Según informes del Comité de Médicos de Sudán y otras organizaciones, las fuerzas de seguridad golpistas utilizaron munición real y gases lacrimógenos en varios lugares de Jartum y su ciudad hermana, Omdurman, así como en la ciudad de Nyala, para reprimir a los manifestantes.
La represión militar dejó al menos tres personas asesinadas, todas eran manifestantes desarmados que se habían reunido frente al edificio del parlamento del país en Omdurman. También se informó de disparos en Jartum en la zona central de la calle 40 y alrededor del puente Manshia sobre el Nilo.
El Comité de Médicos es una organización, que desde la revolución que derrocó al dictador Omar Al Bashir, en abril de 2019, atiende a los manifestantes y contabiliza las víctimas, aseguró en un comunicado que uno de los manifestantes murió por un tiro en la cabeza, mientras que otro pereció por una bala en el estómago.
También publicó una lista con las personas heridas, que aumentó hasta el momento a 110, la gran mayoría por asfixia debido al gas lacrimógeno lanzado por las fuerzas de seguridad.
Las demandas de la masiva manifestación son claras desde la asonada y los opositores piden el fin del golpe militar y la salida del general Al Burhan.
A pesar de una gran presencia de seguridad, los manifestantes en Jartum y Omdurman marcharon, manifestaciones que se repitieron en todo el país, desde El-Obeid hasta Atbara y Port Sudan, pidiendo la restauración del gobierno civil.
En los caminos que conducen al cuartel general militar y al palacio presidencial en Jartum se podía ver la presencia de cientos de soldados del ejército y oficiales de inteligencia vestidos de civil, que portaban palos, deteniendo a la gente para interrogarlos.
Con banderas sudanesas, los manifestantes en Jartum corearon: "No, no al gobierno militar". Otros pidieron que el líder del golpe, el general Abdel Fattah Al Burhan, fuera enviado a prisión.
El General Al Burhan disolvió los órganos de transición y declaró el estado de emergencia en el país después de un mes de tensiones entre el estamento militar y los componentes civiles del Gobierno por una presunta intentona golpista el mes pasado.
Las manifestaciones en las que se han cantado eslóganes como "El pueblo quiere la caída de Al Burhan" se realizaron mientras el país se quedaba con el servicio de telecomunicaciones interrumpido, según Netblocks, portal con sede en Londres que controla la censura en Internet. Esto no ha evitado que algunos vídeos hayan aparecido en las redes sociales y en las televisiones confirmando la gran afluencia de personas en las manifestaciones.
Antes de que comenzaran las movilizaciones el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken utilizó la red social Twitter para advertir a las fuerzas de seguridad de Sudán que cualquier violencia contra manifestantes pacíficos era "inaceptable".
Estados Unidos y las principales potencias europeas reaccionaron ante el golpe exigiendo la liberación del primer ministro y el regreso del gobierno de transición. Washington incluso anunció la suspensión de la ayuda al país.
Sin embargo, los militares, según algunos analistas, no buscarían romper por completo con las orientaciones políticas del Gobierno de transición del que, recordemos, formaban parte.
Desde que se dió el golpe de Estado, y a pesar de la represión, trabajadores y jóvenes consiguieron organizarse a través de los comités de resistencia. Incluso ante la ausencia de conexión a Internet, se hicieron llamamientos a la huelga general desde los altavoces de las mezquitas y en algunas regiones los propios trabajadores han reconectado el servicio.
La manifestaciones de este sábado y la respuesta represiva del gobierno de facto, vuelven a mostrar que son los trabajadores y los jóvenes los que constituyen la principal oposición al gobierno militar. |