Ante la crisis en Cuba, el gobierno mexicano volvió a salir al ruedo internacional. Durante el acto conmemorativo del natalicio de Simón Bolívar, el pasado 24 de julio, dio los primeros indicios. Con la reivindicación del papel de Bolívar en la lucha por la independencia de los países que hoy conforman América Latina, recordó la declaración de la doctrina Monroe que antecedió a las sucesivas invasiones, injerencias y anexiones que realizó Estados Unidos al sur del río Bravo.
En ese contexto, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reivindicó la resistencia de Cuba desde la revolución de 1959 en adelante, y propuso que se la nombre patrimonio de la humanidad, así como el reemplazo de la Organización de Estados Americanos (OEA) por un organismo del que no participe Estados Unidos.
Apenas 48 horas más tarde, durante su conferencia matutina del lunes 26 de julio desde el puerto de Veracruz, AMLO pidió a Joe Biden poner fin al bloqueo. Señaló que una medida que se puede tomar es permitir el ingreso de remesas de cubanos que emigraron de la isla.
“Nosotros tomamos la decisión, por solidaridad, frente a esta situación de bloqueo, queriendo someter políticamente al pueblo de Cuba, al Gobierno de Cuba, tomamos la decisión de ayudar, de ser solidarios frente a ese bloqueo, porque no basta con votar cada año en la ONU en contra del bloqueo”, declaró el mandatario. Reiteró su postura en la conferencia matutina del 27 de julio.
Todo esto después de que el 23 de junio pasado la Asamblea General de la ONU solicitó el fin del bloqueo económico de Cuba con el voto de 184 países. Pero más allá de las declaraciones, hasta ahora no enviaron ayuda.
La postura del gobierno mexicano ante la revolución cubana
Las declaraciones de AMLO en 2021 se alinean con la postura del gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964), del Partido Revolucionario Institucional, ante la revolución cubana. En 1960, ese mandatario invitó a México a su homólogo cubano Osvaldo Dorticós. Al año siguiente, la administración de López Mateos lideró las protestas en Naciones Unidas contra la invasión de Bahía de Cochinos. Se opuso también a que la OEA impusiera sanciones económicas a Cuba. En 1964 fue el único país integrante de este organismo que rehusó romper relaciones con La Habana, una medida impulsada por Estados Unidos.
Sin embargo, apariencia no es esencia. Un reportaje de la revista Proceso realizado a partir de la apertura de archivos de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU. dio a conocer que la postura independiente de México ante Cuba estuvo signada por un acuerdo con el imperialismo estadounidense para que vía la embajada mexicana en la isla se brindara información a ese gobierno.
Al mismo tiempo que hacían éstos y otros gestos de política exterior para aparecer con una postura autónoma de Washington, los gobiernos del PRI reprimían a los movimientos obreros y de izquierda en México, alineados con la orientación que el imperialismo estadounidense impuso en toda América Latina.
La cercanía de México con Cuba más o menos se mantuvo hasta el gobierno de Vicente Fox (2000-2006), del Partido Acción Nacional. Fox invitó a Fidel Castro a retirarse del país en la Cumbre de Naciones Unidas que se realizó en marzo de 2002 en Monterrey, capital de Nuevo León, para darle lugar al entonces presidente estadounidense George Bush.
Ahora, en el siglo XXI, mientras pide el fin del bloqueo a la isla y promete el envío de ayuda, gestos políticos que despiertan gran simpatía, el gobierno de AMLO no dice una palabra de la represión desatada por el gobierno de Díaz-Canel, ni sobre los presos políticos tras las manifestaciones recientes.
Como señalamos en otro artículo, "las demandas centrales de las protestas fueron por el desabastecimiento, los precios elevados de los alimentos y los cortes de luz, en un momento en que la pandemia por el coronavirus está pegando fuerte en la isla". En ese contexto, también "se expresaron consignas como ’Patria y Vida’ o ’Libertad’ impulsadas por sectores de derecha que son funcionales a una política de mayor apertura económica y reformas promercado".
Por el fin del bloqueo
El gobierno mexicano respalda por entero al gobierno cubano, impulsor de medidas promercado que favorecen la restauración capitalista que definió la burocracia del Partido Comunista Cubano en su último congreso, como la unificación monetaria, que implicó una devaluación de 2400% en el marco de la crisis económica agudizada por la pandemia y la crisis de Venezuela, el país que abastecía de petróleo a la isla.
El bloqueo que realiza el imperialismo estadounidense, avalado por los “gusanos” de Miami y la derecha continental, junto con las medidas procapitalistas del gobierno cubano son los que llevaron a la actual crisis social y económica que enfrenta el pueblo cubano.
Por otra parte, las declaraciones de AMLO criticando tanto a la OEA como a la política de Biden no representa una ruptura con la política imperialista estadounidense. Aunque distanciándose de los gobiernos latinoamericanos ubicados más a la derecha, se limita a proponer un organismo que tenga cierta autonomía de Washington. Pero como ha mostrado la historia de nuestra región, la única vía para evitar el injerencismo y la opresión de EE.UU. es romper con las cadenas que nos atan al imperialismo y enfrentar sus políticas. Pero AMLO, mientras critica el bloqueo, sostiene la subordinación política, económica y hasta migratoria de México a la Casa Blanca.
Para imponer el fin del bloqueo no son suficientes declaraciones, ni se puede esperar que eso venga de las buenas intenciones del vecino del norte. Hace falta que la clase trabajadora y los sectores populares de México y de toda América la exijan con la movilización, desde Norteamérica a Sudamérica, contra el bloqueo, por la libertad de los presos políticos en la isla, en apoyo al pueblo cubano y por la defensa de las conquistas de la revolución.
|