Sin duda Kast no tiene ni un milímetro de escrúpulos al usar el terrible caso de Joane Florvil, ya que justamente las ideas que él promueve son las que operaron en el sistema para terminar perjudicando fatalmente a la joven madre de 27 años. Está a la vista de que es un caso de xenofobia y discriminación racial.
“Joane fue discriminada, incomprendida e ignorada. Su hija fue arrebatada de sus manos y su muerte aún no aclarada”, dice JAK en su hipócrita relato.
Pero Kast plantea lo terrible que vivió Joane sin mencionar el rol nefasto de carabineros, institución a la cual él y su partido le rinden honores y los defienden a muerte, o no dice nada de lo perverso del sistema de salud, donde si no tienes dinero, eres mujer, negra e inmigrante estás literalmente de las últimas en la fila. O no plantea el rol obstruccionista de la información por parle de carabineros respecto a la causa de las heridas en la cabeza de Joane y de las convulsiones que sufrió, las cuales en el fondo son causadas por toda la situación de abuso estatal y policial que sufrió solo por el hecho de ser mujer, haitiana y no hablar español.
Es verdaderamente una vergüenza que el candidato representante de los sectores más conservadores, racistas y reaccionarios del gran empresariado, quien propone zanjas inspirado en el estilo Trump en la frontera con Perú, use este doloroso caso a su favor, con el solo objetivo de justificar la expulsión de la inmigración ilegal. Es decir para Kast en el caso de Joane el problema no es el sistema sino el problema es la inmigración de la población pobre de otros países, que vienen a Chile creyendo que acá podrán tener un mejor pasar pero que al poco tiempo se ven enfrentado a situación de miseria y precariedad incluso mayor que en sus países de origen, donde al menos tienen redes de apoyo.
Por eso ahora más que nunca es necesario luchar por una alternativa que enfrente a la derecha consecuentemente, que defienda los derechos e intereses del pueblo trabajador sea nativo o extranjero, que ponga límite a la libre circulación de mercancías para los grandes monopolios transnacionales y que permita el libre tránsito de los pueblos por todo el continente. Para atacar esta perspectiva la derecha plantea que se estaría a favor del tráfico de drogas, pero no es así ya que el narcotráfico no es controlado por los pobres, sino que por intereses muy poderosos y multimillonarios, por tanto es ahí donde hay que atacar.
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