A las palabras se las lleva el viento. O sirven para montar engaños. Eso es lo que está haciendo Itaí Hagman por estas horas. Mientras habla en contra del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y denuncia la deuda…garantiza que ese acuerdo llegue al Congreso.
Hagman es diputado nacional por el Frente de Todos y dirigente de Patria Grande, organización que suele posar con un discurso progresista y antiimperialista. Integra, además, la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara Baja. Es en ese ámbito donde se discute esta semana el dictamen del proyecto de acuerdo con el FMI presentado por el Gobierno.
Como los números son muy ajustados para el oficialismo -tiene 24 legisladores en la comisión, mientras que Juntos por el Cambio tiene 22- si Hagman fuera coherente con lo que denuncia, el dictamen del oficialismo correría peligro, porque el diputado de Patria Grande debería rechazarlo y no firmarlo.
Sin embargo, a pesar del discurso de oposición al acuerdo, Hagman decidió ceder su lugar para que lo ocupe otro integrante del Frente de Todos. Con su acción termina avalando el ajuste que el Gobierno y el FMI vienen negociando. Doble discurso por donde se lo mire.
Igual que una parte sustancial del kirchnerismo, la denuncia de Hagman y Patria Grande se queda en las palabras. Terminan siendo cómplices del acuerdo de ajuste, tanto por la negativa a movilizar seriamente como por hechos como el que señalamos.
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