Quizás deberíamos aquí decir, algunas de las cinco tapas más polémicas, porque existe la posibilidad de sacar del baúl de los recuerdos algunos otros titulares que, aunque ya no sorprenden tanto, si generan repudio e impresión, ante los tejes y manejes de uno de los diarios más vendido del país.
Hoy se cumplen 76 años de la fundación del diario Clarín, realizada en 1945. Rápidamente este nuevo diario aventajó a los existentes, con una tirada de formato tabloide más cómoda para leer en el transporte público o la calle, lo que le permitió ampliar su llegada. El diario, contaba con un lenguaje sencillo y buscaba llegar a la clase media y trabajadora, lo que se vio apoyado por la incorporación de los avisos clasificados, beneficio dado por el Estado, luego de que se cerro La Prensa en 1951.
Una vez consolidado el triunfo de Perón en las urnas, empezaron una alianza que beneficiaba a ambos, sin embargo, esto no duraría, sino que el diario elegirá asociarse con el poder de turno a lo largo de los años.
Sin ir más lejos, en 1964 levantaban en primera plana que en 1955 (con la autonombrada “Revolución Libertadora”, el golpe dado por Lonardi a Perón) había “caído un régimen que negaba toda la tradición Argentina”. Aunque los primeros años apoyó al gobierno peronista, a comienzos de los 50 rompía relaciones con éste cuando comenzó a perder los beneficios que el Estado le daba en cuanto a papel y publicidad. Fue entonces cuando se acercaron a la oposición de derecha que representaban sectores de las fuerzas armadas.
Esta adulación al nuevo gobierno de facto no duraría poco, ya que todos los años levantaron los aniversarios del golpe del 55’ con muestras de nostalgia y admiración, cómo analiza el politólogo Mariano Tilli. Aquí vemos la tapa de 1968, donde muestran las flores de los actos que conmemoraban el 13° aniversario de la “Revolución Libertadora”.
En los años siguientes mantendrían una actitud similar frente a los golpes de estado que sufrió el país. Evidencia de esto son los titulares del 24 y 25 de marzo del 76, al inicio de la más violenta y cruenta dictadura de nuestra historia, titulaba alegremente “Nuevo Gobierno” y “Total normalidad”, junto a las primeras medidas de las fuerzas armadas en el poder.
Más cerca de nuestros días, quizás la tapa más tristemente conocida, cuando la Policía Bonaerense asesinó a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki y el grupo Clarín deslindo de toda responsabilidad a la fuerza policiaca y al gobierno, mostrando el rol de los medios de comunicación para moldear (o intentar moldear) la opinión pública, mientras los responsables políticos como Duhalde y Felipe Sola siguen impunes al día de hoy.
Muy lejos de cambiar la mirada editorial o de reflexionar sobre las formas de comunicar, hace poco consideraban a De la Rúa un “presidente devorado por la crisis” como si lo sucedido en el año 2001 en nuestro país fuera una catástrofe o accidente natural y no producto de las acciones y decisiones de la casta política que generó las condiciones de penuria y empobrecimiento general que padeció gran parte de la población.
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