Hernán Mañao y Manuel Dongo son dos profesores de arte que desde la comuna de Tocopilla elaboraron el libro-albúm “Madre del viento negro”, una producción que denuncia las zonas de sacrificio y las huellas que dejan en sus comunidades.
Tocopilla es una comuna ubicada a 190 kilómetros de Antofagasta y que el año 2007 fue declarada zona de sacrificio por los altos niveles de contaminación producto de las termoeléctricas apostadas en medio de la ciudad.
Esta postal de la contaminación se repite a lo largo del país con poblados abandonados al saqueo empresarial y con sus comunidades sacrificadas en valor de los grandes intereses económicos.
Esto se retrata en el libro-album “Madre del viento negro”, elaborado por los profesores de arte Hernán Mañao y Manuel Dongo, quienes condensaron en imágenes y escritos una visión crítica sobre cómo es vivir en zonas de sacrificio.
Jotes, chimeneas, humo negro, trenes, pescadores son imágenes cotidianas para quienes habitan la comuna y son precisamente estos los elementos que ambos artistas, que forman la agrupación Pejeperro, apropiaron en su producción para dialogar su arte
La Izquierda Diario conversó con ambos realizadores quienes nos comentaron parte del proceso creativo que les llevó a esta síntesis artística.
LID: El trabajo “Madre del viento negro” tiene muchos elementos populares que identifican ciertos símbolos de Tocopilla, ¿cuál fue la inspiración que les llevó a elaborar este trabajo?
Hernán Mañao: El libro es súper territorial, es muy tocopillano. Nuestra idea era retratar cosas que pudieran ser reconocibles de la ciudad, pero el tema específico de las termoeléctricas salió justo cuando hubo una segunda oleada de intoxicaciones masivas en Quintero-Puchuncavi, en la escuela de La Greda y la reflexión que este lugar es similar nos hizo pensar, y leyendo e investigando, además del apoyo que nos brindó Damir Galaz, fue casi criminal lo que había ocurrido por unos años con el petcoke, incluso lo ocupe para hacer clases con el tema, hice recopilaciones de noticias y la idea era hacer una instalación artística con los niños de 8vo en ese año y como el tema estaba fresco los niños reflexionaron sobre el tema, vimos las noticias, vimos la contaminación y cómo les afectaba a ellos o sus familias y ahí Manuel me muestra esta idea, ahí entró el tema, luego lo fuimos ampliando.
Las termoeléctricas y las zonas de sacrificio es el tema central del libro, pero se complementa con todas las otras dinámicas que existen. Hablamos harto de que por más que el tema sea dramático las dinámicas de la ciudad continúan, sigue habiendo organización comunitaria, sigue habiendo naturaleza, esa era la idea de no dejar una sensación sólo de denuncia, es denuncia, pero también visibilización.
Manuel Dongo: Hablamos, en ese sentido, de un “a pesar de”, de hecho el último poema del Hernán, “Cuidar un Gomero” es buenísimo porque te deja un mensaje de esperanza, de resistencia, la gente por algo sigue viviendo acá, de que “a pesar de” todo eso igual existimos. Algo parecido quisimos expresar con las máscaras que aparecen en el libro, son una adecuación cultural, culturalmente uno se va adaptando para seguir sobreviviendo. queríamos mostrar eso.
LID: El lanzamiento del libro también coincidió con una serie de cápsulas, ¿cómo nació ese proceso?
Manuel Dongo: Si, trabajamos con Carlos Gaete, con colaboración de Claudio Inostroza una propuesta audiovisual. Nosotros teníamos una idea, hicimos un storyboard, con recortes, rayados y se lo entregamos, ahí él fue haciendo el diseño en función de lo que requeríamos, los cuadros con los textos dentro, fotografiamos unos muros antiguos, con papeles, boletas, etc., que fue dando el diseño final.
Hernán Mañao: En parte del trabajo también tiene sus créditos Ricardo Montenegro quien creó la música original para las cápsulas de video y es quien crea toda la parte musical de la banda "Merecemos Morir", banda que tenemos en común y que ha musicalizado alguno de los poemas que son pate de este libro como el tema "Vampiros Transnacionales".
LID: ¿Cuál es la intención del mensaje que tienen en el libro?
Manuel Dongo: En la elaboración artística hay cosas muy intuitivas, pero nosotros en nuestro rol de profesores nos ayudó mucho. Cuando hablas con los estudiantes salen cosas bien ingenuas sin ir muy profundo. Luego, tras leer un trabajo que nos compartió Damir Galaz, que estaba aún en proceso, encontramos mucha información y datos duros, ahí se produjo esa conexión. En ese sentido, el libro no es un trabajo académico, con datos duros ni gráficos, es una puerta de introducción al tema, es para que los chicos puedan entrar al tema por la parte visual, reconocen su entorno, generando esa inquietud de conocer más, es una invitación.
LID: Pensando en lo que implica el desarrollo del trabajo que realizaron ¿Cómo se conjuga el ser profesor y ser artista?
Manuel Dongo: Lo primero es que no es un trabajo como lo es la escuela, que es un trabajo remunerado donde tienes que cumplir horario, esto es parte de una necesidad más profunda, de querer hacer algo. Aunque de todos modos son cosas que van de la mano, no se pueden separar del todo ya que nuestro trabajo, a fin de cuentas, está orientado para los niños.
Hernán Mañao: Además fue un trabajo no de meses, fue de más tiempo. Postulamos a un Fondart el 2018, pasó un año después, hay cosas que quedaron descartadas, cosas que se incluyeron, las imágenes fueron saliendo de a poco, del diálogo, por lo que mucho fue juntarnos a conversar, a trabajar, a buscar un perfil de lo que queríamos lograr, no mostrar como que acá donde vivimos es Chernobyl, no dejarlo como un tema sólo trágico, en ese sentido hablar con Damir nos ayudó mucho a contextualizar el libro con su prólogo porque le dio sentido del contexto y es la puerta de entrada al tema, a las imágenes, a lo que se ve en el libro.
LID: ¿Es muy difícil hacer arte en Chile?
Manuel Dongo: hacer arte no es difícil, pero es difícil visibilizarlo, nos pasa con el libro porque es una temática que no se toca, que no es amigable, que no es bonito, de hecho no nos han pescado las editoriales y no nos han dado mucha bola. En este sentido es difícil.
Hernán Mañao: Yo no creo que sea difícil hacer arte, pero si te dedicas completamente y quieres sobrevivir del arte tienes que postergar un poco tus ideas.
En ese sentido el arte es super elitista, por ejemplo acá en Tocopilla no hay un lugaar donde los niños puedan ir a ver una exposición artística, no es algo constante, no hay información previa, no hay dinámicas culturales necesarias para que este tipo de trabajo repercutan más, no hay nadie haciendo crítica artística o literaria que nos permita un análisis más profundo.
Manuel Dongo: A propósito por eso, en gran parte, llegamos al libro en este formato libro-album, ante la dificultad que implica presentar arte en galerías, encontramos esta forma de difundir arte. Estas pinturas del libro son las que más se han visto y es porque lo llevamos a un formato que puede entrar a cualquier casa.
"Cuidar un gomero"
Cuidar plantas requiere disciplina
es dedicarse a la lenta respuesta de algo importante
es un acto de paciencia sagrado
un aprendizaje amable y recíproco
Cuidar un gomero enfermo
en los Colectivos de la Caja del Seguro Obrero Obligatorio (1939-1941)