Así se desprende de un informe de la Asociación de Trabajadoras del Hogar y Afines (ATHA) . El 78 % no alcanza el Salario Mínimo, Vital y Móvil de $24.408.
Trabajadoras y trabajadores de casas particulares denuncian la precariedad del sector, evidenciada fundamentalmente en la miseria salarial que perciben: el 98,5 % tiene salarios debajo de la pobreza, (de la Canasta Básica total) establecida en $ 60.874 por el Indec. Además casi el 80 % quedó por debajo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM).
El servicio de casas particulares se divide en diversas categorías, según la función que cumpla el personal, si es con retiro o sin retiro, etc. Según un informe que difundió la Asociación de Trabajadoras del Hogar y Afines (ATHA) a los medios, la categoría más extendida es “tareas generales con retiro”, que abarca al 78 % del sector. La remuneración de esta categoría, tras el aumento de abril del 10 % correspondiente al último tramo de la paritaria 2020, quedó en $ 22.765, un 6,7 % inferior al SMVM de mayo estipulado en $ 24.408. Es decir que la mayoría no supera la línea de la indigencia ni de la pobreza.
Además la organización denuncia la pérdida de 229.000 puestos de trabajo producto de la pandemia, es decir un 15 % de los puestos.
“A partir del mes de Mayo, el sueldo mínimo correspondiente a nuestra principal categoría "5º - Tareas Generales con retiro" quedó casi $ 2.000.- pesos abajo del Salario Mínimo Vital y Móvil. Denunciamos además que el Gobierno nos viene privando arbitrariamente del adicional por antigüedad del 1 % del salario básico acordado entre las representaciones de las trabajadoras y de los empleadores en las ‘paritarias’ de 2019 y 2020. ¿Quién puede vivir con $ 22.765? Si nuestro trabajo es el que mueve el mundo, entonces que nos lo reconozcan con salarios dignos!”, sostuvo ATHA en un comunicado en su muro de Facebook.
Las remuneraciones de este sector, (regido por la Ley 26.844 del Régimen Especial de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares), son fijadas por la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares (CNTCP), un organismo tripartito conformado por el Estado, representantes de los empleadores y de los sindicatos del sector. “Exigimos la inmediata convocatoria a la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares para que fije nuestros sueldos mínimos por encima de la canasta básica Total que marca la línea de pobreza, y para que de una vez se nos reconozca el adicional por antigüedad, entre otros reclamos”, continúa el comunicado de la organización.
Las trabajadoras de casas particulares están excluidas del SMVM, es decir que el Estado considera que es un sector de la clase trabajadora que puede cobrar menos de lo mínimo e indispensable estipulado para vivir. Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social de la Nación, se refirió al tema en una entrevista en A24 este lunes. Allí aseguró que el piso para no ser considerado indigente es de 24 mil pesos, mientras que para no ser pobre, es de 60 mil pesos. Reconoció además que el 35 % de las trabajadoras de casas particulares no recuperaron la cantidad de horas que tenían antes de la pandemia. Sin embargo, consultado por los periodistas sobre la posibilidad de un nuevo IFE que contemple al sector, aseguró que “no es momento” para un subsidio como ese.
Que el salario mínimo de la mayoría del personal doméstico sea inferior al SMVM contradice las normas de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), dijo Matías Isequilla, asesor legal de la Asociación de Trabajadoras del Hogar y Afines (ATHA) a Clarín.
Según el informe del INDEC “Cuenta de Generación de Ingreso e Insumo de Mano de Obra” del 4º trimestre de 2020, en el año fueron despedidas el 15,5 % de las trabajadoras de casas particulares. Esto significa una pérdida de 229.000 puestos de trabajo. “El 67 % de las trabajadoras de la actividad prestan tareas de manera informal, clandestina (...); es decir, que dicho terrible flagelo social alcanza en nuestro país a unas 967.000 trabajadoras del hogar", sostiene ATHA.
En tanto, de los datos del Ministerio de Trabajo entre enero de 2020 y enero de 2021 se desprende que la cantidad de puestos de trabajo registrados se redujo de 500.400 a 472.600, es decir, en un 5,5 %, informó Clarín.
El sueldo de empleadas de casas particulares tuvo un aumento del 10 % en dos tramos, el primero en marzo y el segundo en mayo, a través de la resolución 1/2020 de la Comisión. El Gobierno incluyó al sector entre los beneficiarios del IFE pero, según el informe de la Unión de Trabajadores Domésticos y Afines (UTDA), casi la mitad de las trabajadoras domésticas no lo cobraron.
Ante la segunda ola en 2021, el sector directamente quedó excluido del bono único de $ 15.000 que se otorgó en abril para beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), Asignación por Embarazo (AUE) y a los monotributistas de las categorías más bajas (A y B) que perciban Asignaciones Familiares y que se encuentren en ciertos municipios del AMBA o la Provincia de Buenos Aires.
El trabajo de casas particulares no aparece entre las actividades esenciales. Sin embargo, el sector cuenta con la habilitación para viajar en transporte público de acuerdo a las disposiciones actualizadas por el Gobierno en el marco de la segunda ola. Es decir que, mientras la gran mayoría trabaja en la informalidad, sin derechos, sin acceso a elementos de seguridad para preservar su salud, trabajadores y trabajadoras de casas particulares se ven en la obligación de asistir a sus trabajos. Viajan en condiciones de hacinamiento en el transporte público y sus vidas son expuestas solo para limpiar y hacer funcionar los paraísos ajenos.