Este 15 y 16 de mayo, el itinerario constituyente señalado por el “acuerdo por la paz y la nueva constitución” marcará un nuevo hito. Los resultados definitivos de quienes integrarán la convención constitucional , con lo cual la instancia que redactará la “nueva constitución” podrá ser , valga la redundancia , constituida.

La jornada también entregará los resultados de la distribución de fuerzas a nivel regional y municipal. Con los datos en mano, será un indicador claro para las candidaturas presidenciales cuán viables continúa siendo la aventura.

Para la izquierda parlamentaria el camino termina donde empezó. Las negociaciones respecto a un eventual ingreso de emergencia ha vuelto a dividir aguas en la oposición. Esto ha vuelto incluso a resucitar la alianza antineoliberal con el Frente Amplio, que hasta el momento solo ha existido nominalmente en la elección de constituyentes, impulsada por el PC y suspendida mientras coqueteaban con los partidos neoliberales de la concertación.

Defender el nicho conquistado o proyectar la solidez de una nueva alianza son los dos relatos que la tienda de Jadue prepara discursivamente para el domingo dependiendo del resultado, el que es toda una incognita.

En la vieja concertación será el momento de tomar decisiones dolorosas con tal de salvar el puente entre su capacidad de gestionar las crisis políticas del gobierno y lograr tirar los problemas bajo la alfombra, y el hecho de que ninguna de sus figuras supera el par de puntos , concitando la indiferencia de la gente, por más que los medios de comunicación intenten sacarle brillo a personas que han sido emblema de la política de la transición.

Para la derecha se acabará sin duda la angustia existencial de si alcanzarán el tercio de bloqueo de la constituyente, tanto ellos como la suma de votos con los partidos del orden. Para la UDI la noche puede considerarse como un éxito si el Partido de José Antonio Kast no logra avances significativos o una derrota si esto es así. Para Renovación Nacional la tarea de defender el puesto del “partido más votado” parece un desafío casi imposible.

Para el resto de listas y proyecto las expectativas no son mucho mayores. Pamela Jiles se conforma con que su marido saque una buena votación en la campaña de gobernadores, La lista del Pueblo y la de los movimientos sociales elevaron mucho la apuesta y quizás tiendan a decepcionarse con los resultados pese a que están en la posición de que todo es ganancia para ellos. Lo mismo para el conjunto de las listas independientes.

El lector atento a esta columna podrá concluir que en política , en particular en elecciones de esta naturaleza, todo resultado puede ser mostrado como una victoria y toda derrota puede ser disimulada mediante algún truco. De conjunto, sea cual sea la combinación matemática que arrojen los resultados de la elección , poco cambiará para la clase trabajadora si la posibilidad de si podrá enfrentar la pandemia continúa siendo una incógnita.

Todos los proyectos políticos parecen unidos en ponerle al resultado electoral una propiedad mágica de solucionar los problemas que aquejan a la población con la pandemia y las demandas de la rebelión.

Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios queremos enviar con el voto un potente mensaje. Nuestra lista de dirigentes sindicales, sociales, trabajadores, estudiantes, dirigentes del movimiento de mujeres , unidos por un programa anticapitalista que pone al centro una idea que ha empezado a rondar: que la crisis la paguen los capitalistas. Cada voto que obtengamos fortalecerá claramente aquella perspectiva.

El itinerario constituyente está diseñado de tal forma, que por más que la derecha obtenga una derrota táctica, toda victoria de la oposición estará destinada a diluirse en el laberinto de trampas que contiene el acuerdo por la paz. Para sortearlas, se requiere que la movilización popular vuelva a entrar en escena.

Ya lo vimos con el 10%, solo así se puede doblar la mano a este régimen. Un voto para nuestra lista de trabajadores revolucionarios es para fortalecer esta perspectiva, sin ilusiones y sin pretensiones demagógicas que engañen la visión de la clase trabajadora.