Win Thet Oo, nacido en Kuala Lumpur, persiguió el sueño olímpico como todo nadador desde muy pequeño. Enamorado del agua pensaba en cada brazada y en soledad estar en el certamen más importante para todo atleta.
Llegar a los Juegos Olímpicos requiere años de dedicación y trabajo al que se someten millones alrededor del mundo para medirse con los mejores de cada país. En el caso de la natación se trata de un modo de vida que pocos conocen, que requiere equilibrar cuerpo y mente, enfoque y proyección. Probablemente sea uno de los deportes más complejos en términos psicológicos y corporales.
“Ir a los Juegos Olímpicos no fue solo para marcar mi lista de logros. No fue solo para decir que nadé en los Juegos Olímpicos”, dice Win Htet Oo. "Fue para mostrarle a Myanmar que podíamos llegar a los Juegos Olímpicos si teníamos el entrenamiento adecuado, si teníamos los entrenadores adecuados, las instalaciones adecuadas".
Win Htet Oo, que ostenta los récords de estilo libre masculino de 50 m, 100 my 200 m de Myanmar, es quizás el mejor nadador de Myanmar. Tuvo la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio después de cumplir con el tiempo estándar de clasificación en los Juegos del Sudeste Asiático de 2019, donde representó a Myanmar.
Por eso la renuncia de Oo Win Htet a los Juegos Olímpicos de Tokio es un profundo acto simbólico y político en esta época en protesta contra el golpe de Estado perpetrado por el ejército de Myanmar. Win Htet ha dicho que no representará a su nación luego de que el Ejército asesinara a cientos de manifestantes.
"Aceptar el MOC (Comité Olímpico de Myanmar) como se dirige actualmente es reconocer la legitimidad de un régimen asesino", escribió en un comunicado en Facebook.
"No marcharé en el Desfile de Naciones (de la ceremonia de apertura) bajo una bandera empapada en la sangre de mi pueblo".
Win Htet Oo dijo que darle la espalda al equipo olímpico de Myanmar era su forma de unirse al Movimiento de Desobediencia Civil que se formó luego del golpe y al que unieron miles de personas en las calles.
"Quería mostrar a la gente de Myanmar que los atletas pueden participar en el movimiento de desobediencia civil", dijo desde Melbourne, Australia donde entrena actualmente.
"La imagen de mí caminando detrás de la bandera en el Desfile de las Naciones y sonriendo, fingiendo que todo estaba bien, francamente me disgustó".
"Sería un ejercicio de propaganda, una forma de decirle al mundo que todo está bien en Myanmar".
El ejército ha sostenido una política de represión brutal a las protestas, que han tenido lugar casi a diario desde que tomó el poder del gobierno encabezado por Aung San Suu Kyi. Casi 900 personas han muerto, según Naciones Unidas, que califica la crisis política como "una catástrofe multidimensional de derechos humanos ". Myanmar corre el riesgo de una guerra civil , con algunos manifestantes y milicias étnicas participando en luchas armadas con el ejército en varias partes del país.
Gran parte de la comunidad internacional ha condenado a la junta militar y la represión contra civiles desarmados. Las potencias occidentales, incluidos Estados Unidos, la UE y Gran Bretaña, han impuesto sanciones contra los altos mandos militares y sus intereses comerciales, aunque el sostenedor oficial es China.
"Estoy tratando de que la gente sepa que el COI (Comité Olímpico Internacional) no es un comité olímpico legítimo y socavan los valores olímpicos", dijo Win Htet Oo con un suspiro de frustración.
"Mi mensaje es simplemente que el COI no puede tolerar un régimen que ha sido acusado de genocidio por las Naciones Unidas", dijo. “Quiero mostrarle a la gente que esto es más que solo deporte, es más que solo política, este es un ejército genocida que todavía está en el poder en el siglo XXI y el mundo lo ha tolerado”.
Win Htet Oo dijo que escribió al COI en marzo, citando la violencia en curso en Myanmar y pidiendo competir como atleta olímpico independiente. Sin embargo su petición fue rechazada.
Oo, quien viajó por última vez al país en 2016, dijo que está dispuesto a sacrificar competir en el deporte que ama para hacer frente a lo que él cree que es una injusticia política.
“Siento que necesito llevar esto más lejos porque las repercusiones para mí son mínimas cuando tomé esa decisión. Si voy a renunciar a mi carrera de natación internacional, que así sea ”. En Melbourne, Australia, así como en varios países del Pacífico, donde hay migrantes de Myanmar, se han dado protestas en contra del golpe. El nadador de Myanmar ha estado participando en ellas desde un primer momento.
“Me solidarizo con tanta gente en Myanmar, cuyos sueños también se han desmoronado”, dice. “Mi carrera deportiva no es nada comparada con todo lo que han perdido. Han perdido oportunidades de establecerse, tener una familia, tener una carrera ".
Win Htet Oo no es el único atleta birmano destacado que ha denunciado abiertamente al ejército de Myanmar. En junio, Pyae Lyan Aung, arquero de la selección nacional de fútbol de Myanmar, se negó a regresar a su país después de un partido en Japón. Dijo a los periodistas que temía por su vida después de hacer el saludo de los tres dedos, símbolo de protesta contra la junta de Myanmar. El futbolista ahora busca asilo en Japón.
Win Htet Oo dice que se está acercando a otros atletas birmanos que residen fuera de Myanmar para formar un grupo de solidaridad para abogar ante el COI y otros órganos rectores deportivos internacionales.
Si tuvieramos que remontarnos a unos Juegos Olímpicos en situaciones más complejas que la actual, seguramente hablemos de los de Alemania nazi en 1936. Hoy el mundo atraviesa una de la peores crisis económicas sociales y políticas que la pandemia profundizó agudizando las contradicciones del neoliberalismo como vemos en el surgimiento de movimientos de protesta como en Chile, Colombia, Myanmar, India, etc.
Las comisiones internacionales como la FIFA o el Comité Olímpico Internacional (y sus homólogos nacionales) insisten en separar deporte de política. Como si no fuera un terreno en disputa entre sectores políticos y económicos a nivel global. En el fondo buscan mantener a los deportistas fuera de la política, cuando muchos atletas entrenan en condiciones de miseria en países muy pobres donde los presupuestos son bajos para el desarrollo del cuerpo, algo fundamental para vida.
Por eso actos como el de Min Htet Oo son importantes para que cada deportista se involucre en la realidad de su país y la del resto del mundo. Para que la humanidad explore y desarrolle sus potencialidades es importante despojarse de estas instituciones y el sistema capitalista que las sostiene, peleando por que se socialice el acceso al deporte y el arte para que todos tengan la posibilidades de disfrutarlo. |