Este martes 24 comienza la 8va Semana de Cine Documental Argentino organizada por la asociación ADN – Asociación de directores y productores de cine documental argentino –, forma parte de la programación el documental Recatate con los pibes de Mariano Corbacho y Marcos Coria.
La película recorre la historia reciente de las luchas de estudiantes secundarios de CABA y reconstruye desde el año 2010 una década de organización en defensa de la educación pública. Las voces de las y los protagonistas junto al registro directo de las diversas experiencias en movilizaciones, tomas y actividades varias, enfrentan y cuestionan la imagen instalada por los medios masivos de comunicación.
Se puede ver de manera online y gratuita a través de la plataforma vivamoscultura
Para conocer más sobre este trabajo desde La Izquierda Diario compartimos las reflexiones de Mariano Corbacho, uno de sus realizadores
¿Cómo surge la idea del documental?
“Recatate con los pibes” surge como correlato inmediato de nuestro primer documental “70 y Pico” el cual se encargaba, entre otras cosas, de pensar el rol del movimiento estudiantil universitario durante el período 1966-1983. Así, frente a la ausencia que encontrábamos de películas que se encargaran de pensar a las y los pibes como actores sociales y como sujetos políticos, nos empezamos a acercar junto a Marcos Coria (co-director del film) a las diversas movidas que generaban semana a semana los estudiantes secundarios de CABA. Vale decir que los primeros registros del film empezaron tímidamente a realizarse allá por el año 2015, en lo que fuimos delineando y definiendo quienes serían los protagonistas del documental.
A su vez, nos interesaba retratar al movimiento estudiantil porteño desde un punto de vista transversal y transgeneracional, alejándonos así de la idea de un caso testigo, el cual sentíamos que ya estaba trabajado en películas como “La toma”, “Después de Sarmiento”, “Escuela contra el margen” o “Escuela Normal”. Sino que, por el contrario, buscábamos que los protagonistas fueran de diversas especialidades (artísticas, comerciales, técnicas, etc.) marcando el hecho de que las problemáticas educativas, infraestructural o de reformas pedagógicas inconsultas, se daba de la misma manera a lo largo y ancho de la Ciudad. A la par, también sentíamos que era un aporte poder hacer una pequeña historización del derrotero del movimiento estudiantil porteño en la última década, tomando como parte aguas el estudiantazo de 2010 que impone un freno al avance de las políticas de vaciamiento de la educación pública que intentaba llevar adelante (y sigue llevando) el macrismo en la Ciudad desde 2007.
Todo esto enmarcado desde nuestra productora Colorín Colorado desde donde apuntamos a un cine de tipo social que ahonde en los por qué y para qué de los protagonistas históricos, enmarcado en su respectivo contexto.
¿Cómo fue trabajar con les jóvenes secundarios, hubo un ida y vuelta con ellos durante la realización o en el montaje?
El proceso de realización de la película llevó 5 años de trabajo, paradójicamente, toda una secundaria. En ese tiempo las y los pibes colaboraron muchísimo en pasarnos la data de las acciones que llevaban adelante, propusieron ejes de debate que forman parte del corte final, a la par que se volcaron a la búsqueda de material de archivo original, registrado en muchos casos por los propios secundarios en actividad. Acá hago un pequeño paréntesis, que vale mencionar, que es muy difícil encontrar investigaciones académicas, o bien centros de estudiantes que hagan procesos de recuperación de su propia memoria como colectivo. Sin duda que en la Ciudad de Buenos Aires hay Centros de Estudiantes con una enorme historia sobre sus espaldas, con recorridos de lucha importantísimos, pero lamentablemente no hay mucha conciencia de dejar un registro documental (gráfico, visual o escrito) para que las futuras generaciones conozcan aquel legado. Así también entendíamos humildemente que “Recatate con los pibes” podía ser una suerte de memoria, de una pequeña parte, de todas aquellas experiencias.
Afortunadamente una vez terminada la película, pudimos acercársela a sus protagonistas y hasta el momento hemos tenido enormes devoluciones de su parte, lo cual nos llena de orgullo y nos da gran tranquilidad, porque la película fue hecha y concebida para ellos en primera instancia.
Para ustedes como documentalistas, ¿Qué fue lo más novedoso que registraron en el proceso de realización?
La película tenía la intención de disputar la idea, que muchos medios hegemónicos intentan instalar, y más aún cuando se abren procesos de lucha masivos, de que los jóvenes de nuestra sociedad están para el pelotudeo, que no saben lo que quieren, y porque no, hasta son unos reventados. Por el contrario, nosotros pensamos que los jóvenes tienen mucho para enseñarnos a quienes ya tenemos un par de canas. Que su forma de sentir y ver el mundo choca de frente muchas veces con los esquemas que tiene armado el sistema para su futuro, y en respuesta a eso, se arman de todas las herramientas que tienen a su mano para tratar de cambiar la realidad. La capacidad organizativa que ha demostrado el movimiento estudiantil secundario, congregando sistemáticamente, año tras año, movilizaciones de más de 60 colegios de toda la Ciudad, llenando sus calles con 2.000, 3.000 y hasta 4.000 estudiantes, no es para pasar por alto. Eso no se genera de la noche a la mañana, hay todo un proceso de organización y de coordinación subterránea que es para destacar. A la par que en muchas temáticas como ser cambios curriculares, problemáticas de género, el aborto mismo, los pibes y las pibas han estado a la vanguardia de muchas organizaciones sindicales docentes.
Encontrarnos como documentalistas, enfrentando nuestros propios prejuicios frente a pibes y pibas de 15/16 años, entrevistándolos de manera formal como a cualquier adulto que oficie de voz autorizada. Encontrándonos sistemáticamente con reflexiones profundas sobre pedagogía, políticas públicas o reflexiones sobre su organización gremial, articulando conceptos complejos buscando siempre encontrar canales de diálogo y siendo propositivos, para nosotros fue una grata sorpresa. Fue grato por darnos cuenta que vivimos en una sociedad donde los pibes y las pibas están bien plantados en sus ideales y que de mínima están buscando el camino para el mundo sea un lugar justo.
¿Qué lugar ven que ocupa el movimiento estudiantil en las luchas populares y en especial en el movimiento de mujeres?
El movimiento estudiantil es una cantera de activismo. Los pibes y las pibas forman parte activa de los procesos sociales de nuestra patria. Es innegable el rol destacado que han tenido en este último lustro en la problematización sobre las desigualdades de género. Han sido vanguardia en la problematización y visibilización de las diversidades sexuales. Han estado presentes siempre, en todas nuestras reivindicaciones como sociedad por la lucha y mantención de nuestra Memoria activa. Han denunciado sistemáticamente todo atropello contra los ddhh cometido por los gobiernos. Han puesto siempre la voz en alto contra el gatillo fácil policial, como también contra los actos homodiantes y transfóbicos. El lugar que ocupa el movimiento estudiantil organizado en nuestra sociedad es la base de formación político-ciudadana de muchos y muchas, generación tras generación. |