El día de ayer uno de los más importantes editores del New York Times, en el área de economía y finanzas, habló acerca de la situación que vive Chile tanto a nivel electoral como a nivel político, donde destacó que la lógica neoliberal pavimentó el futuro del país durante todos estos años y que podría terminar con estas elecciones presidenciales, a lo cual agregó qué: “Lo que tenemos ahora es un referéndum sobre el programa Chicago Boys, sobre esa agenda económica”.

A su vez frente a la pregunta de si el candidato de apruebo dignidad representaba los ideales del comunismo este respondió: Lo que (Boric) está defendiendo es lo que se llama socialdemocracia en otros contextos: un Estado más activo, que asume mucha más responsabilidad por el bienestar de todos y que busca reducir la desigualdad y aumentar las oportunidades.

Esta afirmación también la corroboró Boric en su debate en la Archi y Anatel, donde se mostró optimista por esta caracterización de Socialdemócrata. Sin embargo esta caracterización significa que existe un gran acercamiento a las ideas de centro que han gobernado durante 24 años y han mantenido la desigualdad en Chile.

¿Qué es un socialdemócrata?

La socialdemocracia es una ideología política, social y económica, que busca apoyar las intervenciones estatales, tanto económicas como sociales, para promover la justicia social en el marco de una economía capitalista. Esto último es importante, ya que legitima el capitalismo, intentando hacerlo más justo y humano por medio de reformas que terminan dependiendo de los poderes del parlamento y el senado, de los cuales sabemos pueden llegar a demorar años en ser aprobadas o lisa y llanamente descartados, dejando el destino de millones a unos pocos que solo defienden sus intereses y el de sus socios económicos.

Esto quiere decir que lejos de transformar el actual sistema, lo renueva con ciertas adaptaciones contemporáneas que buscan evitar la caída del régimen y promover el funcionamiento del sector privado pero con ciertas regulaciones mínimas.

Si bien el día de hoy se vuelve un momento crucial para muchos, donde lo que más se busca es no retroceder hacia un sistema más represivo o un sistema sin proyección de futuro, lo real es que para ninguno de los dos candidatos, la situación se ve muy ventajosa, ya que al enfrentarse a una inflación mundial cada vez más compleja, donde el costo de la vida es cada vez más impagable y con impuestos tan elevados como los que promueve el banco central, el panorama económico no pinta en absoluto muy prometedor para la clase trabajadora y el pueblo pobre, quienes deben soportar y asumir los costos de cada crisis que trae el capitalismo.

Además de no haber solución en ninguna de las demandas de octubre, sino que al contrario una peor situación que antes, además de conjugarse con la pandemia que si bien se ha aminorado su efecto letal, no ha mejorado en nada las condiciones en salud, ni en educación, ya que ahora nos encontramos con hospitales cada vez más colapsados por otras enfermedades y una precaria educación en la juventud, sumada a una alta deserción escolar, problemas que no podrá resolver ninguno de los candidatos, sino más bien la organización de la clase trabajadora y el pueblo pobre.