Los trabajadores tercerizados de MCM, Comahue y Líderes que protestan en Avellaneda, se encontraron con otra lamentable provocación del Gobierno. Además del fuerte operativo de la Infantería de la Policía Federal, descubrieron a personal de las fuerzas de seguridad infiltradas en el lugar.
Se trataba de una integrante de Gendarmería y dos de la Policía Bonaerense, de la comisaría de Avellaneda. Estaban infiltradas entre los manifestantes, que están a la altura de la Estación Darío y Maxi.
O sea, de las fuerzas federales que responden a Sabina Frederic y las fuerzas provinciales que responden a Sergio Berni.
Cuando los trabajadores y su abogada las abordaron, se identificaron y retiraron del lugar.
Los trabajadores denunciaron que se trata de un accionar ilegal y además un provocación en medio de una protesta laboral, e hicieron responsable al Gobierno de cualquier incidente y represión.
¿Cuál era el objetivo del personal infiltrado? ¿Causar provocaciones en medio de una protesta pacífica? ¿Identificar y detener manifestantes? ¿A esto se referían los funcionarios del Ministerio de Transporte cuando rechazaron el reclamo de los trabajadores y dijeron que “estamos trabajando con el Ministerio de Seguridad?
Todas respuestas que deben dar los ministerios de Seguridad de Nación y Provincia de Buenos Aires.
Vale recordar que ni Berni ni el peronismo en general son ajenos a la infiltración de espías en manifestaciones obreras y sociales. Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner la Gendarmería instrumentó el sistema de espionaje ilegal conocido como Proyecto X, denunciado penalmente en 2011 por Myriam Bregman. Y en 2014 Sergio Berni, siendo secretario de Seguridad de la Nación, usó a militares retirados para infiltrarse en la Panamericana durante el conflicto de la autopartista Lear, además del recordado "gendarme carancho". | 
