Este jueves 24 de junio el decano Guillermo Cabrera presentó su renuncia ante el Consejo Directivo de la FADU tras ser denunciado en la justicia y en medios periodísticos por violencia de género. En su comunicado de renuncia, Cabrera sostiene encontrarse “confiando plenamente en la justicia”. En un raconto cínico de su gestión a cargo de la facultad, alegó que durante la misma hubo mujeres a cargo y diversas iniciativas como la creación de la materia optativa para todas las materias "Diseño y Estudios de Género", a cargo de Griselda Flesler, quien también está a cargo de la Unidad de Género.
Actualmente las mayorías de todos los claustros -estudiantes, graduados y profesores-, del Consejo Directivo las tiene la Lista 10 conformada por Corazón FADU, REFADU (Franja Morada) y Coalición, representando a los sectores del radicalismo. Y las minorías, la lista 5 conformada por La Corriente, Nueva Fadu, AUGE y La Mella, en representación del Frente de Todos.
La consejera estudiantil por la minoría de la lista 5, Boveri, dijo que la gestión de la facultad no dio respuesta clara del funcionamiento del Protocolo frente a este caso. Ya que, como se dio a conocer en los medios, la denunciante no obtuvo respuesta de la Unidad de Género que actúa con el Protocolo.
Tras la movilización de miles de mujeres en el 2015 por Ni Una Menos conquistamos el “Protocolo de Acción Institucional para la prevención e intervención ante situaciones de violencia o discriminación de género u orientación sexual” en la UBA. Sin embargo, en estas instancias de discusión no se pone de manifiesto que este Protocolo no cuenta con los recursos necesarios para poder llevarse adelante. No hay dinero para garantizar el salario a las y los profesionales de los equipos interdisciplinarios así como otros recursos necesarios para la atención de esta problemática. A su vez, es necesario que el y/o los organismos que intervienen frente a este tipo de casos sean en común con las representaciones de los tres claustros de la comunidad educativa y agrupaciones de mujeres, ya que no podemos confiar en la aplicación efectiva del Protocolo en las mismas autoridades que no lo aplican efectivamente.
Tampoco la FADU cuenta con presupuesto para jardines materno-paternales para las estudiantes, docentes y trabajadores de la facultad con hijxs, siendo las mujeres las más afectadas por la crisis en curso que también tiene su impacto en la UBA así como en otros ámbitos, esto muestra la necesidad de discutir la importancia de que haya perspectiva de género también en nuestras carreras, la realidad de miles de compañeras no puede estar desligada de nuestra formación académica.
Este tipo de demandas así como el problema de la precarización laboral y la deserción en el caso de las estudiantes, son realidades a las cuales le ha dado la espalda la gestión de Cabrera (así como las anteriores). La Universidad de Buenos Aires no cuenta con una partida presupuestaria suficiente en su conjunto. Lo que se destina a educación sigue siendo algo escindible para el gobierno de Alberto Fernadez, habiendo votado un presupuesto nacional 2021, a medida del FMI, que redujo lo destinado a universidades en un 9 %. En el caso de las mujeres jóvenes, somos las más golpeadas: el gobierno nos negó el IFE en el peor momento de la pandemia, habiendo sido el 51 % de quienes percibimos esos 10.000 pesos cada 2 meses.
Mientras esta es la realidad que atraviesa a la FADU, tanto el radicalismo como el peronismo dentro del consejo directivo, discuten entre ellos a espaldas de la comunidad educativa y de la mayoría de lxs estudiantes las fechas de las elecciones obligatorias (para designar lxs nuevxs consejerxs directivos que eligirán a fin de año el o la próxima decana), mostrando así, que priorizan sus intereses de quién se queda con tal o cual cargo. De más está decir, que en estos espacios no se cuestiona el régimen antidemocrático que se sostiene en toda la UBA, autoridades tanto radicales, peronistas, kirchneristas y del PRO. Esto se evidencia también, en que la gran parte de la comunidad educativa no tiene acceso a informes sobre cómo funciona la Unidad de Género, y cuales son los recursos destinados.
Por su parte, la conducción del Centro de Estudiantes (CEFADU) en manos de una coalición de mayoría radical (Franja Morada) y peronistas, continúa dando la espalda a esta situación, y las agrupaciones de la lista 5 referenciadas en el Frente de Todos colaboran con esta realidad sin impulsar ningún espacio de organización ni de debate habiendo dirigido el centro de estudiantes anteriormente durante más de 10 años.
Creemos que el camino es la autoorganización entre estudiantes, docentes y no docentes para debatir entre todxs cual es el camino para una universidad verdaderamente democrática donde podamos debatir, cuales son nuestras problemáticas en base a la realidad que vivimos las y los estudiantes, así como cuestionar al servicio de qué intereses se ponen nuestros conocimientos, y cómo hacer frente a las necesidades que tenemos las mujeres y las personas LGBTIQ+, enfrentando el ajuste del gobierno y las autoridades.
Toda esta situación que estamos atravesando, evidencia que dentro de las Universidades los problemas que vivimos en lo cotidiano, como la crisis económica, la violencia machista y la desigualdad hacia las mujeres y diversidad sexual, no puede ser ajena a nuestros espacios de organización. |