Estas declaraciones las hace desde Ceuta, escenario implicado en el nuevo marco de relaciones con el país vecino. Y así lo ha reconocido en declaraciones a los medios junto al presidente de la ciudad autónoma, Juan Vivas.
A preguntas de los medios sobre la relación del acuerdo con Ceuta y Melilla y el cese anexionista del reino alauí, Sánchez ha destacado que "se garantiza el respeto mutuo y la integridad territorial de ambas naciones", algo que se menciona también en la carta.
En su justificación, el presidente ha apelado a la posición que mantienen países "muy potentes" como Francia o Alemania, así como la propia Comisión Europea. Esto en referencia a que en febrero Berlín y Rabat habrían normalizado sus relaciones diplomáticas, reconociendo Alemania la postura de la dictadura marroquí frente al Sáhara Occidental.
Con esta traición al pueblo saharaui, el Gobierno busca diferentes objetivos. En primer lugar se pretende reforzar el rol de Marruecos como gendarme de la política migratoria de la UE. Las previsiones de un mundo mucho más convulso, van a llevar a la Europa imperialista, que hoy cínicamente habla de acogida para referirse a las refugiadas ucranianas, a desplegar políticas aún más agresivas para repeler la llegada de personas.
En segundo lugar, la necesidad de encontrar nuevas vías de suministro de gas. Una apuesta que está lejos de ser segura con este último movimiento de Moncloa, ya que incluye a un tercer país, Argelia, que ha sido lugar de refugio de los saharauis.
Este nuevo golpe a la causa del pueblo saharaui de parte de su antigua potencia colonial ha despertado la indignación en la izquierda y el fuerte movimiento de solidaridad existente en el Estado español.
Desde los pueblos y la clase obrera de los países imperialistas debemos movilizarnos en solidaridad con la lucha del pueblo saharaui y luchar contra nuestros propios gobiernos que, como el de PSOE-UP aquí, son responsables de la ocupación, el expolio y el exilio perpetuo de miles de saharauis.
Debemos exigir la salida de todas las empresas españolas y europeas que participan del expolio imperialista del Sáhara Occidental y sus costas, el corte de los envíos de armas y equipamientos militares al régimen marroquí y la derogación de las reaccionarias políticas de extranjería y fronteras blindadas de las que Mohamed VI es un socio preferente.
Si algo demuestra además tanto estas declaraciones como la carta de Sánchez, es que una salida favorable para el pueblo saharaui de manos de la ONU o la Comunidad Internacional es una mera ilusión. La lucha contra la ocupación marroquí desde la diáspora europea, los campamentos, el frente y los territorios ocupados, tiene que vincularse y ser apoyada por quienes luchan contra la dictadura de Mohamed VI en Marruecos.
No habrá salida posible sin tumbar la monarquía alauita y avanzar al establecimiento de repúblicas de los trabajadores y sectores populares que puedan relacionarse y federarse fraternalmente en todo el Magreb. |