El lunes 20 de septiembre, Pedro Castillo Terrones, en su calidad de presidente de la República del Perú, dio su discurso ante la Sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual se viene realizando en los Estados Unidos, aquí el presidente peruano fue muy enfático al señalar que: “Nosotros no somos comunistas, nosotros no hemos venido a ahuyentar a nadie, no hemos venido a expropiar a nadie, ni a ahuyentar a las grandes inversiones, al contrario, los llamamos a los inversionistas”.
En otro momento de su intervención, y en la perspectiva de entusiasmar a los grandes empresarios mineros y disipar el probable temor existente en relación a su gobierno al cual algunos sectores de la prensa peruana malintencionadamente catalogan de ultra izquierdista, Castillo se sumó al coro de los que asumen que nuestro país es un país primario exportador por excelencia, por eso no dudo en caracterizar al Perú como un país “inminentemente minero” y con “bastante riqueza”.
Estas declaraciones del presidente peruano ponen en evidencia la estrategia política conservadora asumida por el denominado gobierno “del Perú profundo”, la cual, más allá de la retórica progresista y las poses de algunos personajes del ejecutivo y de la bancada de Perú Libre, no busca romper con la dinámica de expoliación imperialista que se sostiene en el régimen jurídico de 1993 y en el accionar económico de los gobiernos que lo precedieron.
Esta estrategia se basa en la división internacional del trabajo generada por la lógica capitalista de producción que nos condena a ser países mono productores de materias primas y, por lo tanto, a sostener gran parte de los ingresos públicos fundamentalmente en la venta de nuestros recursos naturales a partir de la explotación de los mismos, generando con ello contaminación ambiental y precarización laboral, lo que termina por beneficiar únicamente a los grandes empresarios mineros y a la costra de políticos y funcionarios públicos que se ponen a su servicio.
Las declaraciones de Castillo ante la OEA hacen parte de la política de estado que la delegación peruana ha llevado a los EEUU, por eso el actual ministro de Economía Pedro Francke, quien acompaña a Castillo en esta gira, en una entrevista dada a una periodista del diario El Comercio, fue muy claro al señalar que: “El presidente Castillo está gobernando, tenemos una agenda internacional importante. Nos vamos a reunir con organismos internacionales, con empresarios nacionales e internacionales. Yo voy a hablar con inversionistas de todo el mundo para que vengan al Perú. Estamos convencidos que, con esta política económica, vamos a lograr que el Perú crezca sostenidamente los próximos años y generar empleo. Eso es lo que queremos para todos los peruanos”.
Recordemos que Francke, quien proviene de las filas de la agrupación centro izquierdista Nuevo Perú que lidera Verónika Mendoza, fue el mismo en afirmar que no se incrementará el sueldo mínimo ya que eso significaría un problema para los empresarios nacionales y extranjeros. Pedro Francke, en su condición de ministro de Economía también es el principal artífice del presupuesto público 2022 el cual mantiene los privilegios de los grandes inversionistas y la lógica neoliberal de sus antecesores. Así mismo, Francke es uno de los principales defensores del ultra neoliberal Julio Velarde quien preside el Banco Central de Reserva BCR y desde ese espacio asegura los intereses de los grupos empresariales.
Este proceso de derechización del gobierno de Castillo, expresado en la mantención de las políticas neoliberales y en el acercamiento a las iniciativas imperialistas en el continente, no es nuevo. En función de ello mantienen a Julio Velarde en la presidencia del Banco Central de Reserva y hace algunas semanas atrás incorporaron a Oscar Maúrtua a la cancillería, así como se aprobó el ingreso de tropas militares de los EEUU a territorio peruano. Esto también tiene que ver con que hasta la fecha no se haya emitido ninguna iniciativa concreta que confronte realmente a los grandes empresarios, sino todo lo contrario, se los ha llamado permanentemente a conformar un gobierno de unidad nacional. Es en función de estas prerrogativas, de las cuales gozan los empresarios, que los precios de los productos de primera necesidad suben todos los días y las consecuencias de la crisis económica las terminamos pagando los trabajadores y el pueblo empobrecido. |
