Digamos, estos reclamos siempre terminan reclamando por más planes, o sea por más gasto público, ahora el problema es ¿cómo se financia el gasto público? Lo financian quienes trabajan. Ahora sucede que si vos no dejás llegar a las personas a su trabajo no tienen la productividad que corresponde, por lo tanto tienen menos ingreso, por lo tanto hay para pagar menos impuestos y esta gente pretende más, o sea…
Según Milei, la asistencia estatal a los y las más pobres, entonces, es la principal fuente de gastos del Estado, que sale de los impuestos que pagan los y las "que trabajan" y que hace que el reclamo de la plaza este martes sea "inviable".
Veamos un ejemplo. En junio de 2020, en plena pandemia, el Gobierno nacional optó por aumentar el gasto público. Según explicaba La Izquierda Diario, “el gasto primario casi que se duplicó en mayo con respecto al mismo mes de 2019 (sumó $579.507 millones)”.
La mayor parte de ese gasto se explicaba por los beneficios que recibieron las empresas. El programa de ATP (Asistencia al Trabajo y la Producción) fue presentado como una vía para proteger el empleo. La realidad es que casi el 40 % de los salarios totales asistidos por el Estado con ese programa correspondía a personal de grandes empresas y corporaciones, que reportan ganancias millonarias desde hace décadas:
Clarín, Ledesma, Swiss Medical y multinacionales como Volskwagen, Mercedes Benz, McDonald’s y Burger King. "En el caso de Swiss Medical la Anses hasta se hizo cargo de pagar parte del sueldo del CEO y dueño de la empresa, Claudio Belocopitt", denunció el economista Matías Hoff en este diario. El mismo Milei recibió sueldo subsidiado por el Estado en concepto de ATP.
En junio de 2021, Belocopitt era el principal vocero de la campaña de las prepagas para exigir que el Gobierno les permitiera subir un 10 % más, después de haber aumentado un 60 % en 18 meses. Ningún sueldo subió tanto. Al contrario, se acumulan más de cuatro años de pérdida de poder adquisitivo del salario. Pero Belocopitt, que se enriqueció a través del negocio de la salud en pandemia, decía que el sector privado merecía un "premio al esfuerzo", después de que el Estado se hiciera cargo hasta de su propio "sueldo".
Que empresas como Swiss Medical o Mc Donald´s reciban todo tipo de beneficios del fisco, no es algo que moleste a los libertarios. En su filosofía la libertad de enriquecerse de manera privada no se ve afectada por recibir plata pública. Por eso Ramiro Marra utilizó su primera dieta como funcionario público en acciones de la minera multinacional Barrick Gold, la privatizada de energía Edenor y McDonald’s. Lógico que un libertario se moleste por una masiva protesta contra el extractivismo, los tarifazos y la precarización. McDonald’s, llegó a emitir recibos de sueldo de cero pesos, con el argumento de que el trabajador había sido beneficiado por el ATP.
Mientras, 9 millones de familias pobres recibieron un IFE de 10 mil pesos, tres veces y en cuotas para subsistir durante la primera etapa de la pandemia. Las partidas destinadas a gastos sociales, salud, educación, a políticas de género, ambientales, son sucesivamente ajustadas por el Gobierno, con el argumento de que es necesario achicar el gasto público para reducir el déficit y cumplir con los parámetros del FMI. Los negocios extractivistas de multinacionales contaminantes como la Barrick, son impulsados y hasta el ministro de Ambiente, Juan Cabandié, dice que el extractivismo es necesario para pagarle al FMI.
Milei dice grandes falacias para hilvanar un relato en el que la gran mochila del ajuste que siente la clase trabajadora, es por culpa de "los planes". Oculta quiénes son los verdaderos chupasangre del Estado: las empresas, los terratenientes, los bancos. Son los empresarios para los que él trabaja desde hace décadas. No se conforman con las ganancias millonarias que obtienen explotando personas con cada vez menos derechos. Sacan ventaja de todo tipo de beneficio o subsidio que puedan del Estado. Mientras despotrican por los pocos recursos destinados a los y las más pobres. Entre tanto, suben los precios y aumentan cada vez más los servicios, para seguir enriqueciéndose.
Milei omite por supuesto, que un gran agujero en las cuentas del país es la fuga de capitales. Las empresas esconden toda la riqueza en guaridas fiscales, se la llevan del país para evadir impuestos y esconder sus negocios turbios. No invierten nada. Como Edenor, que se enriqueció con los tarifazos del macrismo y los subsidios del kirchnerismo, mientras el servicio que brinda deja a miles de familias sin luz durante días cada año.
La de fugar capitales es otra de las libertades defendidas por los libertarios. En octubre de 2021, Ramiro Marra era candidato y respondió con un “Muy buena idea” a un tuit en el que se proponía un curso para sacar plata del país “100% barrani”, como se dice en la jerga para referenciar algo por fuera de lo legal, y empobrecer al país.
Celebran que las empresas acudan a todo tipo de mecanismo ilegal para pagar menos impuestos, pero nunca se quejan del IVA del 21 %, el impuesto más injusto que paga el pueblo trabajador hasta cuando compra un litro de leche.
Lo inviable es el pago de la deuda externa ilegal, ilegítima y fraudulenta, sin saquear más aún todavía las condiciones de vida del pueblo trabajador y las grandes mayorías vía inflación, tarifazos y más precarización. No es la primera vez que el FMI cogobierna la Argentina y solo generó más pobreza. La deuda es impagable, un mecanismo de saqueo en el que se toma deuda para pagar más deuda y para financiar fuga de capitales. El préstamo otorgado por el organismo a Macri en 2018 que el Frente de Todos no se rehúsa a pagar, se destinó mayoritariamente a financiar fuga. Es lógico que a un parásito como Milei le moleste tanto ver una Plaza de Mayo llena de luchadores y luchadoras contra el acuerdo con el FMI, al grito de que no se puede convalidar esa estafa.