Al menos 52 personas murieron y una treintena resultó herida por un incendio en una fábrica de alimentos y bebidas en Bangladesh, donde algunos obreros tuvieron que saltar por las ventanas para escapar de las llamas, según fuentes oficiales.
El fuego afectó la fábrica de seis plantas de la empresa Hashem Food and Beverage en Rupganj, cerca de la capital Daca, en la tarde del jueves y seguía ardiendo 24 horas después.
Inicialmente, la Policía informó que había tres fallecidos, pero el balance creció dramáticamente a medida que los bomberos llegaban a los pisos superiores y encontraban decenas de cadáveres de trabajadores que quedaron atrapados por las llamas, informó la agencia de noticias AFP.
Los cuerpos fueron colocados en ambulancias para ser conducidos a la morgue entre los gritos y las lágrimas de las personas que se habían concentrado en los alrededores de la fábrica.
La Policía dispersó a cientos de personas que bloqueaban las calles aledañas y que se enfrentaron con los agentes, mientras los bomberos continuaban apagando el fuego.
Muchos de los heridos saltaron para salvar sus vidas desde los pisos superiores del complejo, dijo la policía. No estaba claro cuántas personas quedaron atrapadas dentro. Mohammad Saiful, un trabajador de la fábrica que escapó del incendio, dijo que había decenas de personas adentro cuando comenzó el incendio.
Entre la treintena de heridos, hay personas que sufrieron lesiones al saltar por la ventana ante el avance de las llamas, según el inspector de policía, Sheij Kabirul Islam.
Los bomberos socorrieron también a 25 personas que se refugiaron en el tejado de la fábrica que producía pasta, jugos de fruta y golosinas.
Los incendios son frecuentes en fábricas y edificios residenciales en este país del Sudeste Asiático, debido al incumplimiento de las normas de seguridad, indicó AFP.
En febrero de 2019, al menos 70 personas murieron por un incendio en un bloque de apartamentos de Daca donde se habían almacenado ilegalmente productos químicos, y en abril de 2013 el taller de confección Rana Plaza se hundió como un castillo de naipes y en su interior fallecieron 1.138 obreros.
La nación asiática tiene una larga historia de incendios mortales en las fábricas, así como los campamentos en expansión que albergan a los refugiados rohingya, que se han atribuido al hacinamiento y la laxitud en la aplicación de las reglas de seguridad.
En marzo de este año, al menos 15 personas murieron en la ciudad sureste de Cox’s Bazar, hogar de cientos de miles de refugiados rohingya que huían de la persecución en el vecino Myanmar. Al menos 50.000 personas quedaron sin hogar por el incendio.
En febrero de 2019, al menos 67 personas murieron después de que un incendio envolviera un área de 400 años abarrotada de apartamentos, tiendas y fábricas en la propia Daca. Y en otro incidente importante en 2010, 123 personas murieron en Old Dhaka después de que estalló un incendio en una casa que almacenaba químicos ilegalmente.
En toda la región del sudeste asiático, así como en el golfo de Bengala, las condiciones en las que operan los y las trabajadores son insoportables. Muchas de estas empresas trabajan para grandes multinacionales que cotizan en las principales bolsas del mundo. Pero este contexto no impide que existan grandes luchas obreras contra esa situación es mísera de la clase obrera en aquella región del mundo. |