Las trabajadoras realizaban una maniobra con una válvula de purga de gas de una instalación en la Planta de Tratamiento de Crudo (PTC). Carmen, de 38 años, está internada con asistencia respiratoria mecánica por inhalación de gases tóxicos y Melanie, de 22 años, terminó con una importante lesión que pone en peligro uno de sus brazos producto del golpe de un caño tubing. La empresa dio a conocer tardíamente el hecho, informando un día después que ambas operadoras se encontraban internadas. El hecho nuevamente pone en relieve los riesgos laborales que implican los extenuantes ritmos de producción y la connivencia de un Estado que no vela por la seguridad de las trabajadoras y trabajadores.
Desde la empresa AESA, perteneciente a la sociedad anónima con mayoría estatal, YPF, informaron que “en medio de una maniobra de rutina, dos trabajadoras de la empresa sufrieron heridas. Inmediatamente se activó el rol de emergencia y fueron trasladadas a un centro de salud, donde se encuentran bajo tratamiento y fuera de peligro. La compañía ya trabaja con YPF para determinar las causas del hecho”.
Esta situación disparó otro conflicto, el que se genera por abajo y que provocó la salida en los medios de Marcelo Rucci, secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, manifestando que a raíz del hecho, el sindicato estaría analizando convocar a un paro general con afectación de la producción. El sindicato petrolero suele amagar con medidas que luego termina levantando, conciliación obligatoria mediante. La conducción de Petroleros, antes en manos de Guillermo Pereyra, es cómplice de la precarización de las condiciones de trabajo, incluso antes de la pandemia. Fue en 2017 cuando se firmó la adenda al Convenio Colectivo de Trabajo impulsada por el gobierno de Macri.
La adenda del CCT 644/12 prevé dotaciones mínimas. En un contexto donde las operadoras están en una carrera de velocidades por ver quién fractura más al menor costo, se pasó a duplicar el promedio de etapas diarias, reduciendo las dotaciones, es decir la cantidad de trabajadores por pozo. El aumento de la producción fue de la mano de mayores presiones a los trabajadores. Diversos medios reportaron que ya habían advertido varias veces sobre situaciones de inseguridad o de falta de mantenimiento de equipos en la cuenca neuquina que se repiten en todas las operadoras. Es el resultado lógico y directo de los ataques que dejó pasar el sindicato petrolero e impactaron de lleno en las condiciones laborales.
Jornadas de doce horas, el no pago de horas extras ni horas “taxi”, accidentes evitables y muertes obreras, son el resultado de años de la política pro patronal del sindicato petrolero y la complicidad de los gobiernos.
Es un reclamo latente en la base de petroleros el cumplimiento de las condiciones de seguridad. Vaca Muerta aceleró las muertes laborales en el petróleo como ocurrió en Fortín de Piedra, otra área neuquina en la que fallecieron dos trabajadores que estuvieron en contacto con gases tóxicos al caer dentro de una pileta. En aquel momento el sindicato petrolero anunció la creación de una mesa técnica, específicamente una comisión de seguridad mixta integrada por los sindicatos y las empresas, que supuestamente debe hacer un control de seguimiento preventivo de situaciones que pueden poner en riesgo la integridad de las personas que trabajan en los campos con los equipos pesados.
A partir de este hecho producto de la voracidad patronal en el que se afectó la integridad de las dos trabajadoras, el propio Rucci declaró: "Hemos elevado más de 400 informes, incluso al presidente de la empresa YPF", y asegura que no han obtenido respuesta. En un intento de amagar cierta pose de defensa de las y los trabajadores, Rucci aseguró que en caso de no tener un compromiso que cambie el escenario, "vamos a convocar a un paro si la comisión directiva del sindicato lo aprueba". ¿Cómo se atreven a decir que observaron más de 400 informes alertando sobre posibles accidentes evitables, y que sólo elevan una queja?
Bronca por abajo y una reunión de la cúpula petrolera por arriba
Este nuevo hecho evitable se da en el marco del primer encuentro de secretarios generales de los sindicatos de petroleros de base y jerárquicos del país. Una suerte de lanzamiento de unidad de los sindicatos petroleros. Luego de la última negociación salarial en Neuquén, acordaron reunirse para constituir un movimiento que se muestre unificado. Confirmaron su presencia Manuel Arévalo de Jerárquicos y Marcelo Rucci de Petroleros, José Llugdar del Sindicato de Petroleros Jerárquicos de la Patagonia Austral, Claudio Vidal que es Senador y secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Santa Cruz, Edgard Villalba de Salta, Jujuy y Formosa, Julián Matamala de Petroleros Jerárquicos de Cuyo y la Rioja y Jorge Loma Ávila de Petroleros Privados de Chubut. Durante este martes habrá un plenario de secretarios generales con su correspondiente conferencia de prensa y mañana miércoles se realizará una asamblea frente a los trabajadores en la localidad de Añelo, en el ingreso del Parque Industrial.
Desde abajo la bronca se acumula porque las condiciones de inseguridad laboral producto de la falta de mantenimiento de equipos en la cuenca neuquina tienen un trágico historial que lleva años. Un accidente es un evento trágico que no se puede evitar, los mal llamados "accidentes laborales" son en realidad evitables, y constituyen verdaderos crímenes sociales por parte de las patronales, porque es justamente responsabilidad de ellos imponer el trabajo en condiciones de flexibilización, de precarización y garantizar la falta de recursos para desarrollar las labores de forma segura.
Nuestras vidas valen más que sus ganancias
Durante el año pasado, según los datos presentados por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, tres trabajadores murieron por día en nuestro país, ya que solo se contabilizaron trabajadores registrados, cubiertos por la Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART). En el caso particular de Vaca Muerta no hay información de acceso público sobre cuántos accidentes se reportan por día relacionados a la actividad petrolera.
"Se habla cotidianamente entre los trabajadores de cuántas veces pasan cosas así a diario y ni nos enteramos. Solo somos un número más" cuenta indignado un operario tercerizado consultado por este medio, que brinda su testimonio con cautela, porque “si no te aprietan los jefes te aprieta el sindicato”.
Cuando la noticia se enfría, se vuelven a prender las máquinas, las bombas que reactivan la producción, y harán como si no hubiera pasado nada. Para ellos los trabajadores son un número más pero detrás de cada trabajador y trabajadora hay familias, hijas e hijos, parejas, madres. ¿Cómo naturalizar ir al trabajo y no saber si volvés a tu casa? ¿Cómo es que la burocracia del sindicato y el patrón te quieren conformar con llegar a la jubilación roto o dejando la vida en un pozo? ¿Hasta cuando los muertos los pondremos nosotros?
Es necesario unir la fuerza de los trabajadores y trabajadoras en un grito común, para pelear por comisiones obreras de seguridad e higiene votadas por los trabajadores en sus lugares de trabajo, que sean independientes de la burocracia sindical, impongan medidas de seguridad que protejan realmente a quienes operan en yacimientos y pongan un límite a los atropellos, no es algo imposible. Unir por abajo lo que la burocracia sindical y las patronales dividen por arriba es el gran desafío.
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