Como parte de la sección “Lugares” del 23 Bafici se estrenó esta película colectiva y anónima que retrata escenas de represión y resistencia a partir del golpe de estado del 1 de febrero de 2021 en Myanmar (Birmania)
La escena que da comienzo Myanmar Diaries es una imagen que se volvió viral en las redes. Una joven mujer birmana baila al ritmo de música a todo volumen en una especie de clase de aerobics; mientras ella se concentra en sus pasos, el plano captura los movimientos de fondo: vehículos militares avanzan sobre un control de seguridad y constituyen los primeros momentos del golpe de estado.
Este comienzo abre paso a lo que será una combinación de materiales documentales de archivo en diferentes formatos, en especial capturas de teléfonos celulares en medio de las manifestaciones, pequeñas escenas ficcionales creadas por jóvenes cineastas y el registro directo de una ciudad sitiada.
La presentación en la web oficial plantea: “Una película híbrida sobre la vida bajo el régimen de terror en Myanmar tras el golpe militar del 1 de febrero de 2021, contada a través de historias personales por un grupo de jóvenes cineastas birmanos anónimos. Myanmar Diaries está compuesto por cortometrajes de diez jóvenes cineastas birmanos anónimos, combinados con un periodismo ciudadano emocionalmente desgarrador que documenta la brutalidad de la junta, así como la valiente resistencia a ella…Una película de extrema urgencia en una época en la que Myanmar casi ha desaparecido de los titulares de las noticias de todo el mundo.”
La represión se hace presente en todas sus formas, de manera brutal, y la respuesta se ve en movilizaciones masivas que desafían al ejército, como también en acciones individuales.
Una mujer de casi setenta años increpa a una larga fila de militares, una niña intenta evitar a los gritos que se lleven presa a su mamá, un hombre sale al balcón a pedir la ayuda de sus vecinos para que no lo lleven preso y así las cacerolas comienzan a sonar en todas las ventanas. Las barricadas se extienden por las calles mientras suenan los disparos y las botas avanzan. Un grupo de jóvenes se esconde en la selva, se entrena y prepara la resistencia. Estas escenas son parte de un registro directo y urgente, en su mayoría capturadas con celulares, y se combinan en la película con reconstrucciones y escenas ficcionales.
Un hombre sigue trabajando a pesar de la huelga general que paraliza el país, entonces ya no tiene más amigos. Un fantasma recorre por las noches la casa de un integrante de la resistencia. La desesperación lleva al suicidio al compañero de una mujer asesinada por los militares. Una adolescente queda embarazada mientras su novio se prepara para unirse a la resistencia armada.
Los rostros de los protagonistas de cada escena son ocultados de diversas maneras, en una muestra más de lo que significa hacer cine en esas condiciones.
Documental y ficción dan cuenta de una experiencia, un recorte de la compleja realidad. La película plantea su punto de vista desde el Movimiento de Desobediencia Civil, no busca explicaciones históricas ni análisis políticos, no hay nombres propios, ni líderes oficialistas u opositores. En el collage de momentos, la huelga general que paralizó el país se plantea como un escenario presente, pero no se enfoca o profundiza en la realidad de sus diferentes sectores de trabajadores, un interesante proceso para conocer más a fondo.
De conjunto se presenta una potente denuncia a la sangrienta represión y persecuciones sufridas por el pueblo que recorre cada escena. Los jóvenes y la multitud en las calles son los protagonistas de la resistencia.
Los realizadores anónimos son Myanmar Film Collective, y se presentan como “un grupo de jóvenes cineastas decididos a seguir haciendo películas como un acto de resistencia creativa, tras el golpe militar del 1 de febrero”. Una de las principales motivaciones del colectivo es dar visibilidad a la situación. En este sentido plantean “Esperamos crear algún tipo de impacto que se convierta en acción”, “Los medios de comunicación tienen un período de atención corto. Esa es una razón para hacer películas. Tienen mucho más poder de permanencia que los informes de noticias”, ”Ojalá que esta película, siga ganando preponderancia, para que la siga viendo el mundo, el público, y no se olviden de Birmania".
La película ganó el Premio al Mejor Documental en el Festival de Cine de Berlín de 2022, y actualmente se encuentra de gira por muestras y festivales en todo el mundo.
Se puede ver en el Bafici de manera presencial o hasta el domingo a través de la plataforma vivamoscultura