La noche del miércoles, trabajadores portuarios del Terminal 1 del puerto de Valparaíso realizaron una manifestación denunciando a las gerencias de TPS principalmente por la asignación de turnos e ingresos a los sitios, advirtiendo: “Gerentes TPS, con los trabajadores portuarios eventuales no se juega”.
A su vez, los trabajadores portuarios pertenecientes al Terminal 2 (TCVAL), empresa de capitales australianos, vienen realizando de manera intermitente paralizaciones de faena o huelga de brazos caídos, en denuncia al alza de contagios por casos covid positivo y la demora en la entrega de resultados PCR por parte de la empresa. Aún cuando no hay cifras públicas, sin embargo, entre los trabajadores se habla de un nuevo caso de contagio masivo al interior del terminal.
Cabe recordar que a esto se suma la movilización que vienen sosteniendo los mismos trabajadores del Terminal 2, por el incumplimiento de la empresa frente al decreto 594 que exige camarines y duchas en el lugar de trabajo, con lo que la empresa se ha ahorrado los gastos de la implementación por años, obligando a que los trabajadores se vayan con el uniforme hasta sus casas u otra dependencia para poder cambiarse y asearse después de la extenuante jornada de trabajo.
¡Basta de abusos! Las empresas deben responder
El incumplimiento de las medidas básicas sanitarias en los lugares de trabajo es un hecho indignante que hemos visto a lo largo de estos dos años de pandemia, donde el gobierno y las autoridades han hecho la vista gorda frente al abuso ejercido por los dueños de empresas multimillonarias que ni en pandemia dejaron de producir, y que en muchos casos, como en los puertos o la minería, aumentaron sus ganancias al doble, mientras el pueblo trabajador hacía malabares para "llegar a fin de mes". Las alzas de contagio en los lugares de trabajo está directamente relacionada con las políticas de empresa, que pone las ganancias antes que la salud de sus trabajadores. Tal como hemos visto en Minera Escondida o Puerto Coloso, Antofagasta.
Los terminales portuarios de Valparaíso en cuestión, pertenecen a privados: uno es de una empresa australiana (TCVAL) y otro a la familia de origen alemán y nazi Von Appen (TPS), ambos peces gordos en el ámbito portuario y especialistas en el trabajo precario, partiendo porque aplican el trabajo eventual, que precariza a cientos de trabajadores.
Es por esto, que se hace urgente una respuesta organizada desde los trabajadores y trabajadoras portuarias, para exigir a la empresa que se haga cargo de la situación, aplicando test masivos de Covid-19 y con licencias pagadas para quienes estén a la espera de los resultados o salgan positivos, así como también organizándose comisiones de seguridad e higiene independientes. Para todo esto se deben buscar mecanismos de coordinación para hacerle frente a la desidia empresarial y por la unidad de los trabajadores portuarios de ambos terminales, con una asamblea única que termine con el divisionismo que impone la burocracia sindical y que responda a las reales necesidades de los trabajadores y sus familias. |