Ante rumores sobre su posible reemplazo a Daniel Arroyo en el Ministerio de Desarrollo Social, habló sobre su rol en provincia de Buenos Aires. Uno de los principales responsables del desalojo y las mentiras a las familias sin techo en 2020.
El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, aseguró que "no está en discusión" si reemplazará a Daniel Arroyo al frente de la cartera de Desarrollo Social si el funcionario nacional resulta electo como diputado nacional por el Frente de Todos (FdT) en estas elecciones, y afirmó que tiene por delante "una tarea inmensa" en el distrito que gobierna Axel Kicillof.
"No lo sé. No estoy en esa discusión. Tengo una tarea inmensa en la provincia de Buenos Aires atinente a lo social. Estoy a disposición de lo que me pida el gobernador (Axel) Kicillof. La pandemia detonó todo tipo de planes. Vivimos en un momento de absoluta incertidumbre donde medimos los pasos semana a semana", señaló Larroque en declaraciones a la radio online Futurock FM.
La posibilidad de que Larroque abandone el Ministerio provincial para reemplazar a su par nacional, Daniel Arroyo, como él mismo dice, no está confirmada. Sí lo está la candidatura del segundo, quien se pasó el año entero tratando de demostrar que la política asistencial del Gobierno es lo máximo que se puede hacer para contener la crisis social.
Sin embargo, la pobreza ya supera el 42 % de la población - 19 millones de personas -, no baja la cantidad de gente que va a comedores, el empleo no se recupera por fuera de las changas informales y la comida se ha vuelto un lujo para muchos y muchas, como la vivienda. Esa es la “tarea social inmensa” que desarrolla el Frente de Todos desde la cartera de Larroque y Arroyo: administrar la miseria y la herencia macrista, no revertirla invirtiendo las prioridades y poniendo por delante las necesidades populares.
Arroyo se cansó de repetir que el Gobierno tiene el plan de urbanizar 400 barrios por año, cuando según estima hay alrededor de 4000 barrios precarios en el país. Es decir, según los cálculos del precandidato habría familias que recién en 10 años resolverían su problema habitacional, que alcanza a más de 3 millones de familias a nivel nacional.
La “tarea inmensa” más importante que desarrolló Larroque en 2020, desde el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, fue demonizar a las familias que luchaban por tierra para vivir en la toma de tierras de Guernica, partido de Presidente Perón. La represión y desalojo en Guernica, fue ejecutada por la Policía Bonaerense a cargo de Sergio Berni y avalada por todos los niveles de gobierno, todos peronistas: nacional, provincial y local (a cargo de la intendenta Blanca Cantero).
Engañar y amenazar a las familias, convencerlas de que se fueran del predio a cambio de migajas y promesas imprecisas, mandar patotas y punteros del Ministerio, negar la represión, defender el rol de la maldita Policía Bonaerense que arrasó con todo y quemó casillas, culpar a las organizaciones de izquierda solidarias con la lucha por tierra para vivir: ese fue el rol de Larroque y el organismo que preside, en el conflicto más emblemático del año.
Aún así, las familias sostuvieron su lucha y le arrancaron al Gobierno la promesa de entrega de lotes, por los que aún continúan peleando organizadas como estuvieron desde el primer momento.
Similar al rol cumplido por Sergio Berni 10 años antes, desde la cartera de Desarrollo Social de la Nación, en el Parque Indoamericano. El rol de esta área es acercarse para “negociar” con las familias y convencerlas de que el Estado cumplirá con el deber que tiene de garantizar el derecho a la vivienda.
El funcionario indicó que "con la pandemia, la catástrofe originada por el Gobierno de Mauricio Macri quedó en segundo plano" y remarcó que la gestión de Kicillof asumió "en un contexto de complejidad" debido a la emergencia sanitaria. Ya no va seguir echándole la culpa a la pandemia y a la herencia recibida del macrismo. La decisión de desalojar con una represión salvaje para que la empresa Bellaco SA se quede con el predio de Guernica, sin siquiera haber podido demostrar la titularidad de las tierras, fue una decisión política del Gobierno del Frente de Todos en todos sus niveles. Precisamente, por la pandemia y por la crisis que dejó el macrismo, la “tarea social inmensa” que hubiera correspondido según lo que habían prometido en campaña, es la de garantizar la vivienda para las familias más empobrecidas, por ejemplo mediante un plan de obras públicas que a su vez genere puestos de trabajo. Pero no, la decisión fue favorecer los negocios de los que quieren construir countries y campos de golf.
"Arrancamos este año con una expectativa de nivel de contagios bajos, y de repente apareció la segunda ola. No es sencillo lo que estamos atravesando. Hay una presencia del Estado. Con aciertos y errores que nos va sacando de esta situación difícil", aseveró Larroque. Lo que dice no resiste el menor análisis. Mientras el Gobierno supuestamente mantenía una expectativa de bajos contagios, en Europa la segunda ola golpeaba con fuerza y era totalmente predecible su llegada al país. El pretexto le viene bien para justificar no sólo las medidas de fortalecimiento del sistema de salud que el Gobierno no tomó, sino el hecho de haber ajustado en el presupuesto 2021 las partidas destinadas a la ayuda social, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). E increíblemente, el ajuste en la partida de Salud, en plena pandemia.
Todo esto para responder a las exigencias del Fondo Monetario Internacional, en el marco de la renegociación de la fraudulenta deuda externa que en campaña dijeron que no había que pagar, porque se destinó a la fuga de capitales y a financiar la campaña de Mauricio Macri. Sin embargo, desde que asumieron pusieron por delante los pagos de deuda, antes que la construcción de vivienda.
