en un sistema "justo" para la abrumadora mayoría de las personas sometidas a él, así como tampoco lo convierte en "imparcial".
Todos conocen la historia. Todos vieron al policía Chauvin asesinar a George Floyd. Fue un hecho grabado en video por un valiente espectador, cuando el pequeño grupo que se reunió fue amenazado por los policías cómplices de Chauvin.
El estado represivo también lo vio y sabía que todos lo habían visto, que eso fue un asesinato era indiscutible. Luego el mundo estalló en protestas, quizás el movimiento de protesta más grande de la historia. La fiscalía alineó a los policías para que testificaran después de que todos estuvieron de acuerdo: Chauvin tuvo que ser descartado. Nunca en la historia de los juicios contra policías por sus asesinatos un jefe de policía ha testificado contra alguien de su propio departamento. Pero ocurrió en este caso.
No se puede exagerar: el movimiento masivo que estalló después del asesinato de Floyd ganó este veredicto, no fueron policías buenos que testificaron contra uno malo en un juicio organizado por fiscales preocupados. Y a pesar de lo que dijo uno de esos fiscales en su argumento final, este fue un juicio contra la policía, no solo un juicio contra Chauvin.
La vida de George Floyd fue arrebatada brutalmente, no por un policía d forma individual, sino por un sistema capitalista racista y represivo que utiliza "cuerpos especiales de hombres armados", como Lenin describió a la policía hace más de 100 años, para proteger su propiedad y sus intereses, dividir a la clase trabajadora y aterrorizar a la gente, especialmente a los negros. George Floyd es solo uno de las innumerables personas negras que han sido asesinadas a manos de estos "cuerpos especiales"; después de todo, el origen de los departamentos de policía de EE. UU. se encuentra en las patrullas de los propietarios de las plantaciones para perseguir a los esclavos fugitivos, en el período anterior a la Guerra Civil de Estados Unidos.
Incluso mientras se llevaba adelante el juicio, aumentaron los homicidios a manos de la policía. Como informó el New York Times hace apenas unos días, “Desde que comenzaron los testimonios el 29 de marzo, al menos 64 personas han muerto a manos de las fuerzas del orden en todo el país, y los negros y latinos representan más de la mitad de los muertos. Hasta el sábado, el promedio era de más de tres asesinatos al día”.
Algunas personas verán esta decisión y dirán: "Esto es justicia". Resulta irónico asumirlo, mientras los policías asesinan a tres personas al día, y mientras Minneapolis, Filadelfia y otras ciudades están plagadas de la Guardia Nacional y policías fuertemente armados, esto no debería pasar desapercibida. No es así como se ve la justicia, un sistema basado en la injusticia nunca puede proporcionar justicia. George Floyd fue asesinado por el estado y nada de lo que haga el estado puede traer justicia.
Daunte Wright, Adam Toledo, George Floyd, Breonna Taylor. Debemos recordar sus nombres y los nombres de tantos otros cuyas vidas han sido abatidas por la policía. El capitalismo es una máquina de matar y el racismo está inscripto en su ADN. La condena de Derek Chauvin debe ser el comienzo de un movimiento para abolir la policía y derrocar este sistema capitalista racista y represivo. No habrá justicia genuina para ninguna de estas víctimas hasta que nos levantemos juntos y terminemos con este sistema.
#AllCopsAreDerekChauvin
Todos Los Policías Son Derek Chauvin
Esta nota fue publicada originalmente en Left Voice, parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario.
Traducción: Gloria Grinberg |