Garbarino se presentó, este miércoles, en convocatoria de acreedores ante el juzgado N°14 para evitar la quiebra, que implicaría la ejecución de sus bienes, y renegociar sus deudas, buscando pagar sólo una parte de ellas. Dentro de los compromisos de la empresa se encuentran los salarios atrasados por más de 6 meses de la mayoría de sus más de 3.000 trabajadores. La cadena de venta de electrodomésticos la semana pasada despidió a 1.800 empleados y cerró sus últimos locales a la calle.
El concurso preventivo complica aún más la situación de los trabajadores ya que la compañía busca llegar a un acuerdo, con aval judicial, de las entidades financieras y acreedores. Haciendo más difícil que se retrotraigan los despidos y dejando abierta la posibilidad de no pagar todo lo adeudado a los trabajadores.
La firma, que fue comprada por Carlos Rosales en junio de 2020, hoy adeuda alrededor de $ 15.000 millones, pero a principios del 2020 tenía 246 locales y un total de 4.325 empleados. Hoy le quedan apenas 850. Además, por alquileres impagos y falta de mercadería, cerraron sus últimas 105 tiendas.
Como habíamos denunciado en este diario, Rosales se hizo cargo de un empresa altamente endeudada para llevar adelante su vaciamiento y reconversión. Recibió abultados subsidios del Estado para pagar salarios, pero cuando este rescate disminuyó y se cortó la cadena de pagos, apostó a la búsqueda de un socio que aporte liquidez. Al caerse la venta con Facundo Prado -empresario dueño de Supercanal Arilink- la convocatoria a un concurso de acreedores ya parecía ser el camino elegido y este miércoles la empresa ha confirmado que ha optado por esa opción.
Trabajadores Autoconvocados de Garbarino marcharon este martes al sindicato de comercio para exigir a su secretario general, Armando Cavallieri, que rechace los miles de despidos. En la movilización reclamaron se cumpla la conciliación obligatoria por la cual la empresa debería reincoporarlos y hasta el momento el gobierno nacional no ha tomado ninguna medida en favor de los despedidos, ante la negativa de la compañía. Además denunciaron que aquellos que optaron por el retiro voluntario tampoco han recibido los montos acordados.
Los telegramas de despido enviados por Garbarino ya contaban con la advertencia de que sólo podrán cobrar el 50% de la indemnización por los problemas financieros de la empresa. Al presentar el concurso, sus ex empleados tampoco podrán seguir cobrando el Repro.
A su dueño actual, Carlos Rosales, en su círculo íntimo lo caracterizan como el rescatador de empresas en ruinas, algo similar sucedió cuando se puso al frente de la aseguradora Prof. El actual tesorero del Club San Lorenzo, y ex funcionario bonaerense durante la gobernación de Daniel Scioli, intentó aprovechar una nueva oportunidad ante la crisis de Garbarino. Se hizo cargo de la compañía, buscando reestructurar sus deudas, para sacar ventaja del nombre de la cadena comercial, mientras avanzaba en una reestructuración que incluía achicar la planta y dedicarse de lleno a la venta online.
Los empresarios nunca pierden, a lo sumo lo hacen sus empresas, pero ellos siguen contando con sus fortunas que gastan para vivir rodeados de lujos innecesarios. Alberto Fernández volvió a comprometerse, este miércoles en Plaza de Mayo, a mejorar la situación de aquellos que dependen de un salario para sobrevivir, pero el empleo es cada vez más precario y los despidos no se detienen. Es fundamental apoyar la lucha de los trabajadores de Garbarino porque marcan el camino de la pelea para que haya empleo para todos.
|