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La Izquierda Diario
3 de octubre de 2021 Twitter Faceboock

Fútbol masculino
River venció 2-1 a Boca en un Monumental repleto
Leandro Deza

Con un Julián Álvarez superlativo y una superioridad absoluta del equipo de Gallardo por sobre el conjunto Xeneize, que pudo maquillar el resultado al final pero que nunca tuvo posibilidades, el millonario ganó cómodo y quedó como único puntero del campeonato.

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Y fue la fecha 14, coincidencia o no, la que unió la vuelta del público a los estadios del fútbol argentino con uno de los partidos más importantes del mundo. El estadio Antonio Vespucio Liberti estuvo colmado en esta tarde soleada de domingo, incluso a simple vista pareciera que el aforo era total, y así se vivió, el aliento del público de River se sintió mucho, e hizo que sea una tarde histórica, acompañada por un triunfazo ante el clásico rival.

El partido comenzó algo parejo, River tenía más la pelota, pero las contras rápidas por la izquierda con Pavón y Cardona acompañando a Orsini prometían peligro para el arco de Armani, sin embargo, esa ilusión duró unos pocos minutos. A los 14’ ya veía la tarjeta amarilla el defensor mundialista Marcos Rojo, y tan solo un minuto después, en una jugada parecida en tres cuartos de cancha, el número 16 de la visita bajó a Palavecino, y vio su segunda tarjeta en menos de dos minutos, siendo expulsado por el arbitro Rapallini. Opiniones varias acerca de esta decisión, o apresurada o justa, lo cierto es que Boca se quedaba con 10 muy rápido, su plan se desmoronaría, y River iba a sacar el mayor provecho posible, apabullando todo el resto del juego al equipo de Battaglia.

El plan de Boca se desmoronó rápidamente por dos cuestiones, primero lógicamente la expulsión de Rojo, ya teniendo una persona menos en el campo, el técnico decidió reemplazar a Edwin Cardona, tal vez una de las figuras de Boca, y poner al defensor peruano Carlos Zambrano, cubriendo el hueco de Rojo, pero desactivando cualquier ataque de su equipo.

¿Qué hizo River al respecto? Todo lo que quiso a su antojo.

El partido se empezó a acomodar a todo lo que buscaba el equipo de Gallardo, en Boca no había ni profundidad ni pases cortos, y en esa tenencia permanente de River, el hombre iluminado de la tarde fue sin dudas Julián Álvarez, el joven delantero encaró en tres cuartos y remató desde más de 25 metros para abatir al arquero Rossi. No fue un remate tan esquinado pero sí un misil para un arquero que, tal vez tapado por el sol, no pudo reaccionar a tiempo y así, en 24 minutos, River abría el marcador.

Diez minutos de distancia entre la primera amarilla de Rojo, su expulsión, y la apertura del marcador, ya el partido no iba a ser nada parecido a lo que se supuso en la previa, y a lo que se vio en los primeros minutos, River jugó tal vez el partido más cómodo del campeonato, y nunca pasó sobresaltos.

El juego del local pasaba mucho por la izquierda, con Angileri y De La Cruz, teniendo siempre a Palavecino mostrándose cerca para luego conectar con el resto del equipo. A los 33 minutos salió lesionado Brian Romero, e ingresó el desequilibrante Carracascal, que se ubicó por ese sector izquierdo, incrementando su potencial. La intensidad y el control del partido por parte de River era incesante.

Y de esa presión surgió el segundo, luego de una buena salida de Zambrano en el fondo de Boca, el arquero Agustín Rossi despejó corto y se la entregó a Milton Casco, que luego de una pared con Simón, éste último la jugó fácil al medio para que, otra vez, sea Julián Álvarez quién marque y estampe el 2 a 0 a tres minutos de que termine el primer tiempo.

Y así terminó el primer tiempo, con la sensación de que el partido estaba liquidado más allá de los 45 minutos restantes y de que se trate de un superclásico, el dominio fue total.

En el entretiempo, Battaglia metió a Rolón y a Medina en lugar de González y Almendra, pero para su pesar, el cambio de nombres no alteró en nada el funcionamiento, River seguía manteniendo la pelota, y nunca de desorganizó defensivamente, tal vez la única esperanza de la visita para generar peligro era justamente que se provoque algún desajuste en el fondo del local, para que Pavón y sobre todo Orsini pudieran tener alguna chance, eso nunca ocurrió, Armani apenas tocó la pelota.

La segunda parte fue muy similar, Gallardo tuvo que poner a Rollheiser tras la lesión de Palavecino, y cumplió de gran forma. No podían asociarse los jugadores de Boca, le duraba muy poco la pelota en los pies, y eso se reflejó en la posesión del balón, al final del partido fue del 69% para River. Sin embargo, eso no necesariamente se tradujo en posibilidades claras de gol, solo dos se sucedieron, primero el colombiano Carrascal tuvo un mano a mano que tapó Rossi, y luego, el lateral Angileri reventó el poste izquierdo tras una tijera. Daba la sensación que cuando quería acelerar, el ‘millonario’ lo podía hacer fácilmente y así estar más cerca del gol, sin embargo, no lo hizo, de hecho, en la última jugada del partido, en el único remate al arco de Boca, Zambrano conecto de cabeza un córner desde la derecha, y estableció el 1-2, para maquillar un dominio abrumador del equipo de Gallardo por sobre el de Battaglia.

Apenas convirtió el peruano, Rapallini dio por finalizado el juego, ganó River, y es el nuevo puntero del campeonato a la espera de que juegue Talleres.
Sin dudas que el dominio de River fue notorio y la victoria debió haber sido por más goles, sin embargo, todo el análisis se debe realizar teniendo en cuenta la importantísima ausencia, tanto de Rojo, haciendo que Boca siempre tenga un hombre menos, como de Cardona, desde tan temprano. Más allá de eso, realmente fue avasallante el juego del local, y Battaglia no pudo nunca encontrarle la vuelta para poder controlar algún aspecto del juego de River. Boca no conectó nunca sus líneas de juego, no remató al arco exceptuando el gol de Zambrano, y se podría decir que se rindió al terminar el primer tiempo.

Eso no es una decisión ni una actitud que salga por sí sola en el ‘Xeneize’, el juego de la defensa de River, bloqueando todo ataque, el rol del medio campo, y la actuación sobresaliente de Álvarez, hicieron que se liquide rápidamente el juego.
A 10 minutos del final, en lugar de Carrascal ingresó Leo Ponzio, quién anunció su retiro en el mes de diciembre, haciendo que éste sea su último superclásico, cerrando su gran carrera tan identificada con River, jugando unos minutos, y venciendo al rival de siempre.

Ganó River, llegó a los 30 puntos, y es puntero momentáneo de La Liga Profesional de Fútbol, a la espera del partido entre Defensa y Justicia y Talleres, donde los cordobeses, que tiene 29, pueden volver a la punta. Más allá de eso, merecidísimo triunfo del conjunto de Gallardo, que achica a 7 las derrotas históricas ante Boca, y que lo venció en el ámbito local, jugando en el monumental, por primera vez luego de 11 años.

Boca por su parte tendrá mucho que revisar en su funcionamiento, hoy tuvo la particularidad de quedarse con 10 muy rápido, pero tampoco contó con un plan B positivo, no pudo hacer nada, no tuvo respuesta en el Monumental, y quedó a 9 puntos de la punta.

El conjunto de Seba Battaglia recibirá junto a su gente, el próximo sábado a las 20:15 a Lanús en La Bombonera, mientras que River visitará a Banfield en el Florencio Solá un ratito antes, a las 18:00.

 
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