Si las declaraciones no hubieran salido de la boca de Héctor Daer en Radio 10, cualquiera podría pensar que el comentario pertenece a algún periodista o analista político. Pero no, el que habla es uno de los titulares de la central sindical más poderosa de Argentina.
Como si fuera un comentarista, el titular de la CGT se refirió al aumento acelerado de los precios de los alimentos y a la especulación que realizan los grandes productores agropecuarios frente al cierre de las exportaciones de aceites y harinas de soja. Daer aseguró: “Hay que buscar un equilibrio entre la mesa de los argentinos y lo que está sucediendo en el mundo”.
Sus declaraciones llegaron apenas horas antes de que se conozca el alarmante dato de inflación de febrero, que fue del 4,7% y que en el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas escaló al 7,5 %, alcanzando un nuevo récord. Pese a esta realidad, que continúa hundiendo en la pobreza a millones de personas, Daer apenas se dedica a hacer un “análisis” de la situación sin discutir ni convocar ninguna medida que apunte a preservar el poder adquisitivo de los trabajadores y los sectores populares.
En la entrevista, reconoció: “Estamos hablando de los sectores menos pudientes y más vulnerables de nuestra sociedad. Y no estamos pasando momentos donde la sociedad esté en momentos de ahorro, si no al revés, la mitad de la población está viendo como se la rebusca para llegar a fin de mes”. Pero si la mitad de la población no llega a fin de mes y los precios de los alimentos aumentan de manera sideral, ¿no deberían ser las organizaciones sindicales como las que encabeza Daer las que encabecen medidas para enfrentar esta situación?
La pregunta tiene una respuesta obvia, y la inactividad de la CGT solo se explica por la enorme subordinación de sus dirigentes al plan del Gobierno nacional y a su alineamiento con los intereses del Fondo Monetario Internacional. Tan evidente resulta que ni siquiera es necesario aclararlo, ya que el mismo Daer se encargó de repetirlo una vez más. Consultado acerca de la posibilidad de alcanzar “un acuerdo de precios y salarios”, aseguró que el tema se vuelve “más importante todavía” y remarcó: “Nosotros insistimos en generar previsibilidad hacia adelante y eso es lo que va a dar el acuerdo (con el FMI) que apruebe el Senado. Eso va a permitir tener una perspectiva”.
En un contexto donde la crisis se agrava día a día, el rol de la CGT viene siendo de entrega y complicidad total con el ajuste. Es necesario pelear por un plan alternativo, que obligue a las centrales sindicales a romper la tregua con el Gobierno y a pelear por un plan de lucha para defender y recuperar los salarios, y por un programa que de conjunto ataque las verdaderas causas de la inflación.
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