El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, afirmó que, si bien habría una desaceleración del proceso inflacionario, al Gobierno nacional le siguen preocupando las subas "muy importantes" en el rubro de los alimentos. "Hay más changas, hay más actividad, pero hay mucho desequilibrio con los precios de los alimentos", señaló.
El ministro celebra cada vez que puede la existencia de las “changas”. Toma como un dato positivo que la gente pueda salir a changuear, a diferencia del primer tramo de la cuarentena, como si con este tipo de trabajo totalmente informal y sin derechos, existiese la posibilidad de combatir el zarpazo que significa la inflación y el aumento del costo de vida generalizado que implica el ajuste.
Para Arroyo, con las medidas de restricción para mitigar los efectos de la segunda ola coronavirus, “hubo un parate que incluye las changas”, pero de “a poco hay un poco más de actividad económica que incluye el sector de la construcción o textil”.
“(La inflación) se ha desacelerado, pero seguimos teniendo subas muy importantes en alimentos”, dijo el Ministro este jueves en declaraciones a radio El Destape, en las que señaló el "desequilibrio de precios” como uno de los principales problemas en el contexto de la pandemia, que profundiza su impacto en las personas en situación de vulnerabilidad social.
Este miércoles, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que el Índice de precios al consumidor (IPC-Costo de Vida) aumentó durante mayo 3,3 %, por debajo del 4,1 % registrado en abril pasado. Arroyo se suma a los funcionarios del Frente de Todos que se animaron a festejar esa baja ínfima de la inflación, que no mueve el amperímetro de los bolsillos de la clase trabajadora. Menos, teniendo en cuenta que los rubros que más suben son los alimentos, que es en lo que más gastan los sectores con menos recursos. Básicamente, aquellos a quienes solo les alcanza para comer y hasta por ahí nomás...
La inflación minorista en los primeros cinco meses del año alcanzó al 21,5 % y en los últimos 12 meses acumuló un incremento de 48,8%, informó el organismo.
El rubro de mayor aumento en el mes fue Transporte, con una suba de 6 %, impulsada principalmente por los precios de vehículos, combustibles, GNC y tarifas de taxis. A la suba de los alimentos, se suma el mayor costo en movilidad para poder ir a trabajar. La suba en la división Alimentos y bebidas no alcohólicas fue la de mayor incidencia en gran parte de las regiones. El incremento se explicó principalmente por aumentos en Aceites, grasas y manteca; Café, té, yerba y cacao; Carnes y derivados; Leche, productos lácteos y huevos; Verduras, tubérculos y legumbres; y Pan y cereales.
El titular de la cartera social reconoció que “la gente aún recuperando las changas va al comedor también. Eso no pasaba antes”. ¿Es que cómo se le ocurre que con changas se puede dar batalla a la inflación? El Gobierno intenta festejar una “desaceleración de la inflación”, pero no hay un solo indicador de la vida real de las familias trabajadoras y populares que mejore. Lo único que puede decir es “hay más changas” y que aún así las personas necesitan asistencia para comer.
Al ser consultado sobre el escenario político frente a las futuras elecciones, Arroyo aseveró que “en la cabeza de las personas no está el proceso electoral. Está el laburo y las vacunas”. Y la comida que necesitan poner en la mesa y que les es cada vez más difícil de conseguir, le faltó.
Mientras tanto, el Gobierno se rehúsa a otorgar un nuevo Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) como el que dio en 2020 para precarios e informales. El rechazo a la restitución del IFE es una de las definiciones del ministro de Economía, Martín Guzmán desde fines de 2020. Cuando se aprobó el Presupuesto 2021, el Gobierno hizo los cálculos en base a suponer que este año no habría pandemia y entre los ajustes que se realizaron respecto del gasto del año pasado, se quitó el IFE y la ATP. El Gobierno sigue repitiendo la misma frase que en aquel entonces: "no es momento". Guzmán asegura que reducir este tipo de gastos tiene como fundamento el combate a la inflación, requisito indispensable en el marco de su negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, la población sigue sin IFE, la inflación sigue muy alta y donde más se nota es en los alimentos.
El Frente de Izquierda Unidad, es la única fuerza política que plantea verdaderas medidas de emergencia para que la crisis no siga golpeando a los trabajadores y las trabajadoras. El 11% de la población está desocupada, y esto amenaza con agravarse aún más. Por eso plantea la necesidad de la inmediata restitución de un IFE pero que sea de de $ 40.000 para los que se quedaron sin empleo, que el Gobierno excluyó del presupuesto 2021. También, el aumento de los diversos programas sociales, como los que asisten a las fábricas recuperadas. Lo mínimo necesario para poder vivir. Junto con esto un salario mínimo de $ 50.000 para activos y jubilados como medida de emergencia, mientras continuamos la pelea para que cubra el costo de la canasta familiar. |