Frente a las críticas semanas respecto a la situación de la pandemia en el país, por el alza sostenida de contagios y la dura situación que atraviesan los hospitales, donde muchos se encuentran colapsados y prácticamente sin camas críticas para atender a pacientes COVID-19; el Colegio Médico de Chile (Colmed), lanzó esta semana un plan donde definían, entre otras cosas, la reorientación de la estrategia sanitaria del Gobierno, hacia una “Estrategia sociosanitaria COVID CERO”.
En términos generales, el Colmed en la primera parte de su plan nacional “Vivos nos necesitamos”, realizó fuertes críticas hacia el Gobierno y las autoridades del Ministerio de Salud que, como sabemos, nos han llevado a esta crisis sanitaria con un Plan paso a paso a la medida de los grandes grupos económicos y capitalistas, un toque de queda que nada tiene que ver con medidas sanitarias, con una comunicación de riesgo que logra confundir a la población, migajas económicas de hambre, que no solucionan el problema económica de miles y miles de familias que han perdido sus empleos o se encuentran suspendidas mientras duren las cuarentenas, y ahora último, un plan de movilidad que solo logra aumentar la velocidad de transmisión del virus y con ello el contagio entre las y los trabajadores.
En la segunda parte del plan, se da énfasis netamente a las medidas y estrategia sanitaria a adoptar para poder enfrentar estos momentos críticos de la pandemia y avanzar en lo sanitario, considerando que ya hay mucha población a nivel nacional que se encuentra vacunada. Una vez más se enfatiza que es estrictamente necesario que toda medida a implementar debe estar acompañada de fortalecer y aumentar la trazabilidad, la capacidad de testeo y aislamiento de contagios. Ahora bien, uno de los anuncios de este plan del Colmed, que creó mayor polémica en el Gobierno y el MINSAL, es la incorporación de la “Etapa 0: Cortocircuito epidémico”, la cual propone, entre otras medidas, la suspensión del pase de movilidad y la suspensión de todo trabajo o servicio no esenciales.
Dicha medida es clave para lograr detener el avance del contagio en comunas muy numerosas como lo son la comuna de Puente Alto o La Florida, que llevan muchos meses con más de mil casos activos, y en el caso de Puente Alto más de 2 mil. Sin embargo, lo que no dice el plan del Colmed es que para llevar a cabo la suspensión de toda actividad económica no esencial, se hace muy necesario discutir un plan de emergencia para que la crisis no la paguen las y los trabajadores y el pueblo, sino que los grandes grupos económicos y capitalistas, donde por ejemplo en la región minera de Antofagasta, hemos visto que debido al continuo mantenimiento de la producción de las mineras, es que se ha percibido en diversas ocasiones un aumento de contagios en la población. Todo esto mientras, por ejemplo, el grupo Luksic aumentó en lo que va de la pandemia casi el doble de su patrimonio, demostrando que mientras las y los trabajadores deben seguir produciendo para poder tener sustento para vivir, los capitalistas aumentan sus ganancias, a costa del contagio o incluso la muerte de las y los trabajadores.
Por ende, para poder suspender todo servicio o trabajo no esencial, es necesario discutir un plan de emergencia que contemple no migajas como lo es el Ingreso familiar de emergencia (IFE) del gobierno de Piñera, sino sueldos de 550 mil pesos, licencias médicas pagadas, aumento del presupuesto de salud que aporte a combatir la pandemia- todo esto a través de la medida de impuestos extraordinarios a las grandes mineras y grupos económicos-; unificación del sistema publico y privado de salud, mayor contratación a planta de personal de salud y no más precarización de miles de trabajadores de la salud, que hoy por hoy ni siquiera tienen los implementos básicos para poder llevar a cabo una atención de salud oportuna. Un plan de emergencia así, solo puede ser generado si se contempla las ganancias de las mineras y grupos económicos para este fin.
Un punto que genera controversia de la estrategia presentada por el Colmed, es que se confía en que sea llevada adelante por las autoridades de Gobierno, o sea, que las mismas autoridades, como el cuestionado Enrique Paris del MINSAL, sean quienes tengan que gestionar este plan. En este sentido, es necesario criticar la confianza que, una vez más, le otorga al Gobierno y al MINSAL, siendo que son las mismas autoridades que llevan más de un año manejando críticamente la situación sanitaria.
Finalmente, para llevar adelante la estrategia sanitaria que implique el cese de trabajos no esenciales y un plan de emergencia para enfrentar la crisis, que contemple medidas anteriormente mencionadas, es fundamental romper la confianza con este gobierno criminal, siendo quienes decidan aquellos que desde el día uno del inicio de la pandemia en Chile han estado en la primera línea enfrentando la pandemia: las y los trabajadores de la salud, junto a las y los usuarios, organizaciones, gremios y sindicatos, discutiendo en asambleas y comisiones, ya que las autoridades y el gobierno de Piñera han dejado muy claro que no podemos dejar que la crisis sanitaria continúe siendo manejada por ellos.
Es momento de que las y los trabajadores y profesionales decidan sobre nuestro futuro, que puedan decidir qué medidas son necesarias para enfrentar la crítica situación sanitaria en Chile, y que la crisis no la paguen las y los trabajadores. |