Hace más de siete años que estas mujeres se ocupan de la producción y administración, junto a sus compañeros, de la fábrica gráfica ubicada en la zona norte del Gran Buenos Aires. En un primer momento, la Juegoteca era un espacio en el acampe que hacían las familias sobre la colectora de la Ruta Panamericana km 36,7 en la puerta de la fábrica. Surgió ahí porque había un objetivo, defender los puestos de trabajo y no permitir que se quiebre por el hambre. Armando bolsones de comida para las más de 200 familias de la ex Donnelley.
Con el avance en su organización se fueron poniendo nuevos objetivos: juntar útiles escolares, huevos de pascuas, pañales y los bolsones de alimentos, que era lo que más les preocupaba. “Eran momentos durísimos de alacenas vacías. Eso nos llevó a soñar, y luego a ponernos como un nuevo objetivo luchar por tener la Juegoteca para nuestros niños y niñas”. Había señalado en una entrevista, Erica una trabajadora de la Comisión de Mujeres.
Hicieron realidad su sueño y ahora van por más
Desde hace 7 años que pusieron en pie la Juegoteca, la cual durante todo este tiempo ha ido transformándose. Durante la Pandemia tuvieron que cerrar sus puertas, sin embargo aprovecharon ese tiempo para acondicionarla y realizar las modificaciones necesarias para volver a abrirla en función de los niños y niñas que la necesitan.
Hoy la Juegoteca vuelve a abrir sus puertas con un proyecto que combinará educación no formal, basada en el juego, la reflexión, la experimentación, el destierro de estereotipos y prejuicios sociales, con talleres de Educación Sexual integral, y las comidas necesarias para los chicos.
En medio de una crisis económica donde los grupos más afectados son las mujeres y las infancias, vemos como la cooperativa está poniendo todo su esfuerzo en resolverlo del mejor modo, defender el lugar que con tanto amor construyeron, un espacio donde sus hijos e hijas puedan jugar, aprender y alimentarse.
Por eso Madygraf es un gran ejemplo de solidaridad, pero también de que con organización los trabajadores y trabajadoras ocupados o desocupados pueden conquistar todos sus derechos y los de sus hijos.
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