Laura "Xiwe" Santillan
| Docente y dirigente de la Agrupación 9 de Abril en UnTER y del PTS-Frente de Izquierda.
En el inicio de la segunda ola, la lucha de salud toma fuerza al calor del reclamo en Neuquén. La masiva solidaridad hacia la primera línea es un desafío para los gobiernos y las burocracias sindicales. A través de la disputa alrededor de la presencialidad en las escuelas asoma un escenario electoral aún difuso. El descontento social crece y pone límites a la hegemonía del gobierno provincial.
Los cruces entre Fernández y Larreta por la presencialidad de las clases en CABA y su utilización de la comunidad educativa para hacer campaña tuvo su réplica en Bariloche, entre organizaciones ligadas al peronismo y el gobierno de JSRN. La ciudad, al cierre de este viernes 23 de abril tiene más de 1500 casos activos, con solo tres camas de terapia intensiva disponibles.
Mientras tanto las clases transcurren entre deficiencias, sin conectividad, sin vacunas y muchas veces sin insumos para protocolos de prevención. Las mismas burocracias sindicales de UnTER, la Celeste por parte del peronismo y Azul Arancibia que tuvo que reacomodar su discurso frente a la crisis sanitaria, salieron al cruce de la gobernadora copiando la disputa porteña, pero son por otro lado las encargadas de garantizar la paz social en el sector docente.
Está claro que Carreras no va a tomar una medida que afecte a los negocios de las cámaras empresariales ligadas a los negociados de la cordillera. La gobernadora decidió apenas bajar una hora el horario de atención en los negocios ligados al turismo y la industria del ocio en una de las principales ciudades turísticas del país. Ni hablar de tomar medidas sanitarias urgentes o de fondo. El gobierno de Juntos Somos Río Negro no quiere dejar de ser el representante de este sector empresarial, base social que se disputa con el PRO, como demostró el último viaje de Bullrich. Los macristas rionegrinos intentarán nacionalizar la elección y que JSRN sufra nuevamente la polarización de la grieta, como en 2017. Pero JSRN pareciera decidido a hacerle frente, eligiendo por ahora un discurso que va en espejo con el de Bullrich y compañía.
El escenario electoral por ahora está lejano. En lo inmediato lo que se reactualizó fue el conflicto de salud en la provincia. Y esto es por dos causas: por la ejemplar lucha en Neuquén, con el enorme apoyo de la comunidad a las fuertes medidas como los cortes de ruta en los pozos petroleros. Pero también por propio desmérito de Carreras, que hizo lo imposible para negarles una respuesta desde hace ya 8 meses. Está claro que frente a la segunda ola ningún gobierno está invirtiendo en medidas mínimas como testeos, vacunas y presupuesto para salud. La jornada del martes 20 demostró que el conflicto sigue abierto y cuenta con apoyo popular.
¿Cómo pudo la gobernadora dejar sin respuestas a las demandas de la primera línea contra el covid-19? Como en la vecina provincia de Neuquén, el trabajo sucio a su favor lo hicieron las conducciones sindicales. El rol de ATE firmando todos los acuerdos a la baja, pero también uniendo sus destinos a los favores de Weretilneck y ahora de Carreras. Ese rol históricamente lo ocupaba UPCN, que ahora en la oposición llama a jornadas sin participación real ni democracia para las bases. Treinta años de servicios al radicalismo no son gratis. Es necesario mencionar también el rol de UnTER, que solo llamó a un paro de 48hs con alto acatamiento, para después arreglar unas paritarias a la baja sin mayores diferencias con la propuesta inicial.
Todos estos fenómenos se enlazan a un contexto de descontento social que lleva varios meses expresándose en la provincia. El profundo proceso de tomas de tierras en el invierno pasado, el reclamo de los obreros golondrinas y empacadores durante todo el verano, los propios reclamos paritarios de marzo del sector estatal, que incluye a Salud. Así como también la persistencia de movimientos de lucha como contra la megaminería, el combate contra los incendios en la Comarca Andina organizando la solidaridad desde abajo o las movilizaciones contra los femicidios del movimiento de mujeres y diversidades sexuales.
Esta situación es un problema condicionante para la gobernadora, máxime en tiempos donde comienzan los efectos de la segunda ola de coronavirus. Pero a su vez, estos elementos son un desafío para quienes, desde la clase trabajadora y la juventud, queremos impulsar la lucha contra el ajuste de los gobiernos nacional y provincial. Queremos poner en juego todas estas expresiones, jugándonos en este momento a desarrollar activamente la solidaridad con el conflicto de salud, punta de lanza de esta coyuntura. Si ganan Salud, ganamos todos y todas.