Un 30 de diciembre como hoy pero hace dos años fuimos testigos del gran triunfo del pueblo mendocino que reconquistó en las calles la Ley 7722; un pueblo que tras defender el agua con uñas y dientes en cortes de ruta, movilizaciones y enfrentando la represión recibía por fin la noticia de que Rodolfo Suarez y los legisladores daban marcha atrás con la megaminería y restituían la 7722. En el segundo aniversario de esta conquista ambiental histórica no podemos dejar de relacionarla con la experiencia del pueblo chubutense el vigente mes contra los mismos ataques extractivistas.
En diciembre de 2019, un pacto entre el gobernador Suárez y el peronismo de Fernandez Sagasti intentó modificar la Ley que protege el agua de Mendoza en beneficio de las mineras. Al igual que en Chubut hace apenas unos días, miles los hicieron retroceder dejando en claro que el agua de Mendoza no se negocia. De Mendoza a Chubut, la vigencia y necesidad de una lucha contra la depredación capitalista del suelo.
La rebelión del pueblo trabajador de Chubut, contra el intento de Arcioni de avanzar en la zonificación minera en la provincia, puso en evidencia la vigencia de la lucha por los bienes comunes, contra el avance de la megaminería contaminante. Una vez más, la movilización popular hizo retroceder el pacto entre el lobby empresarial minero y la casta política, conjurados para avanzar en la megaminería contaminante en todo el país.
Como se escuchó tantas veces en Mendoza, para el extractivismo no hay grieta: peronistas y radicales pretenden profundizar un modelo de saqueo y contaminación que solo beneficia a los grandes empresarios mineros y el FMI. "Este triunfo de la movilización obrera y popular repercute en todo el país, porque detrás de Arcioni está el aval de Alberto Fernández y Cristina Kirchner para el avance de la megaminería. Ya lo vimos en Mendoza con el pacto entre Suárez y Sagasti", resumió Lautaro Jiménez, legislador del Frente de Izquierda en Mendoza.
Chubut y Mendoza han sido pioneras a nivel nacional en la lucha contra la megaminería durante los primeros años de la década pasada, una década después continúan a la vanguardia resistiendo y marcando el camino para las actuales y futuras peleas contra proyectos saqueantes. Un arduo camino que no empezó en 2019 si no que se viene hilando en Mendoza hace más de 15 años. En esta nota podes conocer mejor la historia de la 7722.
Sin dudas es una fecha de celebración y para fortalecer la pelea, hay que mencionar que lo que se frenó fue una larga lista de desastres ambientales, sociales y sanitarios que desencadena la megaminería a cielo abierto y que afortunadamente no los sufrimos en Mendoza. Marcelo Giraud, geógrafo y docente de la UNCuyo, describe en esta entrevista los impactos negativos que han frenado a pesar de los innumerables intentos de empresarios y la clase política por voltear la voluntad del pueblo.
Como plantea Esteban Martine en esta nota publicada en Ideas de Izquierda, “la ofensiva megaminera, al igual que el nuevo proyecto de ley de hidrocarburos (que tiene entre sus ejes garantizar una mayor disponibilidad de divisas a las petroleras), es inseparable de las negociaciones en curso con el FMI. El acuerdo incluirá no solo más ajuste, sino también, aunque no esté escrito, más saqueo y extractivismo. Un objetivo del Fondo es garantizar que estén los dólares para el pago de la deuda. Otro, más profundo, mejorar las condiciones de expoliación de la Argentina dependiente y con rasgos semicoloniales por parte de las multinacionales, perpetuando el lugar que ocupa en la división internacional del trabajo como proveedor de commodities. Nada que suene a “desarrollo” vendrá de este nuevo extractivismo, que no hace más que multiplicar la desigualdad, la miseria y la pobreza”.
Las masivas movilizaciones en Chubut se dieron a dos años de la histórica lucha en Mendoza en defensa de la 7722. Marcando un nuevo hito en la lucha ambiental en todo el país y particularmente en la lucha ambiental de las nuevas generaciones de jóvenes que toman en sus manos la pelea contra el cambio climático y contra el extractivismo que lo acelera hacia puntos de catástrofe y no retorno para el planeta. Una fecha que lejos de ser un aniversario en el calendario, dejó en claro que la lucha contra el avance extractivista sigue más vigente que nunca y que la única salida a los planes extractivistas que el FMI y los gobiernos imponen está en las calles y junto al pueblo trabajador.
