Nacieron y crecieron respirando sílice que se clava como alfiler a sus pulmones y se encuentra en el suelo y el agua. Tienen plomo en la sangre que limita y trunca su desarrollo físico y neuronal: bronquitis y broncoespasmos cuando son aún pequeños. Cáncer incurable cuando crecen.
El barrio Colonia Las Mercedes se encuentra a la altura del km 44,5 sobre la Ruta Nacional N° 3, en la localidad de Virrey del Pino, partido de La Matanza. Silencioso, no se ven muchos niños jugando en las veredas. Es que aquí los chicos salen de sus casas lo menos posible, no pueden tener pelopinchos para jugar en el verano, ni dejar juguetes en el patio, ni tener mascotas. Todo lo invade un polvillo blanco, ese vidrio microscópico y molido que está en el aire, sobre las hojas de las plantas, los alambrados de las entradas, los carteles de los kioscos.
Nacer, crecer, jugar con sílice en el aire
Laura, nos cuenta: “ yo tengo tres nenes, una nena de un año, el segundo es un nene de 6 años y el tercero es un nene de 9 años. Los tres tienen lo mismo, andan con bronquitis y broncoespasmo y al más grande le salen granitos y tardan en curarse”.
En un relevamiento que realizó Acumar en 2013, informe exigido por décadas por los vecinos que denunciaban contaminación y que notaban muchos casos de cáncer en sus familias, se contabilizaron más de 550 familias, ubicadas en ese entonces en casi 350 casas. El informe evaluó a 70 niños y niñas entre 0 y 7 años y en ese proceso realizaron la prueba Prunape ( La Prueba Nacional de Pesquisa de Trastornos Inaparentes del Desarrollo, test de pesquisa recomendado por la Sociedad Argentina de Pediatría) que pasaron solo 16: se consideró que el resto de los niños presentaban un probable trastorno en su desarrollo. A su vez, 3% indicó baja talla y acortados.
De los niños evaluados, en ese momento, 7 tuvieron resultados que indicaron plomo en la sangre: entre 5,1 y 9,9 ug/dl, y uno presentó más de 10 ug/dl ( el nivel normal debe ser de menos de 5 µg/dL o 0.24 µmol/L ). El plomo es un metal pesado neurotóxico que cuando está presente en la sangre circula por todo el organismo y que al llegar al cerebro ocasiona daños neurológicos irreversibles y se acumula con el tiempo, hace siglos que el plomo es considerado un componente industrial altamente tóxico para la salud humana.
También respiran sílice que despiden las torres de la planta. Ardor ocular, trastornos del lenguaje, disnea, alergias, son los primeros síntomas que muestran los niños y niñas que han nacido, crecido y viven en la zona. La peor parte se la llevan las familias cuyas casa están más cerca de la planta Klaukol. Erupciones en la piel que se infectan y tardan en curarse, broncoespasmos, vómitos, diarrea, tos frecuente, dolor abdominal, anemia.
Estudio de 2017, hijo de Laura, plomo en sangre
Laura sobre la salud de sus hijos, nos cuenta: “sí, se puede hacer tratamiento, pasa que yo me tengo que ir de acá del barrio para hacer un buen tratamiento a mis hijos,, si yo se lo hago es como si nada , los mismo medico me dicen que me tengo que irme de acá porque si no se me van a curar más”. Como muchas madres del barrio, ella también sabe que la plata de Klaukol contamina, que el sílice y plomo en el organismo de sus hijos es responsabilidad de esta empresa que nunca tendría que haberse instalado en ese barrio.“A Klaukol no le importa nada, ni la vida de mis hijos y de los otros niños, ellos a mí no me dieron nada ni siquiera se acercaron para preguntar si están bien mis hijos”.
Nadia Carabajal, una joven de 28 años, creció en este barrio, actualmente tiene cáncer, necesita hacerse diálisis y espera un trasplante. La empresa no reconoce que es su responsabilidad, pese a que los vecinos organizados siguen reclamando que se haga cargo del tratamiento de la joven. “Los papás de Nadia tardaron 40 años para pagarse su propia casa y ahora no pueden vivir ahí, por culpa de Klaukol, de Espinoza, y de todos los gobiernos y jueces que ejercen el poder en favor de las multinacionales contra el pueblo que los votó” nos cuenta Susana Aranda, referente de la lucha contra esta multinacional.
Paredes del barrio Colonia Las Mercedes / Foto: Cítrica
Respirar en un barrio contaminado por Klaukol
En estas once manzanas de viviendas bajas, rodeadas de calles de tierra en su mayoría, el agua potable llega mediante AYSA que con el tiempo dejó de enviar las boletas de servicios porque no pudo comprobar que lo que suministra no está también contaminada. Algunas zonas tienen aún agua de pozo, tanques y bombeadores que tampoco tienen la profundidad necesaria para escapar de las sustancias cancerígenas que con los años, se fueron asentando en la tierra.
En 2019, un perito ingeniero especializado en medio ambiente confirmó que en la planta se utilizan materiales que despiden sílice cristalina, metal pesado tóxico ( se encuentra en la arena, cemento, cal en todas sus variedades) y cada vez que se prende el horno es despedida hacia el exterior de la fábrica. El sílice provoca neumoconiosis, irritación ocular con el solo contacto, pica la garganta y arden los ojos. El plomo produce vómitos, afecta al sistema nervioso central y a la médula ósea, es altamente cancerígeno. Más de 100 personas que vivían en el barrio fallecieron de cáncer, y otras tantas sufren esa enfermedad, que si es provocada por los contaminantes que despide esta planta, no son receptivas a tratamientos tradicionales, no se pueden curar.
Los propios organismos estatales de la provincia – como la Organización Provincial para el Desarrollo Sustentable de la Provincia de Buenos Aires (OPDS) y la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) - luego de las pericias realizadas las han catalogado dentro de la categoría “contaminante nivel 3”. Es decir, que por los residuos que genera no podría funcionar ni en un parque industrial, debería estar alejada de toda población y en una zona rural. El daño ambiental causado hace que hoy por hoy no alcanza con cerrar la fábrica y mudarla a una zona rural, ya que recién en 60 años podría recuperarse el medio ambiente de los daños padecidos.
Según un estudio actualizado ( 2020) se estima que uno de cada tres niños y niñas del mundo tienen “niveles de plomo inaceptablemente altos en su sangre”. Se calcula que son aproximadamente 800 millones de personas, mayoritariamente población de países empobrecidos. La conclusión surge de un estudio en colaboración entre Unicef y la ONG Pure Earth, organización que analiza la situación de los países empobrecidos del planeta, con alta presencia de contaminantes tóxicos.
La codicia y la voracidad capitalista, avalada y reproducida desde el estado y la corrupción de los gobiernos, limita el futuro de estos niños y niñas. Luego de años de lucha inquebrantable de los vecinos ( ver aquí), quedó demostrado que los sucesivos gobiernos municipales, provinciales y nacionales gobiernan para Klaukol y no para las familias del barrio Las Mercedes. “El capitalismo destruye el planeta, destruyamos el capitalismo”, esa consigna que une a miles en el mundo contra la voracidad de empresarios y cómplices gobiernos que destruyen todo a su paso, en Virrey del Pino es una urgencia.
KLAUKOL MATA | Móvil con Susana Aranda, referenta de un barrio que lucha contra la contaminación / 18 de agosto de 2020.