“Artista genuino, hombre de mundo, geselino de sangre. Ciudadano ilustre sin título. Y, a partir de ahora, y para siempre… profeta en su arena”. Con esa descripción al pie queda inaugurada la obra que repone la consideración del inolvidable Willy Crook en la ciudad donde se crió y con la que siempre se lo vinculó, a pesar de que algunos momentos de distancia ocasional.
La situación se dio casi por azar: este verano coincidieron en Villa Gesell un grupo de artistas y artesanos cultores de la obra de Crook con el músico El Soldado, compañero de Willy en Los Redondos y amigo suyo por el resto de la vida.
Federico Menegazzi, Pablo Fretes y Miguel Pereira trabajaron con sus artes y oficios durante la temporada en peatonal de la Avenida 3. Los tres conocían al músico por su obra. “Nos inspiró hacer una composición a través de la iconografía que puede generar su carrera, sus gustos, su oficio”, cuenta Menegazzi.
“La idea vino de ellos tres como necesidad de homenajear a Willy por una cuestión de afinidad musical, pero también como una forma de homenajear a los artistas geselinos a través del que quizás más logró destacarse fuera de la ciudad”, explica El Soldado, quien reside en Gesell desde marzo de 2020.
Lo primero que hicieron fue buscar un lugar. Pensaron en varias locaciones, aunque una se impuso con más fuerza: en la concurrida Avenida Buenos Aires, cerca de su intersección con el transitado Boulevard Silvio Gesell (es decir, a metros de la Rotonda Los Pinos que sirve como nudo distribuidor para los que entran a la ciudad por su acceso principal) había desde principios de 2000 un mural con un gigante PR de Patricio Rey. La obra había sido hecha por el mismo propietario de la pared, Carlos Fernández, un conocido vecino geselino que, además, era fanático de Los Redondos, vio varios shows de banda (también del Indio Solari y de Skay Beilinson como solistas) y, como si fuera poco, había trabado relación con Willy Crook luego de arreglarle una moto en su taller.
“Le consultamos al Conejo Fernández si le interesaba la idea y no solo cedió la pared, sino que también colaboró un montón con los insumos, por lo cual le debemos mucho”, reconoce El Soldado. “Ese mural tenía su tiempo y ya estaba un poco viejo, aunque nunca se vandalizó. Entonces decidimos no removerlo, sino simplemente pintar encima de él, como si fuera un corazoncito latiendo debajo”.
“Ante todo, hay que destacar que los artesanos Federico Menegazzi, Pablo Fretes y Miguel Pereira hicieron todo el trabajo de manera autogestiva. Lo que se armó fue un grupo de amigos independiente de toda institución oficial”, destaca el músico, valorando una obra de arte que no contó con ningún tipo de financiamiento más que el que logró fomentar el colectivo con alguna colaboración personal más la “vaca” que ellos mismos hicieron.
En el mural se ven tres Crooks: uno jovencísimo dentro de un auto, otro ya entrando en la adultez con su recordado traje rojo y, por encima de ambos, un busto con su expresión madura mirando a los ojos de quien pasará por la calle y lo observará. “Además, lo acompaña toda una iconografía que, creemos, representó su vida y obra”, agrega El Soldado. “Por supuesto, su característico Torino, pero además la fachada del balneario Kontiki en el que tantas veces tocó y moró, la masa que Rocambole dibujó en la tapa del disco Oktubre, donde Willy dejó su marca con sus inolvidables líneas de saxo, y entre medio de la multitud la imagen de portada de “Big bombo mamma”, el primer disco de los Funky Torinos”.
“El propósito de poner tres Willys tiene que ver con su evolución en la vida hasta llegar al busto con una mirada fuerte y adulta, la de un hombre sabio. Muchas veces se hablaba de él como un ingenioso del chiste, porque su humor era particular, pero fue ingenioso en muchas cosas más”.
La técnica utilizada la definen como la del “muralismo latinoamericano”, aunque también admiten “mucho del arte pop que tiene que ver con los colores vivos y alegres”. La inauguración será este miércoles 9 de marzo a las 18 horas en el lugar donde está el mural (Avenida Buenos Aires entre Boulevard Silvio Gesell y Avenida 11). Y luego habrá una actividad en Bukowski Bar, de Paseo 105 entre Avenidas 2 y 3, donde se proyectarán algunos videos al respecto.
“La idea es que esta obra de artistas independientes trascienda, tal como pasó con el logo de Patricio Rey previo. Y que sobreviva. Eso querrá decir que valió la pena. A diferencia de lo que ocurrió mucha gente de la cultura que hizo su carrera afuera y vino a la Villa de grande, tal como de repente me pasó a mí, lo de Crook fue exactamente al revés: un artista muy importante de Gesell para el mundo. Por fin, Willy será profeta en su tierra”. |
