El viernes 21, las máquinas de la fábrica Alicorp (ex Jabón Federal) pararon por primera vez en la pandemia. Esto se debió a un brote de contagios y ya son más del 50% los trabajadores que se contagiaron de covid-19 desde que comenzó a circular la enfermedad. “Nos consideran esenciales pero sólo para que trabajemos sin descanso”, cuenta con bronca un compañero. Durante la pandemia, esta multinacional peruana aumentó la producción de sus marcas, algunas muy conocidas, como Plusbelle, Zorro, entre otras.
"Desde fines del 2020 dejaron de aislar a los contactos estrechos, volvieron a cruzar los turnos y sacaron el médico que antes estaba todos los días en la fábrica". Cuenta un compañero, y continúa: "incluso nos mandaron a realizar los hisopados fuera del horario laboral para que no afecte la producción. Ahora estamos casi sin mecánicos de mantenimiento porque están todos contagiados”
La empresa, en conjunto con la verde del sindicato jabonero, se ve obligada a hisopar a todos los trabajadores después de un año de haberse negado sistemáticamente a hacerlo. “Desde la verde se lavan las manos, le echan la culpa a los compañeros por no cuidarse, lo mismo que dice el gobierno cuando aumenta los casos”.
El último martes (18 de mayo) los trabajadores portuarios pararon durante 48 hs. luego de la muerte del cuarto compañero por coronavirus. Un chofer de la línea 88 se contagió y murió después que lo obligaron a volver a trabajar de la licencia. Las vidas trabajadoras importan! gritan los trabajadores mientras los empresarios priorizan sus ganancias por sobre la vida de los trabajadores.
“¿Te crees que les importa? A mi me rompieron todo el cuerpo laburando, son muchísimas las muestras de que no les importamos” son las palabras de otro compañero de muchos años en la fábrica. Son múltiples los lugares de trabajo donde los trabajadores se organizan en comisiones de seguridad e higiene para imponerle las condiciones a los empresarios y que no sea la ley de la ganancia la que defina la salud de los trabajadores y sus familias. Una comisión organizada en asamblea, por sección y con distancia social, avalada por el sindicato y reconocida por la empresa; donde los propios trabajadores definan los protocolos vigentes, se aísle a los contactos estrechos de Todos los que den positivo; donde el método sea la asamblea y se organice la pelea por vacunas.
Millones de trabajadores son considerados esenciales para producir pero no para recibir la vacuna contra el covid-19. El sistema capitalista muestra toda su irracionalidad en cada trabajador que muere por coronavirus en un país como Argentina, donde ya se produjo el equivalente a más de 60 millones de dosis de vacunas contra el covid-19, pero el gobierno nacional priorizó los negocios de amigos en lugar de la vacunación masiva para la población. Están permitiendo que los laboratorios hagan negocios multimillonarios con algo que debería ser considerado un bien social como las vacunas.
Mientras no dejan de superarse los récords en contagios y fallecimientos, el gobierno, complaciente con la sed de ganancia empresarial y los pedidos de ajuste fiscal de FMI, anuncia medidas que son completamente insuficientes para enfrentar esta situación tan grave para la salud y la vida de todos los trabajadores.
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