Escriben Lester Calderón, en su caso, sobre el proceso de rebelión y formación de un comité de emergencia y resguardo en Antofagasta en el cual participó; también Dauno Tótoro -querellado en ese tiempo por la Ley de Seguridad Interior del Estado por llamar a la caída del gobierno de Piñera por medio de una huelga general; también Bárbara Brito, docente e impulsora de la coordinación entre trabajadores de la salud y otros sectores durante la rebelión, dirigenta del PTR. Además, ocho escritores/as más, militantes que trabajan y militan en distintas ciudades del país, algunos de ellas y ellos referentes del Frente por la Unidad de la Clase Trabajadora.
¿Por qué "Rebelión en el Oasis" es una lectura necesaria a dos años del "estallido"?
Han pasado dos años desde que "Chile despertó", y leer esta publicación que fue lanzada en marzo de este año, resulta del todo útil tanto para el público general que desea estar al tanto del curso que toma la situación política del país como para quienes desean organizarse políticamente para enfrentar el poder de los grandes grupos económicos y su régimen.
¿Qué es lo que ha cambiado en estos dos años?
En primer lugar, es importante que el "Pacto por la Paz" firmado el 15 de noviembre de 2019 realizado entre las fuerzas que sostienen el régimen, desde el gobierno derechista hasta el Frente Amplio para desviar la lucha de clases, fue ratificado por la Convención que aprobó preservar el quórum de ⅔ en su reglamento. Un salto en su incorporación a la disciplina acordada entre las fuerzas políticas dominantes ese 15N, que se suma al hecho de que ninguno de los sectores de la Convención buscó ser un factor significativo en la lucha por la libertad de los presos políticos de la revuelta.
En segundo lugar, los efectos económicos y sociales de la pandemia el año 2020, tuvieron un efecto desmovilizador, producto de los despidos y las restricciones derivadas de la crisis sanitaria.
Eso dió tiempo para la maduración de un tercer factor que marca una diferencia con respecto al 2019: el fortalecimiento de una opción de recambio reformista en los marcos del régimen, a propósito del favoritismo de Gabriel Boric, que por el contrario en 2019 con su actuación en el pacto por la paz se debilitó. Esto se da en un marco general que es consecuencia directa de que el gobierno de Piñera haya podido continuar en el poder pese a la rebelión: lo que siga en Chile se jugará en buena medida en las presidenciales. Las cosas han sucedido según las reglas del juego ideadas por las fuerzas del régimen.
En cuarto lugar, la recuperación parcial de la economía este 2021, que ha permitido una recuperación parcial del empleo -hecho que se suma al efecto de los retiros y bonos- alimenta una cierta conciencia en amplios sectores de que todavía hay márgen para no caer en la pobreza más extrema, mejora los índices de consumo, etc.
Sin embargo, en quinto lugar, las tendencias inflacionarias de la economía -todavía no extremas- y la sensación de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras de haber sostenido el funcionamiento del país durante la pandemia (lo cual es una realidad), y la intención de grupos capitalistas de moderar expectativas; aviva el surgimiento de huelgas económicas, aunque en algunos sectores como en profesores o en los trabajadores de la salud, las luchas apuntan a la política del gobierno (que, por ejemplo, vetó una ley con una serie de beneficios al gremio docente). Si la clase trabajadora se activa, aunque sea por demandas económicas, se abre un terreno más favorable para su emergencia como sujeto político diferenciado, lo cual por supuesto no sucederá espontáneamente sino solo si existimos quienes peleamos por esa perspectiva y nos organizamos para eso.
Por último, en sexto lugar, así como la rebelión activó a trabajadores y sectores populares en la lucha también ha activado a una derecha más dura, minoritaria, pero vociferante. La crisis migratoria y la crisis en Wallmapu hace que estos sectores se expresen: de esa manera lleva aguas a su molino José Antonio Kast.
Revisitar reflexiones de carácter estratégico sobre la rebelión de 2019, por ejemplo pensar y comprender la gran relevancia que tuvieron los acontecimientos del 12 de noviembre de hace dos años cuando la clase trabajadora realizó la huelga general más grande en dos o tres décadas; para nosotros es parte de la lucha por la emancipación, contra las burocracias políticas y sindicales que defienden este orden y trazaron las reglas del desvío y es parte de la lucha por construir un partido revolucionario de la clase trabajadora. La actividad plasmada en este libro, en palabras de Pablo Torres y Dauno Tótoro -editores- es "de combate, partisana" y tiene el foco puesto en "reflexionar en común algunas conclusiones que nos preparen de mejor manera para los desafíos hacia el futuro”. Ahora que se plantea la encrucijada de que la crisis política heredada de 2019 se procese en las coordenadas del régimen o que emerja la clase trabajadora como sujeto político apoyándose en las luchas que por ahora se mantienen en un terreno reivindicativo -pelea en la que estamos como PTR-, estudiar las experiencias vivas de la lucha de clases más claves del último tiempo, nos parece una tarea indispensable.
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