La empresa promete un pago extra a partir de un determinado número de entregas. El testimonio de un repartidor al que no le depositaron y se le dificulta cada vez más llegar a fin de mes
Las empresas de reparto por aplicaciones instalaron, entre otras cosas, el pago por pedido retirado-entregado. ¿Qué produce esto? Una búsqueda de realizar la mayor cantidad de pedidos posibles por hora y más aún si hay una promoción extra. Los pibes que pasan a toda velocidad con tal de sumar más guita al final del día ya son moneda corriente.
Esta modalidad de trabajo, también conocida como trabajo a destajo o “por objetivo”, implica un claro retroceso en los derechos laborales de los trabajadores y es parte de una serie de medidas que las patronales vienen tomando en algunos sectores, con el aval del gobierno, para intentar aplicar una reforma laboral en los hechos.
Sin embargo, estas empresas no se contentan con eso, sino que también dejan de pagar los premios que prometen a sus empleados. Ese es el caso de Javier, a quien Pedidos Ya no le entregó la totalidad del monto que prometía como premio, habiendo superado la cantidad de entregas solicitadas.
En concepto de "otros", un tercio del valor del premio correspondiente
Estas empresas usan el eufemismo de “emprendedores” con sus empleados. Pero si, por ejemplo, se te rompe la moto o la bici y le decís a soporte “me accidenté”, te pausa y esa pausa afecta el ranking que vas a ser la semana próxima. Ello significa una diferencia de plata muy grande y también la posibilidad o no de decidir horarios, principalmente en el turno mañana.
“Me tengo que fijar antes de dormirme y temprano a la mañana para ver si pesco un turno que liberó otro repartidor”, nos cuenta Javier, repartidor de Pedidos Ya. Una vida dedicada a la app, sin tener ni siquiera el derecho a descansar bien.
Otra cosa que pasa es que la app, si detecta cierta baja en los pedidos, pausa al raider arbitrariamente y esto también afecta al ranking. El algoritmo, eso que en España están pidiendo que las empresas blanqueen, es el gerente del repartidor.
Los patrones existen y son esos que, por ejemplo, proponen con total impunidad lo que propuso Juan Sebastián Rozo, director de asuntos públicos de Rappi en Colombia: Vacunar solo a los repartidores que más pedidos entreguen. Algo que debería estar al alcance de cualquier laburante.
En Argentina, donde hay alrededor de un 40% de pobreza, subirte a una bici a ganarse el mango se convirtió para muchos, más aún en pandemia, en la única opción para llenar el plato de comida. “Es eso o quedar en la lona’’, dice Javi. Pero es también un avance en los hechos contra los derechos de los laburantes. Estas empresas multinacionales pueden cerrar cuentas como la de Lau Cáceres cuando le dé la gana.
Hace poco nos enteramos de la muerte de Octavio, un pibe de 20 años que estaba en negro en una textil en la matanza y murió cuando lo obligaron pintar un tanque sin protección alguna. En la provincia del gobierno "progresista" de Kicillof, los pibes mueren laburando.
Los repartidores no son la excepción y ya son más de 30 muertes en plena pandemia. Pibes como Franco Almada, que murió arriba de una moto terminando un pedido para poder llevarle un plato de comida a su hijo. Y la lista sigue: Matías Dimuro, trabajador tercerizado de Claro; el pibe Chochy Stauffer de zona sur. Parecen casos aislados, “accidentes” dicen los dueños de todo. Pero es precarización y es algo que atraviesa en menor o mayor medida en estos días a todos los trabajadores.
Hace menos de un mes se hacía viral una foto de un raider gaseado en el Puente Pueyrredón. Ahí estaban, entre otras luchas, la de los trabajadores de ArgenCobra y Ema, tercerizados de Edesur, que aún reclaman por que le devuelvan su laburo, el pase a planta permanente y el encuadramiento en el convenio que les corresponde.
Ese es un ejemplo que queremos destacar y profundizar. La coordinación de los sectores que se plantan y le hacen frente a la precarización y a este gobierno cómplice.
Una pelea por terminar con la precarización laboral
Desde la Red no solo denunciamos los actos arbitrarios que estas empresas se acostumbran a realizar impunemente todos los días, sino que también peleamos por ser reconocidos como trabajadores con plenos derechos (ART, aguinaldo, vacaciones, obra social, etc), contemplando a los compañeros que quieran seguir siendo monotributistas.
También peleamos por un salario igual a la canasta básica, sin que ningún repartidor gane menos de lo que gana en la actualidad. Por el aumento inmediato de las tarifas y el pago de las promociones a todos los repartidores perjudicados. Por que todos los repartidores sean vacunados, sin excepción.
El año pasado, Larreta impulsó una ley que, más que regularizar la situación de los repartidores, significó un aval para el modelo de precarización y fraude laboral de estas empresas. El único espacio que votó en contra fue el del FIT-U (Frente de Izquierda y los Trabajadores - Unidad).
Como dice Javi: “Hay que apoyar al único espacio político que viene peleando contra la precarización, apoyando a los trabajadores en la lucha, a favor de los derechos y contra la explotación”.
En ese mismo sentido, es que necesitamos la unidad de toda la izquierda clasista y socialista en estas elecciones, tal como proponen Nicolás del Caño y Myriam Bregman. Para fortalecer y consolidar una tercera fuerza política, que sea una alternativa para las grandes mayorías populares. Un punto de apoyo para la lucha por terminar definitivamente con la precarización laboral.
