Desde el 2016, el que era mariscal de campo de los 49ers de San Francisco, Colin Kaepernick se solidarizó con el movimiento masivo Black Lives Matter, al arrodillarse durante el himno nacional antes de los partidos de la NFL. Recordemos que dicho movimiento volvió a tomar fuerza a partir del asesinato de George Floyd a manos de la policía, en 2020.
De ese gesto de solidaridad siguieron más y en distintos rubros del deporte estadounidense y del deporte mundial, inclusive las demostraciones de apoyo llegaron desde el ámbito artístico: Paul McCartney, Rihanna o Roger Waters entre muchas otras personas que participaron del #BlackOutTuesday.
El día de ayer ante millones de personas espectadoras del Super Bowl en su edición 56 y como parte del show de medio tiempo —en el que alternó con los raperos Snoop Dogg, Kendrick Lamar, Mary J. Blige, 50 Cent y Dr. Dre—, Eminem se arrodilló para traer al presente la lucha contra el racismo y la opresión. Un gesto que, a ojos de los monopolios del espectáculo y los ricos de la NFL, no será bien visto pues politizar el deporte y el espectáculo nunca les favorecerá en su ordenamiento capitalista de explotación y opresión. Así lo demuestra la reacción y sanciones en contra del jugador Colin Kaepernick tras su protesta y que derivaron en la salida prematura del hoy activista de la NFL.
El gesto del rapero, si bien no tomó por sorpresa a la organización del evento —que bien sabe lo que hace al incluir un show enteramente de hip-hop por primera vez en su cotizado show de medio tiempo— atrae la atención sobre el racismo y la brutalidad policíaca que siguen siendo cotidianos en Estados Unidos. |