Son familias que se asientan sobre la meseta en busca de tierra para vivir. Denuncian que la policía les ha roto sus pertenencias y que les han arrancado los postes y materiales de construcción.
De forma recurrente, en la segunda localidad más importante de la provincia, las familias no tienen acceso a la tierra para sus viviendas. Es por eso que muchas se ven obligadas a montar viviendas precarias en tierras fiscales ante la falta de respuestas por parte del Estado.
En este caso las familias están asentadas sobre la bajada de la meseta, sobre calle Tucumán, en cercanías al tanque de agua. Allí, hace poco más de un año, cientos de familias debieron recurrir a la misa situación, y todavía no han recibido respuestas de regularización por parte del intendente Bertoldi.
En aquel momento las familias resistieron un desalojo del intendente del Frente de Todos, donde recibieron el apoyo de los legisladores Andrés Blanco y Natalia Hormazábal del Frente de Izquierda. Al parecer el modus operandi sigue siendo el mismo: hostigar con la violencia policial.
Las familias que se asentaron piden ser contempladas y que puedan regularizar su situación sin tener que recibir el permanente acoso de los móviles policiales. También dijeron que no tienen miedo y van a resistir cualquier intento de desalojo ya que no tienen otro lugar en el cual vivir, debido a los altos costos de alquiler.