El sindicato UTE-CTERA convocó del jueves para el viernes a una serie de plenarios de delegados divididos en diferentes lugares, horarios y área educativa, que tuvieron una baja participación de afiliados y afiliadas. Entre múltiples problemáticas, las condiciones de trabajo englobaron al conjunto de las demandas: titularización, estabilidad laboral y la pésima organización de los actos públicos en línea, un salario que no le gana a la inflación, la naturalización de tener que trabajar dos o tres cargos para llegar a fin de mes, el vaciamiento de nuestra obra social Obsba, la injerencia de Mercado Libre y otras empresas de las finanzas en la educación secundaria, la falta de vacantes y comedores fueron algunas de las demandas más sentidas.
Todo esto se da en el marco de cifras alarmantes sobre cómo viven nuestros y nuestras estudiantes: la pobreza en los niños, niñas y adolescentes es aún más grave, más del 60% de ellos y ellas en todo el país se encuentran en situación de pobreza. A todo esto, ya aumentaron los alimentos un 5% sólo en lo que va de enero: cada vez será más difícil comer. Y más del 70% de la juventud trabaja cada vez más precarizada. Son las familias de la escuela pública y son nuestros estudiantes, lo vemos todos los días en nuestras escuelas.
Esto es lo que se va a profundizar aún más de la mano del pacto con el FMI con el pago de una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta que contrajo Mauricio Macri para organizar la fuga de capitales de sus amigos empresarios. El presidente Alberto Fernandez quiere votar urgente en marzo este acuerdo en el Congreso, que en lo inmediato, y en perspectiva, va a seguir endeudando al país por años e impondrá un co-gobierno con el Fondo Monetario Internacional a través de sus visitas trimestrales. Es un cuento de nunca acabar. Un mecanismo de sometimiento y colonial. Un Gobierno que ya está más que claro que desde que asumió, optó por este camino.
La educación financiera de Soledad Acuña y el FMI son dos caras de una misma moneda. El capital financiero viene por nuestra educación. Quieren adaptar la educación a las necesidades de las grandes patronales financieras, de la industria y el campo y precarizar aún más a la juventud. Y esto se ve crudamente en la Ciudad con la nueva propuesta del gobierno de Larreta que permite directamente a las empresas dictar educación financiera en las escuelas junto a un plan de pasantías que no son más que trabajo gratuito con mano de obra barata para las patronales.
Esto ya se veía venir: no es casual que hace apenas unos meses Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina, reclamó públicamente una reforma en la escuela secundaria para que los jovenes sean mano de obra barata para empresarios como él. El mensaje es clarísimo: educación de mercado al servicio del FMI.
Vienen por más extractivismo, saqueando los recursos y dañando el medio ambiente, para pagarle al fondo. Ya sabemos cómo termina esta película: una deuda que terminan pagando los que menos tienen. Pero podemos y tenemos que enfrentarlo para que esta vez no termine igual. La CTERA es un sindicato a nivel nacional con más de un millón de afiliados y afiliadas. Y en la CTA están organizados sindicatos muy poderosos como el nuestro (docentes) junto al de los trabajadores del subte, aeronáuticos, estatales y decenas de gremios más, que todos juntos y mancomunados serían una fuerza enorme para enfrentar al FMI.
Desde la izquierda, más de doscientas organizaciones junto a Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Alejandro Vilca, rechazaremos este acuerdo en el Congreso. Así lo hemos expresado en las movilizaciones del 11 de diciembre y el 8 de febrero, colmando la Plaza de Mayo con la izquierda, movimientos sociales, seccionales y sindicatos en unidad contra este acuerdo. Dijimos bien fuerte NO al FMI.
La abstención en el Congreso que están barajando los diputados de la CTA, como Hugo Yasky, no es más que un voto crítico al pacto de coloniaje del FMI. No rechazar y no movilizar con todas las fuerzas, es dejar pasar el ajuste. Algunos dirigentes en los plenarios de UTE-CTERA responden “no sabemos aún de que se trata”, ¿qué dudas pueden tener que ya es y será mayor ajuste hacia las y los trabajadores? El ministro de Economía, Martín Guzmán, ya aclaró la letra grande, y parte de la letra chica, del acuerdo: ajuste fiscal y brecha cambiaria (devaluación). No olvidemos que entre los bancos y los jubilados, Alberto ya ajustó a los jubilados apenas asumió al gobierno, aun sin pandemia y mientras se pagaba la deuda con los bancos ganando millones y millones, como ahora.
El único camino es la lucha y es el que propusimos como agrupación Marrón en los plenarios de UTE: que el sindicato rechace el acuerdo con el FMI, convoque a asambleas y a un paro y movilización cuando se trate este acuerdo. Como dijimos, la deuda es con los chicos y las chicas. La deuda es con la educación. |