Las protestas se han concentrado en distintos puntos del país pasando por un bloqueo en Ottawa y recientemente por un bloqueo en el puente fronterizo Ambassador que une a Detroit con Windsor en Ontario.

Los transportistas rechazan la obligatoriedad de la vacunación considerando que esta debe ser por voluntad y que la imposición de la misma trasciende sus derechos y libertades, así como la pérdida del derecho al empleo.

Esta posición de los choferes ha sido retomada por sectores de la derecha y ultra derecha, quienes se han manifestado con pancartas nazis o mensajes de odio emulando algunas de las protestas promovidas por Vox en España o por el conservadurismo en Alemania.

El Partido Conservador de Canadá también aprovechado la desviación a derecha para incitar a los transportistas a mantener las protestas, como una clara estrategia política anti Trudeau, pero no porque estén preocupados porque los conductores pierdan sus puestos de trabajo.

Por su parte algunas de las empresas automotrices más importantes General Motors, Toyota y Ford, han declarado haberse encontrado en la necesidad de reducir la producción debido a la falta de autopartes y conductores que se necesitan para poder completar la construcción de los autos.

Con esto han presionado para que representantes del gobierno cómo la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, hagan llamados urgentes al gobierno de Canadá para que liberen el bloqueo a la brevedad.

Justin Trudeau, apareció en un video diciendo que la vacunación obligatoria para transportistas no está en negociación, lo que puede provocar el incremento en las protestas en los próximos días.