Desde la llegada de la crisis hídrica a Chile, causada por la explotación de las aguas por parte de las empresas agrícolas y el calentamiento global, el rubro minero - que también basa su producción en toneladas de agua ( 69,83 m3/seg) - ha apostado por las plantas desalinizadoras de agua para no detener la producción y disminuir el consumo de agua dulce.
Según los conteos recientes de la Comisión Chilena del Cobre, el rubro minero ocupa solo un 3% del consumo del agua, frente al escandaloso 82% que utiliza las empresas agrícolas, sin embargo, esto no es a un bajo consumo, para ilustrarlo mejor, del total de litros utilizados para el proceso minero, un 76% corresponde a aguas recirculadas, las cuales han sido trabajadas anteriormente y son reutilizadas, el 18% corresponde a lagos, humedales y reservas, mientras que el 6% a las aguas del mar.
De conjunto nos encontramos con un panorama desolador, las cifras en porcentaje esconden los billones de litros que usan las mineras, el 3% del consumo del agua, que en teoría se relaciona con el consumo de 69,83 m3/seg significan que al cabo de una hora de producción las mineras gastan 25.138.800.000 litros de agua ¿Cuánto es eso en una semana?¿cuánto suma en un año?
Hay desalinizadoras ¿Pero a qué costo?
Lo que enseñan estas cifras es que por mucho que reutilicen el agua, el consumo hídrico minero es abrumador, más si tomamos en cuenta que las grandes mineras están situadas en las zonas más áridas del país, en Antofagasta, Calama, Atacama por ejemplo, donde la crisis de la escasez del agua se pone de manifiesto con que no todos los sectores tienen acceso a agua potable, aquí estamos hablando de alrededor de 300 mil viviendas sin acceso a ella.
Frente a este escenario las grandes empresas de la minería tales como Grupo Luksic, SQM y Albemarle, han puesto en pie plantas desalinizadoras, al parecer una vía sustentable para mantener la producción, desde el 2015 se vio un aumento en las desalinizadores y para el 2028 se espera que existan 15 plantas más, pero los costos son varios.
Para empezar, la desalinización produce desechos hídricos, que se llaman salmueras o aguas sobre salinizadas, las que son devueltas tal cual al mar afectando ecosistema marino, debido a que la salinidad es considerablemente superior al de las aguas, afectando el PH y temperaturas, además de que estas aguas pueden contener elementos químicos generados en el proceso de desalinización que dañan principalmente a organismos microscópicos, desde peces hasta moluscos.
Los desechos de las plantas desalinizadoras han afectado el ecosistema alrededor de los sectores donde están funcionando, en un reportaje realizado por The Guardian, durante el año pasado, biólogos y pescadores explican cómo han afectado los mares, los cuales están provistos de almejas, anémonas y otros animales.
Los empresarios no pueden ser verdes: Con ellos es un desastre por otro
Si bien la producción de desalinizadoras en el país se remontan desde finales de los años cincuenta y aunque también es real que existen plantas exclusivamente dedicadas a la producción de agua potable para la población, es difícil ignorar que, la minería representa el 90% del uso del agua marítima respecto al consumo a nivel nacional (COCHILCO, 2019) ,es decir la mayoría del del agua desalinizada está destinada a la producción minera, al mismo tiempo que sigue un curso de producción que a futuro nos va a dejar sin fauna marina.
En palabras simples, es otro saqueo de los empresarios, es la salida para seguir utilizando las fuentes de agua del mundo para generar ganancias, es otro recurso natural explotado hasta la muerte, que está teniendo consecuencias para las comunidades y los ecosistemas.
Domingo Lara, militante del Partido de Trabajadores Revolucionarios y candidato a senador por la región de Antofagasta advierte “Hay dos problemas con las desalinizadores, el primero ¿Cuál es el límite de la producción minera? teniendo en cuenta que las desaladoras llegan para subsanar la falta de agua dulce tanto superficial como subterránea, pero este mecanismo requiere energía eléctrica y por lo tanto eso implica construir plantas de generación eléctrica, lo cual ya genera un impacto en el medioambiente, entonces uno se pregunta ¿Cuál es el límite?¿Hasta donde se puede seguir produciendo, dañando el ecosistema sin buscar mecanismos alternativos como la minería urbana, que directamente implica el reciclaje, pero después esta el problema mas especifico de las salmueras que van matando las bahías, lo urgente es que ni las empresas mineras, ni las desaladoras invierten realmente en tecnologías que puedan asegurar que la salmuera se reutilice en otros procesos o que directamente hayan sistemas de dilución previos más eficientes que aseguren que no se está destruyendo la flora y fauna de la bahía”
Es por eso que ante la crisis hídrica y medioambiental, no hay tiempo que perder, es importante que las comunidades, los trabajadores y la juventud recuperen los recursos naturales, el agua, el cobre, el litio al mismo tiempo que las plantas mineras y desalinizadoras son puestas bajo control obrero, para que los empresarios no decidan desidiosamente el ritmo de producción por sobre las consecuencias medioambientales, por que es la producción frenética y la implementación de procesos dañinos para el medioambiente lo que está secando y matando al planeta.
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