En 8 años se ha duplicado la cantidad de personas bajo la pobreza y hoy es la quinta provincia más pobre del país. Los datos se desprenden del informe del INDEC del segundo semestre del año 2021 donde muestra que el 44,6% de las personas son pobres y el 7,2% indigentes en la provincia. Ubicándose un 8% por encima del promedio nacional. Entre las más afectadas se encuentran las personas menores de 15 años, el 51,4% está debajo de la línea de pobreza a nivel nacional.

Foto| Alf Ponce/MDZ

Datos que estremecen. Este miércoles se conoció el informe del INDEC del segundo semestre del año 2021 que arrojó el dato que en Mendoza el 44,6% de las personas son pobres y el 7,2% indigentes. Ubicándose un 8% por encima del promedio nacional. Entre las más afectadas se encuentran las personas menores de 15 años, el 51,4% está debajo de la línea de pobreza a nivel nacional.

En el Gran Mendoza entre el 2014 - que su índice de pobreza era de 20,48 %- y el último informe del 2022 la pobreza aumentó más del doble, esto en tan solo 8 años. Todos los gobiernos y colores políticos, desde Paco Pérez, Alfredo Cornejo y Rodolfo Suarez han dejado una pobreza creciente en la provincia.

A nivel nacional, la actividad creció el 10,3% y la recuperación del empleo tuvo un impacto leve en la disminución de la pobreza durante el 2021. Pese al efecto rebote de la economía, en Mendoza se exhibe una tendencia al aumento de la profundización de la pobreza.

Contradictoriamente esto se da en el marco del éxito de ventas de vino en el mercado interno y de exportación de los bodegueros por más de 1.000 millones de dólares solo en el mercado externo. Sumado el boom local del turismo nacional e internacional producto de la apertura de actividades en la pandemia y el aumento de la recaudación del estado provincial por la reactivación. Entonces ¿quién se queda con los beneficios de esa recuperación?

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Baja el desempleo pero no la pobreza. El Presidente del Consejo Empresario Mendocino Federico Pagano argumentó en una entrevista radial que "Toda la maquinaria de subsidiar y planes no alcanza, por eso tenemos más pobres". Sin embargo, los datos señalan que son otras las causantes de la pobreza. La tasa de desempleo en el Gran Mendoza se ubicó en el 6,8 % al cierre del último trimestre de 2021, que comparado con el cuarto trimestre de 2020, representó una baja de 4,2 puntos porcentuales. La recuperación del empleo después de dos años de crisis económica no ha significado una recuperación de los índices de la pobreza.

Esto se explica en que parte de la creación de nuevos empleos por los empresarios ha sido a través de trabajos no registrados o informales. Incluso muchos promovidos por el gobierno con el programa Mendoza Activa. A lo anterior, se le suma el histórico dato de los bajos salarios que se están percibiendo en la provincia en un contexto inflacionario alto como el que estamos viviendo. Durante el 2020 no hubo aumento salarial para estatales y fue muy por debajo de la inflación para los privados lo que provocó una fuerte caída del salario del conjunto de los y las trabajadoras.

Para dar un ejemplo, hoy un cargo inicial de docente en educación media ronda los $50 000. En el sector privado, un trabajador de viña cobra $45 370 y uno de bodega $47 543 y en un mozo no registrado arranca sus sueldos en $35 000 más propinas. Estos ejemplos muestran que las remuneraciones están muy por debajo de la canasta básica que rondó los $78 610 en febrero de 2022.

Ante esta situación el gobierno criminaliza la pobreza. Pese a los códigos contravencionales que buscan erradicar de las calles de la ciudad todo atisbo de la pobreza, hoy mismo se está desarrollando un acampe de organizaciones piqueteras en la Legislatura provincial por el aumento de presupuesto para planes sociales. Otro tanto sucede, con los últimos desalojos por parte de la policía en La Favorita. Invisibilizados, los barrios populares no tienen ninguna respuesta favorable a sus demandas por sueldos dignos, vivienda y trabajo.

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Estas medidas del gobierno provincial, están en sintonía con el acuerdo con el FMI promovido por el gobierno de Alberto Fernández y el pacto social con empresarios que aceptan la baja de los salarios por la inflación. En la provincia este acuerdo ya tiene efectos concretos como se observa en los índices de pobreza. Incluso la continuación de los recortes en el gasto público y una inflación alta para licuar los salarios tendrá un fuerte impacto sobre las y los mendocinos. A nivel nacional se prevé que este año el efecto rebote no siga y sea un crecimiento no mayor al 3% (algunos estiman del 1%) lo que impactará fuertemente en la pobreza y en la desocupación. Haciendo que el ajuste recaiga sobre los trabajadores.