Halyna Hutchins murió ayer en su lugar de trabajo. Tenía 42 años y fue asesinada por un disparo en un set de filmación después de que el actor Alec Baldwin disparara lo que debería haber sido una pistola de utilería. Los informes oficiales indican que se suponía que el arma debía tener balas de fogueo, pero las circunstancias que rodearon la muerte de Hutchins y las heridas sufridas por el director de la película, Joel Souza, aún son confusas.
Lo que está claro, sin embargo, es que el equipo de trabajadores y trabajadoras del rodaje de la película había expresado su preocupación por la seguridad en el set durante semanas. Todo el equipo de cámara, excepto Hutchins y otro miembro del equipo, abandonó el trabajo la mañana en que le dispararon a Hutchins, renunciando por falta de pago, protecciones inadecuadas de Covid-19 y mala seguridad de las armas.
En lugar de escuchar las demandas de los trabajadores, los productores contrataron a miembros no sindicalizados para reducir costos y cumplir con los tiempos estipulados por la producción. Desde que ayer se conoció la noticia de la muerte de Hutchins, IATSE el sindicato Alianza Internacional de Empleados de Escenarios Teatrales, informó que el jefe de utilería responsable de cargar el arma no era parte del sindicato.
Esta increíble violación de la seguridad en el lugar de trabajo no es más que la última de una larga historia en la que Hollywood no toma en serio la seguridad en los los sets de filmación.
De hecho, esto mismo es lo que queda expuesto en los reclamos de los 60.000 trabajadores y trabajadoras de IATSE, que estaban a punto de ir a la huelga contra las largas jornadas de trabajo, los procedimientos de seguridad deficientes y los tiempos de respuesta cada vez más rápidos que exigen los estudios, todo lo cual es un caldo de cultivo para accidentes y tragedias. Uno de los ejemplos más conocidos es el caso del actor Brandon Lee, quien también fue asesinado por un arma que se suponía estaba cargada con un cartucho de fogueo, pero esto es solo la punta del iceberg.
En los últimos diez años, varios trabajadores han muerto durante los rodajes, por lo general como resultado de medidas de seguridad laxas en los lugares de trabajo. Un artículo de Associated Press de 2016 señaló que entre 1990 y 2016, al menos 43 personas murieron en sets en los Estados Unidos, y más de 150 quedaron con lesiones que alteraron su vida.
La muerte de Hutchins se complica más por el hecho de que la persona que empuñaba la pistola de utilería era Alec Baldwin, un actor millonario y productor de la película en cuestión. El alcance del papel de Baldwin en el accidente aún no se ha revelado al público, pero como productor de la película, debe ser plenamente responsable de las condiciones del set y de los procedimientos que llevaron a que la filmación siga adelante en condiciones inseguras. Además, si se descubre que Baldwin se comportó de manera irresponsable, no se le debe permitir que este hecho pase por alto sin consecuencias.
Desafortunadamente, la gran mayoría de estas muertes en el lugar de trabajo en la industria del cine y la televisión pasan sin que exista justicia. Cuando hay investigaciones, la respuesta suele ser una multa mínima sin cambios significativos en las políticas o procedimientos de seguridad en el lugar de trabajo.
Estas grandes empresas de entretenimiento han hecho un cálculo frío: sus presupuestos son lo suficientemente grandes como para simplemente soportar las multas por accidentes en lugar de tomar medidas para garantizar un lugar de trabajo seguro. Publicar cada vez más rápidamente las producciones se ha vuelto más importante que la seguridad de sus trabajadores.
A medida que más y más películas utilizan dobles y escenas de riesgo más agudas, estas muertes y lesiones se han vuelto más frecuentes. Estos no son simplemente tragedias o accidentes o el resultado de un error individual. Los empresarios de Hollywood han demostrado claramente, una y otra vez, que no se preocupan por sus trabajadores. Esto hay que mirarlo por lo que es: una cuestión laboral.
La muerte de Hutchins se produce en medio de las negociaciones del contrato de IATSE con conversaciones sobre las condiciones laborales en el cine y la televisión que se están discutiendo abiertamente en amplios sectores. Las condiciones terribles e hiper-explotadoras para la mayoría de los trabajadores del entretenimiento no solo son agotadoras, sino que son inseguras, como muestra la trágica muerte de Hutchins. Los trabajadores del entretenimiento deben organizarse y exigir que sus sindicatos se nieguen a trabajar hasta que se establezcan las protecciones adecuadas.
IATSE debe exigir una investigación completa e independiente sobre la muerte de Hutchins, quien era miembro del International Cinematographers Guild, una organización asociada al sindicato. En medio de una feroz batalla por las condiciones laborales, un miembro de IATSE murió en un accidente laboral. Esto debería enfurecer a todos los miembros del sindicato y a todos los que creen que los trabajadores tienen derecho a un lugar de trabajo seguro. Debería servir como un fundamento más para luchar por las condiciones laborales que demandan estos trabajadores hasta el final, y no por las migajas que ofrecen las patronales del entretenimiento.
El artículo original fue publicado en Left Voice. |