Este fin de semana, se hizo viral un video en que un manifestante se azotó la cabeza contra el pavimento, mientras era perseguido por agentes represivos que se encontraban en masa y con claras órdenes de sacar a los manifestantes de plaza dignidad y sus alrededores, en lo que fué la primera manifestación tras el cambio de mando del 11 de marzo.
Todo esto luego de los polémicos comentarios de Boric refiriéndose a los manifestantes de Plaza dignidad como delincuentes. Lo cual demuestra una evidente derechización de su discurso y su accionar frente a los y las manifestantes, lo que a su vez pone en tela de juicio el discurso pro derechos humanos del gobierno entrante, que habló de poner fin a la impunidad e incluso de “juicio, castigo y garantías de no repetición”.
Pero cómo podrá cumplir con esas lindas palabras y promesas sin siquiera cuestionarse la presencia del general Yañez en carabineros, uno de los principales responsables de las violaciones a los derechos humanos durante las jornadas de protestas de la rebelión del 2019-2020. Si hablamos de señales, a estas no se les puede hacer la vista gorda. En una de sus primera entrevistas televisivas que Boric dió al asumir como presidente Boric planteaba que:
“Acá no pueden pagar justos por pecadores. La gran mayoría de los carabineros son gente trabajadora, sacrificada, muy honesta, que les duele ver cuando algunos que se apartan de la línea, que caen en actos de corrupción, o violaciones graves a los DD.HH.”.
Al contrario de como lo ve el ahora presidente. El problema de los aparatos represivos del Estado no pasa por que “paguen justos por pecadores”, no se trata acá del caso de las “manzanas podridas”, ya que eso te lleva a sacar el foco de la responsabilidad institucional del Estado, traspasándola a un tema de “salida de las casillas” de uno u otro paco en particular, la cual es la misma matriz de Piñera y sus secuaces de la derecha para interpretar la cuestión de la violencia policial, simplemente vergonzoso.
Por otra parte ante los hechos del día viernes en Plaza dignidad la senadora del PC y ex ministra de Bachelet, Claudia Pascual señalaba que: «Nuestro gobierno debe exigir cambio en los protocolos de actuación de Carabineros, y proponer la transformación profunda de la policía»
A diferencia del PC y el Frente Amplio, hoy partidos de gobierno, nosotros creemos que este no es un problema de protocolos o un problema que provenga de la formación, más bien es una problemática estructural que proviene del carácter del Estado y la propiedad que carabineros protege y por la cual fue creado, a saber, la propiedad de los capitalistas, la cual requiere “orden y paz social” para la tranquilidad de los inversionistas de capitales monopólicos transnacionales y nacionales. Por lo que un cambio en las fuerzas de seguridad pública ineludiblemente pasa por la disolución de todas las policías y por ende de este Estado y democracia para ricos. Lo cual necesariamente debe ir acompañado de comités de seguridad obrera y popular, autoorganizados por territorio y rama productiva.
Sin embargo, además de los actos simbólicos, también hay actos concretos, como el realizado por Boric y Siches hacia Yañez, uno de los principales responsables de los crímenes de Estado durante la rebelión, junto a Piñera y sus ministros del interior por supuesto, al reunirse y planificar en conjunto las primeras medidas de la supuesta reforma que el gobierno impulsará en la institución corrupta y criminal de carabineros. Partiendo de la base además de que Boric mantuvo en su cargo a Yañez, con el argumento que las reformas a carabineros hay que realizarlas “con ellos y no contra ellos”. (vergonzoso x 2)
El carácter abusivo y represor de los carabineros no cambiará con gestos simbólicos, como la designación de la primera edecan mujer de la historia o con guardias presidenciales con cuota de género etc. Como mencionamos antes, este es un problema estructural que requiere un proceder radicalmente distinto, el cual ni Boric, ni su gobierno están dispuestos a impulsar, para aquello tendrían que romper con los dueños del país y no estar intentado a cada paso agradarles y convencerles de la posibilidad de generar reformas sin afectar sus ganancias. Lo cual es absolutamente imposible, sin duda es un callejón sin salida, ya que absolutamente todos los derechos sociales demandados por las mujeres, la juventud y el conjunto del pueblo trabajador están raptados por los grandes empresarios, fruto de todas las concesiones y privatizaciones hechas en dictadura y profundizadas por la concertación y nueva mayoría. |