La vuelta a las calles después de diciembre
Julio empezó caldeado. En el debate sobre las cepas y las vacunas, se coló el reclamo de paritarias de diferentes sectores de trabajadores, entre ellos, salud. Salarios por debajo de la inflación se suman a la larga lista de demandas que recorren el sector: salario y ART para concurrentes, el repudio al recorte de cargos en el régimen de residencias y concurrencias, el reconocimiento profesional de enfermería y un largo etcétera.
Tras varios meses de tregua pactados por la burocracia con el Gobierno, desde aquel diciembre caliente a esta parte, volvieron los comunicados de Asociación de Médicos Municipales (AMM) y Federación (ambos sindicatos importantes de salud en CABA), anunciando “por arriba” la reapertura de paritarias y el llamado a medidas de fuerza que no prepararon en un solo hospital o centro de salud.
Lejos de agarrarles aires de lucha, observan el descontento por abajo que se hizo escuchar con el cobro del mísero bono de $ 6500 y un aguinaldo que no cubrió las expectativas de nadie. Temen ser pasados por arriba, como hicieron los elefantes neuquinos con la burocracia de ATE en la provincia, y por eso se adelantan para intentar salvar su pellejo, pero no son invencibles.
En el último paro del martes 13 de julio, se hicieron visibles los sectores más combativos, que apuestan a ganar las calles como forma de visibilizar los reclamos. Estuvieron presentes residentes y concurrentes de la asamblea CABA, trabajadores de enfermería autoconvocados y del SITRE, trabajadoras sociales nucleadas en la Asociación de Profesionales de Servicio Social (APSS), trabajadores nucleados en la Asociación Gremial Interdisciplinaria del hospital Moyano (AGIHM), médicos nucleados en la filial del hospital Sardá (opositora a la conducción de Gilardi de AMM), entre otros. Alrededor de 200 trabajadores de la salud le pusimos el cuerpo a la movilización que finalizó en la Jefatura de Gobierno, sin obtener respuesta alguna y donde una misma propuesta recorrió las distintas intervenciones: la necesidad de coordinar.
¿Y los sindicatos mayoritarios?
En las últimas semanas, toda la salud se hizo presente. Desde los paros y las jornadas de lucha de los compañeros del Garrahan que ya van más de 8, así como también el corte de los enfermeros autoconvocados en Puente Pueyrredón o el contundente paro de quienes trabajan en efectores privados de saluddel viernes 23 de julio. Más aún, el descontento con la situación económica y sanitaria se expresó de diferentes maneras en las calles alcanzando también a otros sectores: ferroviarios precarizados, desocupados, vecinos que piden tierra para vivir, y la lista sigue, no solo aquí sino en todo el país y por supuesto, que no están ausentes los sectores de salud en otras provincias.
Las calles estuvieron llenas, ¿qué hubiera pasado si hubiéramos concentrado nuestras fuerzas en días y lugares claves? La modalidad de marchar y reclamar cada uno por su lado no cae del cielo, más bien viene siendo fomentado por nuestros sindicatos desde siempre, convocando paros aislados, sin llamar a asambleas ni acciones comunes, lo cual nos dificulta “golpear con un solo puño”. Se juegan más a mantener controlada la calle que a que se exprese con más fuerza el descontento. Alineados con el Gobierno de turno dejan pasar el ajuste que se extiende en todo el país. Aceptar “lo que hay”, es decir, las muertes evitables, los ritmos extenuantes, el apriete en nuestros bolsillos, en otras palabras, el ajuste. Es de lo que vienen queriendo convencernos las burocracias de ATE, UPCN, AMM, Sutecba y otros, quienes negocian con el Gobierno de Larreta y con el Gobierno Nacional. Por eso no podemos seguir reproduciendo sus métodos, al contrario, Neuquén marca el camino y muestra que luchar de otra manera sirve y mucho.
De dónde venimos...
A finales del 2019, residentes y concurrentes organizados desde abajo, con asambleas y delgados por hospital, coordinando en común y movilizando masivamente, le impusimos a la dirección burocrática de AMM medidas contundentes que nos permitieron ponerle un freno a ley de Larreta con la que buscaba precarizar aún más nuestras condiciones laborales y de formación. Ahí mostramos el rol estratégico que jugamos en el sistema de salud, como sostén de múltiples servicios y, por lo tanto, mostramos que tenemos una enorme fuerza para torcerle el brazo a Larreta e ir por más. Por todos nuestros derechos, por el fin de la precarización y por cuestionar profundamente las consecuencias de un sistema de salud vaciado con las políticas del neoliberalismo y que ningún gobierno cuestionó. Esas mismas políticas que nos llevaron a enfrentar la pandemia en peores condiciones.
En ese momento del conflicto, confiando en la negociación prometida por el Gobierno, se abandonaron las medidas de lucha. Pero dicha negociación nunca llegó. Los compañeros de Tribuna Municipal (PO), fueron parte de acompañar esas expectativas, por lo que resaltamos la necesidad de realizar un balance y sacar conclusiones para las peleas que siguen.
A finales del 2020 a pesar de los ritmos extenuantes de la pandemia volvimos a ser protagonistas, jornadas que tuvieron su punto más alto cuando tomamos las calles junto a nuestros compañeros residentes de Provincia y Nación, demostrando que los reclamos son los mismos, sin importar la jurisdicción, uniendo por abajo lo que las direcciones burocráticas de los sindicatos dividen por arriba. Peleamos por profundizar en asambleas interhospitalarias comunes del conjunto del equipo de salud, pero no logramos concretarlas.
Meses más tarde, es importante no partir de cero, y sacar lo mejor de estos procesos de lucha de los cuales venimos. En este marco, el hospital Garrahan, que viene de 8 jornadas de paro, se propone con su prestigio, tradición y referencia ser bandera del conjunto de los reclamos del sector, llamando a acciones comunes que permitan conquistar una paritaria acorde a los niveles de inflación actuales para el conjunto de los trabajadores de la salud y estatales, y sentar las bases para que nuestros pacientes, que sufren las siderales cifras de pobreza del 42% también puedan acceder a un salario mínimo que cubra la canasta básica.
¿Cómo hacemos nuestro Neuquén?
Parece mucho, pero es posible, tal como nos mostraron los elefantes de la salud de Neuquén, que con asambleas interhospitalarias, junto al pueblo mapuche, con el apoyo de los trabajadores petroleros, docentes, entre otros, y con medidas contundentes en lugares estratégicos, con un verdadero impacto a la economía capitalista y quienes gobiernan para ella, como el corte de “vaca muerta” por 22 días, lograron conquistar un aumento del 53% para todos los estatales de la provincia. ¿Cuál es nuestra vaca muerta? Esa es la pregunta que debería recorrer las charlas y debates entre quienes trabajamos en salud en el AMBA y queremos cambiar las cosas.
Para reagrupar esa enorme fuerza que tenemos, necesitamos profundizar instancias de organización por abajo, como asambleas por hospital y centros de salud impulsadas por los propios trabajadores, donde discutamos de forma democrática qué medidas tomar para conquistar nuestros reclamos todos juntos en las calles y de forma coordinada. Podemos apoyarnos en la actual lucha del hospital Garrahan para desde ahí unificar las fuerzas necesarias para, mediante acciones contundentes, arrancarles a los sindicatos las medidas que necesitamos, enfrentar el derrotismo que quieren imponernos y conquistar nuestros reclamos. Al igual que en Neuquén, el apoyo y coordinación con otros sectores con los que nos venimos encontrando en las calles, es fundamental en este camino, una lección que vienen tomando los compañeros del Garrahan
La lucha contra el ajuste necesita también fortalecerse en el escenario político
En esta perspectiva peleamos desde la Agrupación Marrón Salud. La lucha es por todo. Alberto Fernández y quienes integran el Frente de Todos nos dijeron que había que elegir entre salud y economía pero cruzamos el horrible récord de los 100 mil muertos por covid-19 en el país y aun así, los empresarios de los laboratorios, las farmacéuticas, las prepagas no tuvieron que preocuparse por nada, al contrario, fueron los grandes ganadores de la pandemia, mientras la pobreza infantil alcanza la alarmante cifra del 62%. La plata del estado fue a parar a sus bolsillos y de los acreedores que saquean históricamente a nuestro país, el FMI y el Club de París, los bancos, y más empresarios a los que poco les importa nuestra salud.
Por su lado, la derecha muestra una falsa preocupación por la situación económica y lanza una campaña rabiosa hacia los “piqueteros”, Se nota que no quieren que haya más ejemplos como el de los elefantes de Neuquén que le pongan un freno, no quieren que cuestionen sus ansias de que el ajuste se profundice aún más.
Desde el Frente de Izquierda Unidad apostamos a emerger como tercera fuerza política para fortalecer las luchas y amplificar su voz. Queremos conquistar nuevas bancas de diputados que como Myriam Bregman, Alejandrina Barry, Nicolás del Caño y muchos otros compañeros, han estado acompañando y siendo parte de cada pelea, denunciando en las calles y en el Congreso o la Legislatura lo que otros han dejado pasar, como las leyes de endeudamiento, precarización laboral, ventas de terrenos y tantas otras.
Siempre pusimos las páginas de nuestro diario digital a disposición y avanzamos en poner en pie la Comunidad LID con miles de suscriptores que se hacen eco de cada denuncia, para discutir qué alternativa política necesitamos las y los trabajadores.
Ya realizamos las primeras asambleas abiertas de pre-candidatos, donde 1000 trabajadores/as, estudiantes, precarizados y desocupados, mujeres, referentes barriales, activistas del medio ambiente y de la comunidad LGTBI discutieron la necesidad de salir a pelear en la Ciudad, para que la Izquierda se consolide como la tercera fuerza política y social.
Te invitamos a ser parte, y así como nos encontramos en la lucha contra el ajuste y porque la salud sea un derecho y no un privilegio, construyamos juntos la fuerza política que exprese verdaderamente nuestros reclamos. Vamos por la centralización urgente del sistema de salud; declaración de interés público los laboratorios; aumento del presupuesto para salud, educación, IFEs; salario igual a la canasta familiar; basta de seguir pagando la deuda usuraria. Los recursos están, las prioridades tienen que ser otras.
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