Como todas las mañanas, mientras preparo el mate, leo los mensajes que envían los insomnes por la madrugada y los madrugadores que, camino al laburo, abren diálogos que quedan vibrando en la mesa de luz mucho antes de que canten los pájaros y entre el sol por la ventana. “Murió Rodolfo García a causa de un ACV que desde el miércoles pasado lo había dejado en estado de muerte cerebral”, reza la necrológica que me reenvían de un diario matutino y se me cierra el pecho como esos días en que abro más de un atado de puchos. Paso el agua al termo, agito el mate para sacarle el polvillo a la yerba y trago el nudo de la garganta mientras contengo las lágrimas.
No puedo juntar esas palabras con su rostro radiante, ese con el que lo recuerdo y abre esta nota. La foto la sacó Rodri Wilson de Enfoque Rojo, quien supo detener ese instante que eran casi todos sus instantes. Un tipo sonriente, sencillo, que disfrutaba enormemente de hacer música detrás de sus tambores y platillos. Ese retrato del sábado 5 de agosto de 2017 es de esas tardes que nunca se olvidan. En la carpa que habían montado las y los trabajadores de PepsiCo en Plaza Congreso, luego del brutal desalojo de la fábrica, armamos ese escenario por el que pasaron 5000 personas a solidarizarse con la lucha y ver actuar a Malena D´Alessio, Karamelo Santo, Responsables no inscriptos, Proletarios, Flema, Kubero Díaz, Javier Malosetti, Lisandro Aristimuño y el gran Rodolfo García.
El Rodo fue de los primeros en llegar. Entró en la carpa y me apresuré a recordarle que fuimos pareja de metegol noctámbulo en la misma sala de ensayo y me dio un cálido abrazo con esa sonrisa amplia que lo caracterizaba. Le presenté a los trabajadores y se sentó con elles a compartir un mate mientras preguntaba y se interiorizaba de la situación con auténtica preocupación. A la hora de subir al escenario lo hizo sin ninguna pretensión.
- ¿Qué necesita maestro? -pregunté. -Nada pibe, seguí tranquilo que ustedes están a mil. Yo me arreglo solito -contestó con una tranquilidad asombrosa frente al vértigo que ocasionaba armar y desarmar ese set tantas veces en una misma tarde-noche. “Che, ¿que linda batería eh?”. -Si, la prestó un trabajador de la Coca para que la usen todos los bateristas que toquen hoy, le contesté. “Mucho más linda, entonces”- dijo con amplia sonrisa.
“Ana no duerme” sonó en la apertura y mis preocupaciones de “plomo” para que todo saliera bien se desvanecían, sentado junto a él, tan tranquilo en su banqueta de batero tocando ese tema que había estrenado 50 años atrás en el disco Almendra del ´69.
Es cierto lo que cuentan los diarios y las biografías: es uno de los pioneros del rock local, fundó Almendra, tocó en Aquelarre, Tantor, Jaguar, nuevamente con el flaco en Los Amigo y con tantos otros grandes de la música sin la menor jactancia. Muches recuerdan cuando Spinetta lo invitó para el unplugged de MTV en Los Angeles y a dúo de guitarra y acordeón rememoraron ese hermoso tema que juntos tocaron cuando muy jóvenes, allá por el ´69: “La miel en tu ventana”. “Quiero presentar a alguien que es como un padre musical y que siempre me va a guiar, porque es una persona derecha como pocas, a quien amo. Rodolfo García, batero de Almendra” dijo el Flaco y se fundieron en un abrazo tras deleitarnos con esa bellísima e íntima versión.
Terminado el show junto a Malosetti y Aristimuño, bajó del escenario de lxs trabajadorxs de PepsiCo, saludando a cada uno y sacándose fotos con todes quienes se lo pedían
-Muchas gracias por venir y apoyar, maestro; dije en nombre de todes. -Gracias a ustedes por invitarme. Hoy siento que estoy donde tengo que estar Rodolfo García nos dejó su sonido, su amor por la música, su talante de buen tipo y su solidaridad con quienes luchan contra las injusticias de este sistema.
Dejamos aquí la entrevista que diera para La Izquierda Diario junto a Javier Malosetti porque así nos gusta recordarlo, tocando, sonriendo y apoyando a les que luchan.
