La detención del trabajador ocurrió el 22 de junio, cuando policías de Ecatepec acudieron al domicilio ubicado en la colonia Granjas de Guadalupe, tras una denuncia de secuestro. En el lugar fue encontrada una familia amordazada y fueron detenidas 3 personas que fueron entregadas al Ministerio Público bajo la acusación de secuestro. Entre ellas estaba Santiago, quien señala, acudió al domicilio por llamado laboral.

La familia relata que lo detuvieron luego de acudir en atención al reporte de una queja de un servicio IZZI, en una casa a la que los presuntos delincuentes no lo dejaron ingresar.

Cuentan que el trabajador, al momento de reportar el inconveniente de que no se le permitió el acceso a la vivienda, ya había presencia policial y que de un momento a otro fue golpeado y detenido sin más explicación.

Su esposa relata que hay muchas inconsistencias e irregularidades en la detención de Santiago, comenta que le sembraron aparatos electrónicos en el vehículo de la empresa, que la misma familia víctima del secuestro comentó que los presuntos delincuentes "no dejaron pasar al técnico de IZZI" y que a su vez éstos dijeron no conocer a Santiago. De igual forma la esposa mencionó que, a diferencia de los presuntos secuestradores, su esposo fue el único que portaba el uniforme de la empresa y credenciales oficiales que acreditaban su presencia en la zona.

Trabajadores y familiares en su defensa

Actualmente Santiago se encuentra detenido en el penal de Chiconautla, mientras sus familiares y compañeros de trabajo han emprendido una serie de acciones para demostrar su inocencia.

El 22 de junio decenas de trabajadores de IZZI, compañeros de Santiago, pararon labores y se manifestaron a las afueras de su centro de trabajo, con pancartas en solidaridad y por la libertad de Santiago. Expresaron también la situación de vulnerabilidad a la que se enfrentan y denunciaron el abandono por parte de la empresa y del sindicato, pues es la familia la que ha tenido que enfrentar sola y sin asesoría todo el caso, teniendo que vender bienes personales para solventar los gastos de su defensa, ante la grave acusación que lo mantiene en prisión.

Este hecho se da en medio de un aumento de la violencia y el crimen en todo el país, donde el municipio de Ecatepec continúa con cifras alarmantes de feminicidios, secuestros, robo con violencia, etc.. Además de ser uno de los municipios donde existe más corrupción y abusos policiales, en su mayoría hacia trabajadoras y trabajadores.

La solidaridad mostrada entre los trabajadores de Izzi en Ecatepec, por la liberación de su compañero, es una muestra de que ante la descomposición que se vive en las calles es mediante este tipo de acciones como se puede obligar a las empresas y los dirigentes sindicales a responder por la base trabajadora; así como hacerle frente a la policía municipal que gusta de acosar y amenazar a los trabajadores.

De igual forma en redes sociales cientos de técnicos de IZZI, Carso, Telmex y Totalplay han expresado su solidaridad, a través de mensajes de apoyo, colaborando en la difusión o compartiendo otros casos de injusticias laborales y de violación a sus derechos. Todos los trabajadores sin importar la empresa en la que trabajan han sumado su apoyo a Santiago y su familia.

Recientemente se ha emprendido una campaña de fotos en la que exhortan a que todo aquel que quiera sumarse se tome una foto con mensajes de solidaridad a Santiago. En redes sociales son ya decenas de trabajadores y familiares los que han comenzado a difundir sus fotos con distintos mensajes de exigencia y apoyo.

El rol de la policía y el caso de Santiago

El caso de Santiago nos recuerda al caso de Giovanni López, un joven albañil que fue detenido por la policía de Guadalajara el 4 de mayo del año pasado por no portar cubrebocas, López fue trasladado a un hospital dónde posteriormente falleció. El cuerpo de Giovanni presentaba varias contusiones y un disparo en la pierna.

Este tipo casos muestran claramente el rol que juega la policía, que en México son bien sabidos los casos de colusión con el crimen organizado y las redes de trata, y también son conocidos por los múltiples casos de extorsión a jóvenes, mujeres y trabajadores que transitan en cualquier barrio. De igual manera son los encargados de la represión a los movimientos sociales, como el caso de Atenco en 2006 dónde se reprimió brutalmente, se violaron mujeres y fue asesinado el estudiante de economía, Alexis Benhumea.

La policía, lejos de “vigilar” por el bienestar de la población, como dicen los funcionarios del gobierno, están dispuestos para la extorsión de jóvenes y trabajadores o para la represión de cualquier movimiento social que protesta en las calles. Es también la corporación armada que garantiza “paz laboral” a punta de tolete y el principal aliado de la patronal cuando se trata de reprimir a cualquier trabajador que “vulnere” la propiedad privada del patrón o “atente” contra las ganancias multimillonarias de cualquier empresa, por el simple hecho de exigir derechos laborales elementales o el reconocimiento de su organización para desplazar a los “charros” del control de sus sindicatos.

El caso de Santiago no es un hecho aislado, hay miles de casos de jóvenes, mujeres y trabajadores presos de manera injusta que pasan años en la cárcel esperando sentencias de delitos ficticios. Basta de criminalización a los jóvenes, mujeres y trabajadores en los barrios populares, es claro que la “estrategia” de militarización y mayor presencia policiaca en los barrios para “enfrentar” la violencia estructural solo agudiza la misma, mientras el crimen organizado actúa con bastante libertad ante la complaciente mirada de los uniformados. Es fundamental continuar exigiendo al sindicato que ponga todos sus recursos al servicio de la familia de Santiago, desde el plano económico hasta la asesoría legal que se necesite.