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La Izquierda Diario
8 de octubre de 2021 Twitter Faceboock

A 50 años
Imagine, el disco insignia y más popular de John Lennon
Ariel Olivero

Portada de Imagine, lanzado en el Reino Unido el 8 de octubre de 1971. Se cumple medio siglo.

Hace medio siglo se lanzó en Inglaterra (un mes antes en Estados Unidos) el último álbum que John Lennon grabó en su tierra natal. Del hombre agresivo e inseguro al activista por la paz y el amor.

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Podrás decir que soy un soñador
pero no soy el único

Imagine, John Lennon 1971

Los años sesenta ya habían quedado atrás, pero dejaban una estela de influencias en las nuevas generaciones. No solo en lo musical, sino en la contracultura y los movimientos sociales emergentes. En la Argentina, Manal y Almendra consolidaban los cimientos de un incipiente rock nacional. La Biblia de Vox Dei dejaba su huella de tal vez, el álbum conceptual más importante que haya salido por estos lares. Mientras tanto, en Inglaterra aparecía en la contraportada de Sticky Fingers una rara lengua Stone que quedaría para la historia como icono pop cultural. Paul Mc Cartney sacaba su segundo disco solista (Ram) lanzando algunos dardos sutiles al propio Lennon, pero ya volveremos sobre eso más adelante.

Tittenhurst Park

En agosto de 1969 John y Yoko decidieron alejarse de Londres y de la prensa y se fueron a vivir literalmente a un parque boscoso en el medio del campo, donde construyeron su enorme mansión que incluía un lago artificial, un jardín con gran cantidad de árboles y flores multicolores, un establo con caballos y burritos, granero, un invernadero, una huerta, pileta, una cancha de tenis, y hasta su propio estudio de grabación. El parque se llamaba Tittenhurst y se encontraba en Ascot, condado de Berkshire en Inglaterra. Todo en un ambiente hogareño, acogedor y cálido. Dan y Jill Richter eran asistentes personales de la pareja y cuentan una anécdota al respecto: “John y Yoko nos pidieron que cuidáramos de la vieja casa de John en Weybridge, puesto que ni John ni Cinthia vivían ya en ella. Había unos cincuenta gatos de la calle a los que John había estado dando de comer. Cuando compraron Tittenhurst, nos fuimos a vivir allí junto con todos los gatos. La mayoría se escaparon por el bosque”.

Una placa con algunos destellos rockeros pero decididamente pop y con producción y arreglos más elaborados que su antecesora, la cruda Plastic Ono Band, y en la que Lennon se rodeó de una verdadera selección de músicos que incluyeron entre otros a dos bateristas de estirpe, como el cesionista Jim Keltner y el futuro Yes Alan White, el legendario saxofonista King Curtis, el majestuoso Nicky Hopkins en los pianos, y su ex compañero George Harrison, que participó en la mitad del disco con sus guitarras. Un total de dieciocho músicos a los que se les añadirían la banda de cuerdas The Flux Fiddlers.

El himno universal

En los sesenta el concepto de las obras de Yoko Ono se estaba volviendo imaginario. Pomelo, su libro de instrucciones, sentó las bases de Imagine y es por eso que la artista japonesa fue reconocida hace unos años como coautora de la canción. Yoko recuerda en el libro Imagine: “La primera vez que escuche la versión definitiva de esta canción estaba con John en una habitación, y lo primero que pensé es que sería un éxito. La letra era sencillamente preciosa. No nos dimos cuenta de lo grande que sería. Si la hicimos fue porque creíamos en la letra y porque reflejaba nuestro parecer”. Ono introdujo ese lenguaje en Lennon, y fue decididamente importante en el proceso de elaboración.

Hay cantos que quedan en el inconsciente colectivo por muchas generaciones convirtiéndose en símbolos, como La Marsellesa, La Internacional o Imagine, que se ha transformado con el pasar de las décadas en una plegaria colectiva.

El piano Steinway da comienzo lento y constante, como si se tratara de una peregrinación de fieles. Los primeros golpes de la percusión de Alan White te estimulan y cuando entran los violines el tono celestial se apodera de la canción. Es una melodía casi perfecta. La obra maestra solo necesitó 22 líneas y un puñado de acordes para transformarse en una de las más grandes canciones de la música moderna y patrimonio de la humanidad. Sencilla, potente, reconfortante, utópica, soñadora, internacionalista, casi comunista. Todo concentrado en algo más de tres minutos. “Imagine” podría considerarse la continuación de “God” que está en su anterior disco, por su escepticismo sobre las religiones.

Acá la versión alternativa, instrumental y aislada de “Imagine” con las emocionantes cuerdas de The Flux Fiddlers a cargo del director de orquesta Torrie Zito.

John Lennon se consideraba un mal pianista, lo cual es una curiosidad porque este disco tiene mucha base de piano con melodías de las más bellas. Muchos suponen que “Imagine” fue compuesta en su legendario piano de cola blanco, pero en realidad la pieza fue creada en un Steinway vertical color caoba.

“Crippled Inside” tiene una pegadiza melodía country. ¿Qué dijo John al respecto? “Me senté y se me vino a la cabeza ese pequeño riff, como una vieja canción de los años veinte”.

Los pianos de Nicky Hopkins y la guitarra dobro de George Harrison embellecen delicadamente la rítmica de una canción de sonido simpático en un tono vodevil estadounidense, con unos versos introspectivos y oscuros.

La secretaria Diana Robertson pinta de cuerpo entero lo que sigue. “Me acuerdo de que me llamaron para que fuera al estudio sobre las cinco de la mañana y escuchara ‘Jealous Guy’ cuando la acabaron de completar, y fue algo de lo más asombroso. Cuando la escuchamos a todos nos pareció preciosa. La gente estaba prácticamente llorando de tan hermosa y pura como era”.

Lennon canta con ternura, pero también como si el corazón se le estuviera por salir en cualquier momento. La canción nace en la India en 1968, junto al Maharishi y el resto de los Beatles. El tema se llamaba “Child of Nature”, con una pluma que contenía claras reminiscencias a aquella atmosfera de retiro espiritual (“En el camino a Rishikesh estaba soñando más o menos y el sueño que tuve era verdad. Sólo soy un hijo de la naturaleza. No necesito mucho para liberarme. La luz del sol brilla en tus ojos mientras me enfrento a los cielos del desierto y mis pensamientos vuelven a casa”). La letra no decía algo demasiado personal y fue Ono quien colaboró para que Lennon la transformara en una declaración brutalmente confesional.

El piano del flaco Hopkins no es de este planeta y el bajo de Voormann acompaña el ritmo de manera suave. El viejo amigo de John en los días de Hamburgo deja sus sensaciones: “Me metí tanto en la letra y en la manera en que el tocaba, que yo ni sabía lo que estaba tocando. Estaba como en un trance. No sabía ni en que tono estaba. Me salía automático”.

Una melodía emocionante para una de las mejores baladas de la historia. ¿Habrá algún silbido más conmovedor que el de esta canción? “No tenía la intención de lastimarte, lamento haberte hecho llorar”.

La dosis de blues la otorga la potente y altanera “It`s So Hard” (“Es muy difícil”). Déjà vu del sonido Plastic Ono Band. John empieza a rockear dentro de tanta balada y aparece en acción el salvaje y épico saxo de King Curtis rememorando clásicos de los cincuenta en estilo funky.

En “I Don’t Want to Be a Soldier” (“No quiero ser un soldado”) por fin asoma el Lennon contestatario y rebelde con una letra anti bélica. Hacia fines de los sesenta y comienzos de los setenta, la guerra de Vietnam era un tema de discusión muy importante entre la población, pero fundamentalmente entre los jóvenes del mundo. John, imbuido en el asunto deja unas líneas interesantes: “Bueno, yo no quiero ser un abogado, mamá, no quiero mentir. Bueno, yo no quiero ser un soldado, mamá, no quiero morir”.

El ritmo de los tambores de Keltner suena pesado, con una descarga de guitarras bien rockeras y el lamento del saxo de Curtis, que sería uno de los últimos vientos que grabaría antes de ser asesinado. Ambiente guerrerístico y un furioso cierre de cara.

Ni el genial Andy Warhol se lo quiso perder. El artista fue convocado para realizarle unas fotos a Lennon con su clásica Polaroid, que luego serían desechadas para la portada de Imagine.
Ni el genial Andy Warhol se lo quiso perder. El artista fue convocado para realizarle unas fotos a Lennon con su clásica Polaroid, que luego serían desechadas para la portada de Imagine.

“Gimme Some Truth” abre el lado B y sigue la línea política del track anterior. Pareciera ser un preludio a lo que vendría con el escándalo Watergate que salpicó a Nixon en Estados Unidos (“Nadie de pelo corto, cobarde, hijo de la corrupción, va a humillarme y a comprarme con un bolsillo lleno de esperanzas, con dinero para drogas, con dinero para atarme”). En documentos desclasificados hace algunos años, se supo que Lennon sería perseguido por la administración norteamericana.

En lo musical, Spector mete mano introduciendo tres pianos y dos bajos a la grabación. La obsesión de John por su voz era una constante, y en esta canción se hace evidente esforzando su gola como en los viejos tiempos. Si bien el bosquejo comenzó a ser trabajado para las sesiones del Let It Be (The Beatles) se le terminó de dar forma en Tittenhurst.

Después de una bocanada de ira social, llegamos al momento más intimista del álbum con “Oh My Love”, que suena como una canción de cuna con una vibra isabelina. Una tierna y melancólica balada romántica, con John al piano básicamente. Si bien la letra es de amor puro, su melodía suena algo triste y apagada. Harrison se destaca una vez más con un patrón de guitarra sutil y exquisito. Otra canción compuesta en 1968 en la India y corregida por la pareja (Lennon-Ono) unos años después. Yoko, como co-compositora de la pieza nos deja una mirada todavía latente. “¿Que es entonces el amor? El amor es cuando uno entiende al otro tan bien que al final te relajas”.

Génesis de amor, entre fotos de Lennon y el Che. Así lucía la cocina de Tittenhurst entre postales del revolucionario argentino y la feminista Ángela Davis.
Génesis de amor, entre fotos de Lennon y el Che. Así lucía la cocina de Tittenhurst entre postales del revolucionario argentino y la feminista Ángela Davis.

Las contradicciones que todos los seres humanos tenemos, Lennon las evidenció de forma manifiesta en este álbum, hablándonos primero sobre la paz en “Imagine”, para luego descargar toda su ira contra su amigo McCartney, con ataques feroces y directos en “How Do You Sleep”. La mejor dupla compositiva de la historia del rock no había terminado en buenos términos en la banda, por lo que el ambiente se encontraba un tanto espeso. John había sentido el impacto de Paul en “Too Many People”, con algunas líneas irónicas y sutiles como “Demasiada gente predicando”. Lennon recogió el guante y con una lengua bien filosa destrozó a su antiguo compañero. Harrison, quien también se sentía enojado con Macca por cierto destrato en la banda, contribuyó amablemente con una blusera guitarra slide y un solo excelso.

“How Do You Sleep” en si tiene mucha rabia, pero a la vez un sonido sensual y funky. La guitarra Epiphone Casino con la que el fundador de The Beatles grabó “Revolution”, vuelve a sonar a todo trapo en este track lleno de furia y resentimiento.

“¿Como podés dormir?”

Siempre que hablaba parecía completamente seguro y convencido de lo que decía. Pero por dentro era un ser repleto de dudas y con baja autoestima. “How” muestra las inseguridades típicas de Lennon que le acompañaron por toda su vida. ¿Cómo puedo avanzar si no sé a qué camino me enfrento? ¿Cómo puedo avanzar si no sé qué camino tomar? El cantante se desnuda totalmente y nos deja una pieza llena de sentimientos.

No hubo un sonido Spectorizante. El mítico Phil Spector fue el productor del álbum (junto a la pareja), y cumplió un rol determinante sin tanta sobreproducción a la que tenía acostumbrado a todos. Ironizaba al respecto: “Imagine se hizo en tan solo seis días, más un día de sobre grabaciones en Nueva York, donde se pusieron las cuerdas. Todo el mundo había dicho que si se metía Spector iban a tardar seis años en terminarlo”. Y profundizó sobre su labor; “Yo buscaba, esencialmente, que el álbum tuviese una historia”.

Hacia el final y como resumen, pareciera que casi todo el disco fuera dedicado a una persona. Y así se cierra con la despreocupada “Oh Yoko”, una simple, alegre y tierna canción, con John por primera y última vez en su etapa solista tocando la armónica. Sus líneas finales del track resumen un álbum lleno de pasión. “Mi amor te encenderá”.

Un sueño que sueñes vos solo no es más que un sueño;
pero un sueño que sueñes junto a otros es la realidad. Imagina la paz Yoko Ono
.

Una obra elegante, aguerrida, quimérica, provocadora, que transpira sensibilidad. Lennon abordaba sus canciones casi como si se trataran de episodios de su propia autobiografía e Imagine es una historia de amor entre dos personas que simplemente imaginaron y soñaron, porque lo imposible solo tarda un poco más.

 
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