El pasado 1° de Mayo, las movilizaciones de las y los trabajadores alrededor del mundo se enmarcaron en el contexto de más de una año de pandemia y de la crisis económica internacional profundizada por la misma, cuyas consecuencias, en ambos casos, las vienen pagando las masas explotadas y oprimidas.
La ofensiva de patronales y gobiernos, sin embargo, no ha avanzado sin respuesta, y el contexto internacional también está marcado por importantes procesos de lucha de trabajadores, junto a la juventud y amplios sectores populares, desde Myanmar hasta Colombia, Argentina y Chile.
En México, en donde el gobierno de la 4T, a pesar de su retórica progresista, ha dejado pasar los ataques de los empresarios o los aplica mediante la “austeridad republicana”, se realizaron movilizaciones en estados como Puebla, Veracruz, Yucatán, Jalisco, Guanajuato y Oaxaca.
En la capital del país, después de varias reuniones entre las organizaciones convocantes, se movilizaron, fundamentalmente, sindicatos como el SME junto a la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía Eléctrica, el SutNotimex en huelga y otros sectores en lucha, como las trabajadoras de intendencia despedidas del IEMS y las y los docentes de asignatura de la UNAM, seguidas por organizaciones como las agrupadas en el Foro de Luchas Sociales (FLS) y el Movimiento Nacional Contra la Precarización y los Despidos (Monapred), con las que marchó el Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas (MTS), la agrupación de mujeres y la diversidad sexual Pan y Rosas, Desde las Bases STUNAM, Contracorriente SITUAM, la agrupación magisterial y normalista Nuestra Clase y la Agrupación Juvenil Anticapitalista.
Desde La Izquierda Diario realizamos una cobertura de principio a fin de la marcha en la CDMX, que incluyó las voces de compañeras y compañeros trabajadores de distintos sectores, como muestra de las condiciones por las que atraviesa la clase trabajadora en México.
Flora Aco, trabajadora estatal reinstalada mediante un proceso de lucha y ex aspirante a una candidatura independiente por el Frente de Izquierda Anticapitalista, destacó que la crisis sanitaria y económica viene siendo descargada sobre las condiciones de vida y de trabajo de las grandes mayorías, con millones de despidos injustificados, rebajas salariales y recortes a prestaciones, y denunció la política del gobierno de reapertura acelerada de sectores que no eran esenciales, causando la muerte y la enfermedad de miles de trabajadores, en su mayoría de los sectores más precarios.
A nombre del SutNotimex, sindicato en huelga desde febrero del 2020, Adriana Urrea habló sobre las justas demandas de las trabajadoras y trabajadores de Notimex, contra los despidos injustificados y las violaciones al contrato colectivo de trabajo, así como sobre la situación del estancamiento del conflicto debido a la falta de respuesta por parte de las autoridades.
Desde el contingente del SME, una compañera contó sobre la reciente consulta llevada adelante por la Nueva Central de Trabajadores, junto a otras organizaciones, para visibilizar la opinión del pueblo trabajador respecto a la necesidad de acabar con el outsourcing y de renacionalizar la industria energética.
Como parte de la Asamblea General de la UNAM, docentes en lucha denunciaron que la situación en la máxima casa de estudios con el no pago de sueldos a cientos de profesores de distintas facultades y el recorte de prestaciones, se expresa de manera particular en todos los sectores educativos pero que el ataque en su conjunto es el mismo: precarización laboral y de la vida de los trabajadores de la educación. Hicieron un llamado a la unidad y a sumarse a las movilizaciones, así como una invitación al Encuentro Nacional en Defensa de la Educación Pública el próximo 8 de mayo.
El ataque generalizado contra la educación también fue denunciado por maestras de educación básica, desde los sectores público y privado. En escuelas públicas, por ejemplo, mediante la imposición de las UMA para calcular jubilaciones y pensiones, o la falta de pagos, mientras que la más absoluta precarización laboral es la regla en escuelas privadas, en donde no hay prestaciones, vacaciones pagadas ni acceso a la salud pública, y a muchas maestras les están diciendo que tendrán que presentarse a clases presenciales sin ser vacunadas, pues las materias que imparten no son oficiales. Frente al apuro gubernamental para volver a las aulas, plantearon que no puede haber un regreso seguro sin la vacunación de toda la población, además de condiciones como agua e insumos sanitarios y de limpieza en las escuelas, garantizados por el Estado.
Por parte de Pan y Rosas, organización internacional que se movilizó en distintos países, se destacó que luchas como la del SutNotimex y la de la UNAM, con gremios feminizados y precarizados, están encabezadas por mujeres, que tuvieron un peso específico en la movilización. Esto, luego del escenario del 8 de marzo, en donde la convocatoria fue mucho más grande de la esperada frente a la indiferencia y la respuesta cínica por parte del gobierno de la 4T ante las demandas del movimiento de mujeres, mismo que viene creciendo a nivel internacional, mostrando la potencialidad para ir arrancando ciertos derechos que se pueden convertir en pasos firmes para conquistar una sociedad distinta, sin explotación ni opresión. Como parte de esta perspectiva, Pan y Rosas México se planeta el impulso de una campaña nacional por el derecho a decidir, recuperando el ejemplo de las compañeras argentinas que lo conquistaron en las calles.
La tregua y la necesidad de la unidad independiente y combativa
A diferencia de otros años, sin embargo, la movilización en la Ciudad de México no fue multitudinaria. Pero eso no necesariamente refleja el estado de ánimo entre las y los trabajadores o una negativa de los mismos a movilizarse por la pandemia. En un contexto de ataques desde el gobierno y la patronal, del que forma parte la imposición de la “nueva normalidad” que obliga a miles a exponerse diariamente, la escasa participación en la marcha del 1° de Mayo no se explica sin la política de las direcciones sindicales, particularmente aquellas convocantes a la marcha que se reclaman democráticas, que expresa la tregua que han venido sosteniendo con el gobierno de López Obrador, buscando por esa vía poder sentarse a negociar algunas concesiones.
Así, por ejemplo, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), encabezada por el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRP) y el Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), definió no movilizarse, sino únicamente realizar un acto virtual y asistir a la marcha con una pequeña delegación. Esto, no sólo a pesar de que los telefonistas se arriesgan todos los días trabajando y vienen enfrentando ataques por parte del patrón Carlos Slim, sino de que el SutNotimex, que forma parte de esa central, sí se movilizó, a más de 400 días de sostenerse en huelga, lo cual expresa la continuidad de la política, por parte de los dirigentes de la UNT, de mantener esa importante lucha en el aislamiento, así como lo viene haciendo la dirección del STUNAM respecto a la lucha docente-estudiantil que atraviesa la UNAM con 23 paros.
Por su parte, no sólo ante la lucha en la UNAM, sino frente a cuestiones como la imposición de la nueva Ley General de Educación Superior o los recortes a la investigación y la cultura, los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios, de Educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUESIC) definieron no movilizarse del Ángel al Zócalo, como se planteó en la convocatoria, sino únicamente sumarse a la marcha a la altura del Monumento a la Revolución.
En cuanto a la Coordinadora Nacional de Trabajadores del a Educación (CNTE), aunque se realizaron importantes movilizaciones en algunos estados, particularmente en Chiapas y Oaxaca, no llevó adelante su planteamiento de marcha representativa en la CDMX, lo que se expresó en la participación de un pequeño contingente magisterial capitalino.
Previo a la marcha, en las reuniones preparatorias convocadas por la CNTE, las únicas participaciones críticas respecto a la negativa de la UNT a movilizarse provinieron del MTS, el FLS y el Monapred, desde donde también se planteó decididamente la necesidad de una movilización que expresara la unidad de las y los trabajadores, con independencia política tanto del gobierno como de la oposición de derecha, política que impulsamos para concretar un bloque independiente y combativo junto a otras organizaciones al interior de una gran y unitaria marcha.
También como parte de esas reuniones, tomando en cuenta que el movimiento de mujeres es el principal sector que viene cuestionando por izquierda al gobierno y el papel que vienen jugando las trabajadoras en las luchas, dimos una pelea para que la marcha estuviera encabezada por trabajadoras, propuesta que lamentablemente fue rechazada por las direcciones sindicales burocráticas, quedando en su lugar que encabezaran esos mismos líderes sindicales.
Así, el 1° de Mayo, las organizaciones que integramos el bloque independiente y combativo nos movilizamos en la marcha unitaria, con nuestras compañeras al frente, levantando ejes de lucha como la prohibición del outsourcing, por un regreso seguro a clases presenciales con toda la población vacunada, por la resolución ya de todos los conflictos, contra la subordinación al imperialismo, por plenos derechos y libre tránsito para las y los migrantes, por la renacionalización de la industria energética bajo control de sus trabajadores y con un llamado a que los sindicatos rompan la tregua.
En el templete
Ya en el mitin al finalizar la marcha, las distintas posiciones que se habían expresado en las reuniones preparatorias quedaron más claramente diferenciadas.
Por una parte, los dirigentes sindicales planteando algunas críticas al gobierno de AMLO, pero para terminar expresando confianza en el mismo mediante cuestiones como el “apoyo crítico”, “que se abra nuevamente el diálogo”, o que la 4T no puede avanzar sin los sindicatos. Esto, mientras dejan de lado cualquier crítica a las políticas del gobierno contra los trabajadores, subordinándose (“críticamente”) a las mismas.
Esta política de conciliación, que es la continuidad de la tregua que mencionamos y que le apuesta a la buena voluntad del gobierno y no a la unidad y la lucha independiente y combativa de la clase trabajadora para imponer nuestras demandas, se expresó groseramente en el templete cuando los organizadores y burócratas sindicales interrumpieron la participación de la Asamblea General de la UNAM en voz de sus representantes, participación que reprodujeron momentos después para ser recuperada en la cobertura de La Izquierda Diario.
Junto a la combatividad y las denuncias planteadas por las y los docentes de asignatura de la UNAM, la intervención de Flora Aco a nombre del Monapred planteó una perspectiva de independencia de clase ante la burocracia sindical, los patrones y el régimen político, para enfrentar las consecuencias de más de un año de pandemia y de una crisis económica histórica que viene siendo descargada sobre nuestras espaldas.
Entre otras cosas, la compañera Flora denunció que los partidos de oposición patronal y de derecha intentan montarse cínicamente en las demandas de sectores de la población, cuando son los responsables directos de los avances neoliberales en los sexenios pasados y continúan defendiendo los intereses de las trasnacionales y el imperialismo, mientras que el gobierno de la 4T ha priorizado los intereses de los grandes empresarios, acelerando la apertura económica y con una gestión de la crisis sanitaria fallida que ha tenido como consecuencia millones de contagios y más de 200 mil muertes, sobre todo del pueblo trabajador.
Asimismo, dejó claro que para el triunfo de las luchas en curso y para conquistar las demandas del pueblo trabajador, es indispensable levantar una política independiente desde el movimiento obrero, alternativa tanto al gobierno que se reclama progresista, como a la derecha. Esto para preparar una movilización verdaderamente unitaria y combativa de las y los millones de trabajadores. Para eso es fundamental imponerle, desde las bases trabajadoras, a las direcciones sindicales que se reivindican democráticas, que rompan la tregua que mantienen con el gobierno y encabecen un plan de lucha unitario.