La protesta ha llenado la calle céntrica de Tarragona hasta la plaza España en el centro de Barcelona, desde el mediodía, momento en el que arribaron cuatro columnas de diferentes poblaciones del área metropolitana.
La propuesta de ampliación del aeropuerto fue acordada entre el gobierno central y la Generalitat a comienzos de agosto, e incluía la construcción de una nueva pista sobre el espacio natural protegido de La Ricarda. Ante el rechazo social de entidades ambientalistas y de defensa del territorio, y la población de las localidades afectadas del Baix Llobregat, el gobierno catalán retiró formalmente su apoyo al proyecto presentado por AENA (empresa pública operadora aeroportuaria, que en el Estado español opera 46 aeropuertos y 2 helipuertos) planteando que había que buscar alternativas como el aumento de horarios de vuelos o la conexión ferroviaria con los aeropuertos de Girona y Reus.
El gobierno central decidió a comienzos de septiembre dejar fuera del plan quinquenal de AENA la ampliación de El Prat ante las “dudas” de la Generalitat. Sin embardo tanto la Esquerra Republicana de Cataluñya (ERC) como Junts per Cataluñya (JxCat) llevan desde entonces suplicando una rectificación y que se negocie una ampliación acordada que evite perder la inversión de los 1.600 millones prometidos.
La “alternativa” de la Generalitat es también un atentado ambiental. Permitiría convertir el aeropuerto catalán en un Centro de conexión Internacional (N.R.: Hub por sus siglas en inglés), aumentando el tráfico aéreo en más de un 30%. El discurso verde de Aragonés y ERC ha sido duramente cuestionado en la manifestación, ya que es precisamente ese aumento de vuelos y pasajeros el que implicaría un aumento de las emisiones de CO2 equivalente a 2 ciudades enteras de Barcelona y profundizaría el modelo de “monocultivo turístico” basado en la precariedad y la gentrificación.
La ampliación del aeropuerto se incluye en toda una serie de inversiones que tanto el gobierno “progresista” como la Generalitat quieren acometer en los próximos años y que se enmarcan en el plan de reconversión que tiene a los Fondos de la Unión Europea como una pieza clave. Un programa de rescate milmillonario a las grandes empresas contaminantes, la mayoría del índice bursátil español (IBEX35), y que incluye un buen número de proyectos de “capitalismo verde”, como mega parques eólicos, que lejos de suponer una solución a la crisis climática, suponen un fuerte impacto ambiental y en el territorio.
Pablo Castilla, de la agrupación Contracorrent, ha tomado la palabra para denunciar el rol de ambas administraciones y la factura de los fondos y estos megaproyectos que pagará la juventud y la clase trabajadora en forma de contrarreformas y ajustes como ya pasó con la crisis de 2008.
Desde el escenario han tomado la palabra diferentes plataformas ambientalistas de Catalunya, desde “Ni un Pam de Terra” de El Prat hasta las que combaten la depredación turística en la Costa Brava o luchan contra los mega parques eólicos o fotovoltaicos.
El próximo viernes 24 de septiembre está convocada la huelga mundial y manifestaciones por el clima que volverán a ser una jornada de movilización contra la depredación ambiental generada por el capitalismo y sus gobiernos.
Desde la militancia de Contracorriente se llama a participar: “es urgente que los jóvenes salgamos a la calle para defender nuestro futuro, nuestro planeta, que los capitalistas y sus gobiernos, incluidos los “progresistas” como el del PSOE y Podemos. El 24S tenemos que llenar las calles en todo el mundo. Las organizaciones estudiantiles y ambientalistas deben llevar esta lucha a los centros de estudio, convocar asambleas, y trabajar para confluir con la clase trabajadora”. | 
