Este jueves se viralizó un video a través de Twitter en el que se ve cómo inspectores de la Municipalidad de Pinamar retuvieron a un vendedor de churros en la playa y le quisieron incautar la mercadería. Acompañados por policías, buscaron quedarse con la canasta que el joven usaba para trabajar pero rápidamente los turistas los rodearon en y lograron evitarlo.
Por más que sea una actitud lamentable, el accionar de los inspectores y policías está lejos de sorprender. Una vez más dedican su tiempo a perseguir y hostigar a un pibe que lo único que hacía era rebuscársela para poder subsistir y hacer unos pesos en el día. Precisamente, ese fue el reclamo de las personas que estaban en el lugar que visiblemente enojadas defendieron al joven al grito de "¡déjenlo laburar!".
Tras varios minutos de forcejeos y superados en número, los empleados municipales se retiraron y el vendedor pudo quedarse con sus cosas gracias a la ayuda de la gente que estaba en la playa. El video se viralizó en Instagram y Twitter y por ese motivo el intendente macrista de Pinamar, Martín Yeza, se refirió a lo sucedido. Con el desprecio habitual contra los vendedores ambulantes, en un breve hilo de Twitter justificó el accionar de los agentes. "La venta ambulante está permitida, pero tiene un sistema que busca el equilibrio entre que exista oferta y que a la misma vez la playa no sea un griterío de ofertas "Helado, helado!". Buscamos que la gente venga a descansar", aseguró.
Claramente el accionar de los agentes se explica en las palabras del intendente, quien con sus palabras deja en claro que el hostigamiento contra la venta ambulante es una directiva municipal. Pero a diferencia de otras veces, la solidaridad de las personas que estaban en el lugar en ese momento impidió que se salieran con la suya. |